INBA, Instituto Nacional y Liceo de Aplicación concentran actos de violencia en 2022

Bus de Transantiago quemado en el INBA. Foto: Sebastián Beltrán Gaete / Agencia Uno.
Bus de Transantiago quemado en el INBA. Foto: Sebastián Beltrán Gaete / Agencia Uno.

A dos meses del retorno a clases presenciales, las autoridades están en alerta por la participación de estudiantes de colegios emblemáticos en acciones de vandalismo. Esta semana se vivió uno de los hechos más graves, cuando un rector fue agredido. Este es el mapa de las acciones que están en la lupa de fiscales y policías.


El “modus operandi” de los estudiantes del Internado Nacional Barros Arana (INBA) para materializar sus protestas, según ha quedado establecido en las diversas investigaciones llevadas adelante por el Ministerio Público, es lo que los mismos integrantes de ese plantel llaman “salidas incendiarias”.

La acción consiste en que un grupo de secundarios con sus rostros cubiertos y, a veces, ocupando overoles blancos, salen por el portón de acceso del colegio -ubicado en Santo Domingo-, se toman la calle y portando bombas molotov corren hasta el vecino recinto militar de la División de Ingenieros del Ejército para lanzar los artefactos con intención de quemar las dependencias.

En los partes policiales desde el 2 de marzo -día en que se retornó a clases presenciales tras la baja de casos de Covid 19- se han registrado en ese emblemático colegio capitalino ocho episodios de este tipo, siendo el más grave el ocurrido el martes 19 de abril. Ese día resultó herido el rector de ese establecimiento, Gonzalo Saavedra, cuando intentaba oponerse a la acción de los vándalos que incendiaron una micro del Transantiago en el frontis del INBA.

Pero lo que está ocurriendo en este liceo laico y municipal, ubicado frente al Parque Quinta Normal, no es un caso aislado. En estos dos meses son varios los recintos que han capturado la atención y preocupación no sólo de las autoridades del Ministerio de Educación, sino que también de fiscales y policías. Esto último debido a que se ha visto una escalada de hechos de violencia cuyos protagonistas son grupos organizados de secundarios que, además, estarían siendo apoyados por adultos. De eso dan cuenta testimonios que se han incorporado a los expedientes judiciales y también imágenes levantadas de cámaras de seguridad en el marco de estos hechos.

A los sucesos del INBA les siguen otros episodios de violencia en que los actores principales han sido grupos radicalizados de otros dos liceos emblemáticos: el Instituto Nacional y el Aplicación. Ambos también de la comuna de Santiago.

Desde Carabineros comentan que ha sido difícil buscar una estrategia para enfrentar estas “salidas incendiarias”, debido a que los estudiantes cuentan con apoyo de personas externas al colegio. Además, apuntan fuentes policiales, ese lugar -donde el 4 de abril se quemó otro bus- tiene una particularidad y es que se instalan barricadas en calle Santo Domingo que cuenta con sólo un sentido del tránsito (de oriente a poniente), lo que impide el fácil ingreso de los vehículos de Carabineros ante los llamados de vecinos para restablecer el orden público. Los ataques, además, se han producido a las 8.00 AM, es decir antes de la primera clase, y también a las 10.00 AM, lo que coincide con el primer recreo. Actualmente hay seis investigaciones penales abiertas en la Fiscalía Centro Norte por delitos de incendio, daños y desórdenes públicos. Sin embargo, no hay ningún detenido.

Miembros de esta comunidad escolar, que pidieron reserva de identidad para neutralizar represalias, sostienen que lo que está ocurriendo al interior del INBA es un “descontrol total”. “Ya ni ellos saben por qué se protesta”, explican. Entre los petitorios que han socializado los alumnos, detallan, hay causas desde la libertad a los presos del estallido, como también la mejora de la alimentación de quienes están internados, acusan falta de profesores y seguridad y malas condiciones de infraestructura e higiene. Los grupos que se han adjudicado las “salidas incendiarias”, según los rayados en las paredes del recinto, es uno que se autodenomina “Colectivo rebelde” y que firma con un símbolo de “anarcovegano”.

Casos de acoso y abuso

En la retina de la policía, fiscales y autoridades a cargo de la seguridad aún está lo ocurrido el 18 de octubre de 2019, día que se materializó el estallido social y cuyo prólogo estuvo en las masivas evasiones al Metro de Santiago, lideradas, justamente, por estudiantes de educación media.

Es por eso que cuando un grupo de adolescentes se tomó la calle Providencia, en medio de la primera marcha registrada este año escolar, las alertas de las policías -incluidos los municipios- se encendieron. En esa oportunidad, el 10 de marzo, un grupo de alumnas de los liceos Carmela Carvajal, el Liceo 1 y 7 de Niñas y del Liceo Tajamar marcharon hasta el Liceo José Victorino Lastarria, ubicado en calle Miguel Claro, para manifestar su repudio por lo que ellas denominaron “la manada”: un grupo de alumnos de ese colegio que mantenía un grupo de WhatsApp en el que compartían fotografías privadas de mujeres y alentaba amenazas de violación. La situación llevó a la propia alcaldesa de la comuna, Evelyn Matthei, a pedir al Ministerio Público que interviniera y se abrió una investigación penal.

Una semana después de ese episodio, ahora en el frontis del Liceo Arturo Alessandri -emplazado en calle Bustamante- hubo otra manifestación. Esta vez estudiantes exigían justicia y que las autoridades realizaran el sumario correspondiente en contra de un estudiante de tercero medio acusado de agredir a una alumna del Liceo 7 de Niñas. La acción terminó con el corte de tránsito, mediante barricadas, y una evasión masiva en la Estación Santa Isabel del Metro. Al día siguiente hubo una masiva convocatoria. En las pancartas que se levantaron ese día en manos de las jóvenes se podía leer: “Ante el acoso y la impunidad a levantar protocolos eficaces contra la violencia sexual”.

Hace tres semanas, cerca de 100 adolescentes del Carmela Carvajal irrumpieron en el patio del Instituto Nacional. Fue el 24 de marzo, cerca de las 15 horas. Según quedó establecido en la investigación que se abrió, un grupo de estudiantes forzó el portón y logró ingresar al recinto emplazado en calle Arturo Prat, en pleno centro de la capital. Exigieron una asamblea con las autoridades del recinto y una vez concretado el objetivo, se retiraron y en la Estación de Metro Universidad Católica las manifestantes saltaron los torniquetes en medio de una protesta.

Las ocupaciones

A través de un live transmitido por Instagram, estudiantes del Liceo de Aplicación, ubicado en avenida Cumming, se dio a conocer el petitorio de una toma del establecimiento que se inició el lunes 18 de abril. Según el dirigente que tomó la palabra no se volverá a clases y menos se entregarán las dependencias, a menos que se les asegure “condiciones mínimas”. En este último pedían alimentación adecuada, falta de personal docente, recuperación de contenidos en base a la precarización de sus conocimientos en pandemia y terminar con “la persecución política”.

Si bien aún no se alza una toma, en el caso del Instituto Nacional ha llamado la atención en la comunidad escolar graves episodios de violencia, como el que se viralizó esta semana. En un video, difundido en redes sociales, se puede ver cómo dos estudiantes se golpean mientras el resto de sus compañeros alienta la pelea en el patio del colegio. A eso se suman las “salidas incendiarias” que realizan desconocidos que -al igual que en el INBA- actúan encapuchados y vestidos con overoles blancos y cuyo objetivo es cortar el tránsito de la principal arteria capitalina: la Alameda Bernardo O’Higgins. Desde el 2 de marzo a la fecha se registran cinco eventos de similar naturaleza.

Autoridades al pizarrón

Durante mediados de marzo, tanto funcionarios de la Municipalidad de Santiago como del Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género han convocado a reuniones con representantes del alumnado para ver cómo se pueden enfrentar sus demandas.

Pese a ello, han continuado los actos de violencia. De esto último quedó un registro audiovisual en el que se ve cómo una turba de estudiantes ataca, el 29 de marzo, a un carabinero que estaba a cargo del tránsito y que hizo uso de su pistola para zafarse, realizando un disparo que hirió a un trabajador que iba pasando por el lugar. Durante la tarde de ese mismo día -en que se conmemora el Día del Joven Combatiente- el intento de secundarios por cerrar el funcionamiento del Metro, como protesta, hizo que comerciantes de Estación Central los increparan y agredieran, quedando un estudiante de Ñuñoa gravemente herido.

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