Liz Truss, la nueva premier británica que pasó de protestar contra Thatcher a ser la favorita del ala más de derecha de los conservadores

Liz Truss hace gestos fuera de la sede del Partido Conservador, después de ser anunciada como la próxima premier británica. Foto: Reuters

La secretaria de Exteriores ganó a su rival Rishi Sunak, el exjefe del Tesoro, en la contienda por el liderazgo Tory, con 81.326 votos frente a 60.399.


La recién elegida líder del gobernante Partido Conservador británico, Lizz Truss, que será nombrada primera ministra el martes, llega al poder con un perfil de ser la favorita del ala más de derecha de la colectividad. La exsecretaria de Exteriores ha prometido desafiar la llamada “ortodoxia”, exigiendo una actuación más rápida y radical para afrontar la crisis del costo de la vida y sacar al país de lo que, según ella, son años de lento crecimiento.

Truss venció a su rival Rishi Sunak, el exjefe del Tesoro, en la contienda por el liderazgo del Partido Conservador, con 81.326 votos frente a 60.399. En el proceso solamente pudieron votar 180.000 miembros de la colectividad que pagan cuotas. La ceremonia con la reina tendrá lugar en la propiedad de la reina en Balmoral en Escocia, donde la monarca está de vacaciones.

Reino Unido se enfrenta a una creciente inflación, una larga recesión, el mayor golpe al nivel de vida en décadas y la amenaza de huelgas de millones de trabajadores.

Hasta ahora, Truss ha dicho que reocrtará los impuestos y suprimiendo algunas alzas ya previstas, a pesar de las advertencias de que aumentará la inflación, al tiempo que ha sugerido que también ofrecerá ayuda inmediata a quienes tengan dificultades para pagar las cuentas de la energía.

Liz Truss habla en el Centro Queen Elizabeth II después de ser anunciada como la nueva líder del Partido Conservador y próxima primera ministra británica, en Londres. Foto: Reuters

Esto, además de la promesa de revisar las competencias del Banco de Inglaterra, ha animado a los seguidores del partido, pero ha sacudido los mercados financieros, haciendo que los inversionistas extranjeros se deshagan de la libra y de los bonos del Estado por temor a lo que está por venir.

“No soy alguien que acepte un no por respuesta. Sigo presionando y sigo presionando hasta conseguir las cosas”, dijo Truss a los miembros del Partido Conservador durante la campaña, en referencia a su papel en la redacción de un proyecto de ley que cambia unilateralmente las normas comerciales acordadas como parte de la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Dirigiéndose a los legisladores y activistas conservadores tras ser anunciada como próxima líder del partido y nueva primera ministra británica, dijo entre aplausos: “Cumpliremos, cumpliremos y cumpliremos”.

Los que han trabajado con ella en el Ministerio de Asuntos Exteriores apoyan su descripción y dos responsables dijeron a Reuters que tiene un enfoque similar al de un láser en ciertas cuestiones, trata de encontrar soluciones creativas desde el principio y luego sigue adelante, ignorando cualquier duda.

Truss no será la primera líder que intente enfrentarse a lo que los miembros del parlamento conservadores llaman la ortodoxia -el “establishment”- o, más despectivamente, la “mancha”: responsables o asesores a los que se acusa de un “pensamiento grupal rancio”.

La funcionaria ejemplar

La carrera de Liz Truss dentro del Partido Conservador puede caracterizarse por una contradicción central, dice el diario The Telegraph. “Pocos son los ministros destacados que han logrado servir bajo David Cameron, Theresa May y Boris Johnson. Es difícil decir si eso se debe a una operación astuta, una habilidad genuina, pura suerte o una combinación de los tres”, escribió el periódico.

Incluso antes de ingresar al parlamento en 2010, se había mencionado entre las filas conservadoras el potencial de Truss al interior de la colectividad.

Seleccionada como candidata para su escaño en el suroeste de Norfolk como parte del listado selecto de David Cameron, una vía rápida para los candidatos que quería ver en el parlamento, el entonces futuro primer ministro tuvo que intervenir para salvar a Truss de los enojados lugareños.

Los miembros locales se habían enojado en parte por la idea de que Truss les había sido impuesta, pero sobre todo porque se había revelado que ella había tenido una aventura con el parlamentario conservador de las ciudades de Westminster y Londres y su mentor oficial, Mark Field.

Truss, una ex activista liberal demócrata, era exactamente el tipo de modernización que Cameron estaba tratando de fomentar en el partido. Era joven, una mujer, y provenía de un entorno de clase media relativamente común en la localidad del norte de Inglaterra, Leeds, con un académico por padre y una enfermera por madre.

La legisladora británica Liz Truss habla después de ganar el concurso de liderazgo del Partido Conservador en el Queen Elizabeth II Centre de Londres, el lunes 5 de septiembre de 2022. Foto: AP

También asistió a una escuela estatal, Roundhay College, cuando era adolescente. “La niña mimada de la derecha conservadora fue una vez una adolescente seria y ‘socialmente consciente’ que hizo campaña contra la energía nuclear y recaudó dinero para las personas sin hogar. La niña que rara vez buscó el centro de atención ahora busca publicidad en casi todos los sentidos”, escribió el diario The Times.

Compañeros consultados por el diario recuerdan como Truss participó de las marchas de protesta en la base de submarinos nucleares de Faslane en las que el canto repetido era “Maggie, Maggie, Maggie, fuera, fuera, fuera”.

Si bien recorrió el ya común camino para los conservadores en Oxford, no se dirigió directamente a un trabajo en el partido Tory, sino que trabajó como contadora administrativa para la compañía petrolera Shell y en otros lugares.

Fue solo en 2008, después de haber fracasado en dos intentos electorales, que Truss se unió al grupo de expertos Reform.

Una vez en el Parlamento, la Sra. Truss ascendió constantemente en la escala ejecutiva como protegida de George Osborne. Para 2012, tenía un cargo ministerial subalterno, poco después de la publicación de Britannia Unchained, un manifiesto libertario del que fue coautora con Dominic Raab, Kwasi Kwarteng y Chris Skidmore.

A pesar de esas tendencias radicales latentes, Truss fue una seguidora efectiva de la línea del partido y solo le tomaría otros dos años saltar directamente al cargo de Secretaria de Estado, siendo nombrada Secretaria de Medio Ambiente en 2014.

El Telegraph recuerda que fue mientras estaba en ese ministerio que Obsorne convenció a Truss de que la permanencia ganaría fácilmente el referéndum del Brexit y que el movimiento profesional obvio sería respaldar al bando ganador. Cuando fracasó, se convirtió rápidamente al nuevo consenso, descubriendo dentro de sí misma que, de hecho, era una verdadera partidaria del Brexit.

Así, Truss fue ascendida a Secretaria de Justicia y a partir de ahí, las cosas no irían bien, ya que al poco tiempo se cuestionó su competencia.

Tras la salida de Theresa May del gobierno, Truss “fue degradada a Secretaria Jefe del Tesoro, pero terminó siendo un giro afortunado”, escribió The Telegraph. “El papel pareció adaptarse mucho mejor a sus habilidades y reconstruyó silenciosamente su reputación manteniendo una mirada agresiva sobre los gastos departamentales y exudando una competencia constante”, añadió.

Esa actuación, combinada con su entusiasmo recién descubierto e imperecedero por el Brexit , la vio recompensada con el papel de Secretaria de Comercio una vez que May fue destituida y reemplazada por Johnson.

“Fue el papel perfecto para la Sra. Truss en el momento perfecto. Pudo viajar por el mundo firmando docenas de acuerdos comerciales, la mayoría de los cuales eran transferencias simples y fáciles de los acuerdos existentes de la UE, asegurando un flujo de buenas noticias y oportunidades fotográficas. Combinado con su uso auténtico e inteligente de las redes sociales, incluida su insistencia en administrar su propia cuenta de Instagram, le permitió construir una reputación entre los conservadores de base y cimentar su buena fe Brexit”, indicó al diario.

Fue así que llegó hasta la secretaria de Exteriores donde donde ha tomado una línea dura respecto a la pelea con la Unión Europea por el protocolo de Irlanda del Norte.

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