Valentina Toro: “Me faltaba ser más soberbia peleando; ahora estoy más carreteada con el karate”

Valentina Toro escaló hasta el tercer lugar del Ranking de la Federación Mundial de Karate (WKF).
Valentina Toro escaló hasta el tercer lugar del Ranking de la Federación Mundial de Karate. Foto: @valeentina_toro / Instagram.

La chilena se transformó en la número tres del mundo tras conseguir el oro en la Premier League. Estrella en su etapa juvenil, tuvo que superar grandes obstáculos para brillar entre los adultos.


Con apenas 24 años, Valentina Toro logró transformarse en la tercera mejor karateka del mundo, según el ranking de la categoría -55 kilos. El hito lo consiguió tras una histórica medalla de oro en la Premier League del El Cairo, uno de los eventos más importantes de la disciplina. Éxito que se suma al primer lugar conseguido en Santiago 2023 y que también inserta a la chilena de manera innegable en la élite.

La lucha por destacar, sin embargo, fue extenuante. Pese a que Toro brilló en las categorías inferiores (número uno del mundo en cadetes y junior), su paso a la categoría adulta le significó un gran desafío. Los resultados no llegaron de inmediato y el apoyo económico que tenía antes de dar el salto desapareció. Así, tuvo que iniciar un camino de autofinanciamiento y lucha.

Era una juvenil prometedora, pero una vez que entré a la categoría adulta no pasaba nada. No lograba ganar un combate, no lograba sentirme bien. No tenía en esa categoría apoyo del Comité Olímpico, solo una Beca PRODDAR de 300 mil pesos mensuales, entonces tuve que autofinanciarme un par de veces para ir a competencias. Me endeudé, mis papás me apoyaron y, a pesar de todos esos sacrificios, perdía igual”, relata a La Tercera tras la mejor semana de su carrera.

“Hay muchos deportistas que son muy exitosos en juvenil, pero les va mal en la adulta, se frustran y desaparecen. En un momento me cuestioné si era quizás parte de ese porcentaje”, confiesa la medallista panamericana. Un momento complejo, que superó gracias a dos factores.

El primero fue el apoyo de su equipo en ese entonces, que estaba liderado por César Tolorza, su entrenador desde los 11 años. “En ese tiempo era una lloradita y a seguir. Mi entrenador con mi equipo fueron los que me empujaron a seguir adelante. Me decían que estuviese tranquila, que se iba a dar”, explica en su vuelta a Santiago. Eso sí, también admite que hubo un trabajo personal importante: “El que se empuja todo el rato es uno. Me costó entender que al final para lograr un gran impulso hay que ser como una flecha, jalar un poco hacia atrás para salir con todo”, añade.

A los 19 años consiguió su primera medalla como profesional. Más allá de la alegría, asume que aún le faltaban detalles para destacar al máximo nivel. “Seguía peleando como una niña juvenil. Me faltaba ser más soberbia peleando; ahora estoy más carretada con el karate. He ido adquiriendo mucho aprendizaje, madurando. También tengo un gran equipo, Ahmed, mis preparadores físicos, psicólogos”, explica.

Es justamente la figura de su entrenador egipcio, Ahmed Solyman, una de las claves de este salto. “No nos deja relajarnos nunca. Yo soy campeona de Juegos Panamericanos y Premier League, pero aún así no tengo mi cupo asegurado para las competencias en las que defendemos al país”, advierte.

Todo un trabajo que ha valido la pena. Hoy, la Pequeña Saltamontes es tres del mundo y sueña con ser la número uno. “Me siento parte de la historia del deporte chileno. Fui la primera karateka mujer en ganar unos Juegos Panamericanos y ahora tenemos un Oro Premier League. Entonces estoy rompiendo cada vez más estereotipos”, sentencia Valentina Toro.

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