La escena es así: se termina el verano, comienza el año escolar y universitario; deben pagarse las contribuciones, el permiso de circulación, el Seguro Obligatorio de Accidentes Personales (SOAP), entre muchos otros gastos que se concentran en marzo y son ineludibles para la gran mayoría de las familias, pudiendo en muchos casos convertirse en una verdadera pesadilla.

Una encuesta de ChileDeudas aplicada a 1.500 personas arrojó que el 75% de los consultados estima que tendrá que endeudarse para cubrir sus gastos del tercer mes del año acudiendo a créditos de consumo, avances en efectivo o tarjetas de crédito.

¿Cómo resolver el “puzzle de marzo”? Acá algunos tips:

La planificación es esencial para enfrentar con tranquilidad la ola de gastos propia de este complejo período del año. Una de las alternativas más recomendables, especialmente para quienes arrastran deudas de las fiestas de fin de año y las vacaciones, son los créditos de consolidación o también conocidos como “Compra de Cartera”. Estos operan unificando varias deudas en un mismo crédito con un plazo de hasta 60 meses. De esta forma, las personas pueden ordenar sus finanzas pues pagan solo una cuota y no dos, tres o más por separado, incluso a distintas entidades.

“Consolidar los compromisos del período en un solo crédito es una buena opción porque se distribuye el gasto a lo largo de todo el año con el pago de una única cuota mensual. Esto permite mantener el orden y alivianar el peso que implica marzo. Es importante que al momento de definir el plazo de su crédito cada persona considere un monto de cuota mensual que esté en condiciones de asumir sin que ello impacte al resto de sus gastos recurrentes” explica Jaime Jorquera, director de Banca Personas de Scotiabank Chile.

Con las deudas consolidadas, ¿qué pasa si el resolver el “puzzle de marzo” nos deja sin dinero suficiente para cubrir los gastos habituales de ese complejo mes?

Es importante que al momento de cotizar un crédito las personas consideren las alternativas de flexibilidad en el pago que las distintas entidades ofrecen y que les permiten contar con cierta holgura previo al inicio del pago. “Existe la alternativa de aprovechar los meses de gracia, posponiendo el pago de la primera cuota del crédito”, comenta Jorquera.

El ejecutivo precisa que, por ejemplo, en el caso del banco de origen canadiense la oferta de créditos considera la posibilidad de postergar algunas cuotas en el momento que se requiera durante el plazo del crédito. “Esto resulta muy conveniente si hay meses en que el cliente va a tener un gasto extraordinario o va a estar más justo con su presupuesto”, agrega.

Desde el inicio de la pandemia, la obtención de créditos a través de canales digitales ha sido una de las opciones más utilizadas por las personas en Chile. En la banca hay varias alternativas que se gestionan 100 por ciento en línea y tienen abono automático en la cuenta corriente. En Scotia, además, los créditos de compra de cartera permiten realizar todos los trámites relacionados con la firma de documentos a través de la web. “De esta forma, los clientes evitan tener que ir a las sucursales y realizar papeleo innecesario”, explica Jaime Jorquera.

En paralelo, durante marzo y a lo largo de todo el año las personas pueden apoyarse en los beneficios asociados al uso de tarjetas de crédito o débito en distintos comercios. Acá destacan descuentos y alianzas que permiten comprar a precios más bajos, por ejemplo, en supermercados, tiendas de libros y de útiles escolares. En esos casos, la recomendación es siempre revisar en la web de cada institución los convenios y descuentos disponibles.

En este contexto, una alternativa que puede resultar conveniente es pagar algunas de las obligaciones de marzo con tarjeta de crédito en cuotas sin interés. Jorquera comenta que, por ejemplo, las tarjetas de crédito de Scotia ofrecen 12 cuotas sin interés para pagar universidades, institutos, preuniversitarios, colegios y jardines infantiles.

Adicionalmente, cotizar y comparar precios es esencial para rebajar los gastos de marzo. Por ejemplo, el SOAP: aunque es de un valor accesible, no tiene el mismo precio en todas partes. Sin importar su proveedor, este seguro ofrece –por ley– la misma cobertura; sin embargo, las diferencias de precio varían en hasta un 82%, según la guía para clientes bancarios y consumidores de Chile elaborada por Chócale. Por eso, es importante informarse en las distintas entidades respecto de las ofertas y beneficios asociados a la adquisición de esta póliza obligatoria.