Las claves de las elecciones que marcarán el futuro de Europa

Una mujer saliendo del molino que sirve como local de votación en Arnhem, Países Bajos. Foto: Reuters.

Con la guerra en Ucrania y el aumento de la extrema derecha, este fin de semana más de 300 millones de europeos están llamados a elegir a los diputados del Parlamento Europeo.


Ya se volvió un cliché, pero no deja de ser cierto: los comicios que tendrán lugar este fin de semana en Europa son los más importantes de su clase, en un contexto marcado por la cercanía de la guerra ucraniana y el ascenso de la extrema derecha en el Viejo Continente. Empezando este jueves en los Países Bajos, los habitantes de los 27 países miembros de la Unión Europea están llamados a votar por sus representantes en el Europarlamento: un total de 373 millones de ciudadanos.

Se trata de un momento crítico: la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China parece dejar a la Unión Europea en un tercer plano, y la invasión rusa a Ucrania ha puesto la guerra en las fronteras del bloque. Un análisis de Le Grand Continent indica cuáles son los problemas centrales del bloque: “Es probable que las preocupaciones de la población sobre la inmigración, la identidad y la seguridad (económica, exterior y personal) centren la campaña electoral en una narrativa defensiva más que en una visión positiva del futuro”.

Estas son las claves de los comicios europeos de este fin de semana.

Bodeguero trabajando con las señales y material para las elecciones europeas en Irlanda. Foto: Reuters.

La votación

Este fin de semana –de jueves a domingo– los europeos eligen a sus representantes en el Parlamento Europeo, que se renueva cada cinco años y estará compuesto por 720 diputados. España designa a 61 eurodiputados, dos más que en los pasados comicios, en 2019. Alemania, Francia e Italia hacen el podio de los países con más eurodiputados a decidir: 96, 81 y 76, respectivamente.

La cantidad de diputados designados por país se decide por una mezcla entre la cantidad de habitantes del país y el sistema de proporcionalidad decreciente, con el que se asegura representación para los países más pequeños. Este último es el caso de Luxemburgo y Malta, países que elegirán 6 escaños cada uno este fin de semana.

Como cada país gestiona sus propias elecciones para poner a los diputados que le corresponden, cada cual tiene un sistema propio de listas cerradas o abiertas para llenar esos cupos. Asimismo, si Países Bajos empezó este jueves 6 a votar, mañana es el turno de Irlanda y República Checa, el sábado el de Letonia, Malta y Eslovaquia, y el domingo 9 el resto de los Estados miembro.

Partidos políticos, grupos políticos

Dado que cada país tiene su política interna, normalmente es difícil entender cómo se agrupan en un parlamento supranacional. Ese problema se resuelve con los “grupos políticos”, algo así como familias de partidos, pertenecientes a distintos países, que siguen principios similares.

El grupo o alianza más grande en este momento es el Partido Popular Europeo (PPE), formado por partidos conservadores y europeízas, tales como el PP de España, la UDC alemana, Los Republicanos en Francia y Forza Italia. De ahí, el grupo S&D, más a la centroizquierda, cuenta con partidos como el PSOE, el Partido Socialista francés y el portugués y el Partido Democrático de Italia, entre otros.

Frente a estas dos grandes alianzas está también Renew, compuesta por formaciones liberales y europeístas, como La République en Marche, el partido de Emmanuel Macron. La extrema derecha se divide en dos grupos: ERC (European Conservatives and Reformists) e Identidad & Democracia. En el primero están Vox y Fratelli d’Italia, mientras que en el segundo están el partido de la francesa Marine Le Pen y la Lega.

A la izquierda está, precisamente, “La Izquierda”, formada por partidos como Podemos e Izquierda Unida. Finalmente, en el grupo Los Verdes se encuentran los partidos ecologistas.

Marine Le Pen, política de extrema derecha en Francia, votando en elecciones parlamentarias francesas. Foto: Reuters.

Encuestas

Si actualmente existe una mayoría “pro-Unión”, que apoya a la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora Ursula von der Leyen, los sondeos indican que esa ventaja podría reducirse. Se espera que el PPE (el grupo de donde viene Von der Leyen) siga siendo el grupo más numeroso, pero los otros grupos pro-europeos (S&D y Renew) perderían escaños.

Desde Le Grand Continent señalan: “Por el contrario, los grupos políticos euroescépticos más de derecha —los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, derecha conservadora) e Identidad y Democracia (ID, extrema derecha)— probablemente ganen escaños, mientras que los Verdes, favorables a la Unión, probablemente sufran pérdidas significativas. La Izquierda (extrema izquierda) se mantendría estable”.

De darse estos resultados, es probable que Von der Leyen termine necesitando una alianza con los grupos de extrema derecha. Esto sería una novedad, ya que hasta el momento, a causa de una especie de “cordón sanitario”, estos grupos habían sido ignorados con el beneplácito de todo el resto de la cámara.

Aumento del populismo

Así, las elecciones europeas de este fin de semana pueden ser un punto de quiebre en la historia del bloque, ya que sería una cantidad sin precedentes de eurodiputados de extrema derecha. Si bien estos partidos están fragmentados en tres grupos diferentes -los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), Identidad y Democracia (ID) y los No Inscritos (NI)-, podrían ser decisivos a la hora de formar una mayoría parlamentaria.

Ursula von der Leyen, candidata a un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea, necesita desesperadamente una mayoría parlamentaria para su confirmación. Para eso, ya no descarta asociarse con la primera ministra italiana y líder del ECR, Giorgia Meloni, lo que rompería el cordón sanitario bajo el cual siempre había operado la política europea tradicional.

La primer ministro italiana Giorgia Meloni en Shengjin, Albania. Foto: Reuters.

La guerra

La inmigración se ha vuelto uno de los temas principales en las elecciones europeas, pero la guerra en Ucrania tiene un ingrediente profundamente europeo: aun cuando en general las instituciones en Bruselas han mostrado una firme postura tras Kiev, el alza de cierto tipo de extrema derecha podría debilitar esa opinión, ya que muchos de los líderes de estos partidos (por ejemplo, el AfD en Alemania) han mostrado visiones más cercanas a lo pro ruso.

Otra cosa que llama la atención es la diferencia de importancia que ven los ciudadanos europeos, dependiendo de su ubicación y distancia a la guerra en Ucrania. Desde Le Grand Continent aseguran: “Como era de esperar, es en dos Estados bálticos fronterizos con Rusia donde encontramos la mayor proporción de ciudadanos que conceden importancia a estas cuestiones: Estonia (49%) y Lituania (48%). Grecia, Francia e Italia son los países con menor proporción de ciudadanos que consideran importante la guerra de Ucrania”.

De todos modos, la guerra ha puesto nuevas cosas en la tabla de discusiones continental, como, por ejemplo, el avance en la creación de un Ejército Europeo. Peter Stano, vocero de la diplomacia europea, habló sobre la posibilidad en una reciente conferencia de prensa: “Hasta hace unos años la mayoría de los países miembro decían que éramos una comunidad política y económica, y que no necesitábamos capacidades militares o de defensa, pero el mundo de los últimos años nos ha demostrado que tenemos que tener esa capacidad de defendernos por nuestra cuenta”.

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