Columna de Gabriel Mendoza: Colo Colo, frustración y rabia



Por Gabriel Mendoza, campeón de la Copa Libertadores con Colo Colo en 1991

La eliminación de Colo Colo me dejó con frustración y rabia. Rabia en varios sentidos. El Colo Colo del miércoles no fue el del primer partido con River, el de los choques con Alianza Lima o el del primer duelo con Fortaleza. Se pareció más al que casi descendió: fácil de vulnerar en la defensa, cada vez que lo atacaban sufría y si no era por Cortés, lo goleaban. Y el brasileño no era un gran equipo. Y rabia, también, porque por unos pocos perdimos la posibilidad de tener gente en el estadio. Y sé por qué lo digo: con gente en las tribunas era otra cosa. La hinchada es importante en la Copa. Este era el partido decisivo, pero Colo Colo fue un desastre.

A todos nos dejó con ilusión el Colo Colo del comienzo. Ahora volvemos a esperar. Ya van 31 años y serán más. Esto demuestra que el campeonato nacional es malo, que a nivel internacional no estamos para grandes cosas. Nuestro parámetro era River y vino, no se asustó y nos ganó. Y en Argentina nos pasó por encima.

Colo Colo tiene que pensar en el Campeonato Nacional. No estamos ni para la Sudamericana, Quinteros tiene que poner a los jóvenes. Y hay que buscar un mediocampista que dé soluciones, porque hoy no las hay. También elegiría central un rápido y de jerarquía. Falcón y Amor andan bien, pero Amor es lento en el mano a mano y Falcón se desorienta y se ve mal cuando Amor no anda en su nivel. Falta un central de peso. También, un 10 que les meta pelotas a los delanteros. A mí, Lucero tampoco me convence mucho: en Perú de cinco hizo uno. Es una lata comparar, pero nosotros teníamos delanteros que hacían 20 goles cada uno. A Rubén Martínez que era el trigoleador chileno, a Dabrowski que la metía con la rodilla al ángulo, a Barticciotto, al Negro Salgado. Eso es lo que hace falta, un goleador de estirpe.

Quinteros nos sacó de una pesadilla terrible. Ha hecho un campeonato impecable, el año pasado, que lo perdimos por no cuidarse un mes. Y él cree que la soluciones no las tiene, que tiene un plantel corto. Que haya estado pensando en la Selección no lo sacó del foco. Leí una entrevista de Caszely, que dijo que nunca los jugadores habían estado tan preocupados de sus familias en un viaje. Y esos detalles marcan. Si nosotros estábamos preocupados de eso el 91 no habríamos quedado en la historia.

Ex campeón de la

Copa Libertadores 1991

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