La incertidumbre de los especialistas frente a los virus respiratorios de invierno

07 Noviembre 2022 Vacunatorio del Gam donde se comenzoa a administrar la dosis Bivalente contra el Covid 19 a personas de la 3era edad mayores de 70 años. Foto: Andres Perez

Expertos del Ministerio de Salud, de la Universidad Andrés Bello y de distintos centros clínicos afirman que Chile está mucho mejor preparado para enfrentar la acción de los virus, por las enseñanzas de la pandemia, y los bajos números de hospitalizados en UCI y fallecidos así lo demuestran. Sin embargo, no existe certeza sobre cómo se comportarán el COVID-19 y la influenza en la próxima temporada de frío. Ocurre que la población le perdió el miedo al coronavirus, se testea privadamente cuando tiene síntomas y el grupo de riesgo no ha acudido por completo a vacunarse con la bivalente. Además, la influenza que viene ataca durante todo el año.



No existen motivos concretos para pensar en un invierno catastrófico, pero sí los hay para imaginar una temporada incierta. A saber: Primero, la vigilancia epidemiológica del COVID-19 perdió relevancia; segundo, la población, en general, dejó de temerle al virus; tercero, la vacunación de la bivalente no ha sido lo exitosa que se esperaba, y cuarto, se nos viene una influenza atípica que en el hemisferio norte subió mucho en números y no respetó estacionalidad el año pasado.

Si bien tres años han bastado para tener una idea sobre el comportamiento de los virus en el país, estos siempre pueden darnos una sorpresa. Por tanto, aunque los especialistas no vaticinan una estación especialmente cruel, sí admiten incertidumbre y preocupación, sobre todo porque la influenza cambió sus hábitos y el SARS-CoV-2 (el virus del COVID-19) sigue generando una enfermedad peligrosa en los grupos de riesgo, amén del hecho de tener que convivir estos dos por segundo año con los virus restantes: adenovirus, metaneumovirus y sincicial, entre otros.

El COVID-19 no ha desaparecido, se transformó en una enfermedad endémica con incrementos estacionales -explica la doctora Annabella Arredondo, académica y epidemióloga del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Se puede esperar aumento de los casos en el período otoño-invierno, de magnitud inferior a los años previos, pero se debe tener presente que sigue produciendo hospitalizaciones y muertes”.

Respecto de la influenza, señala que las proyecciones para el país se realizan de acuerdo con lo ocurrido en el hemisferio norte durante el otoño-invierno anterior. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que la circulación de este virus reapareció en 2022 adelantándose a lo habitual, y a fines de año aumentó respecto de los niveles prepandémicos, por lo que se puede esperar una situación similar en nuestro país, con inicio precoz y niveles altos”.

Este mes, el Ministerio de Salud inició la campaña de vacunación contra la influenza, primero entre el personal sanitario y siguiendo luego con el resto de la población objetivo, por etapas. La idea es que esas mismas personas que se vayan a vacunar contra esta gripe aprovechen la oportunidad de inocularse contra el coronavirus, con la bivalente.

“Existirá la posibilidad de tener las dos vacunas en una sola visita y eso es una gran ventaja para que las personas puedan protegerse”, señala Christian García, jefe del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud.

“La dupla”, como se le conoce a este proceso de doble vacunación se promueve, básicamente, porque la vacunación con la bivalente ha ido más lenta de lo que quisieran las autoridades ministeriales.

¿Hay preocupación? “Debemos ser claros -dice García-, existe incertidumbre de cómo se comportará este año la mezcla de virus, el SARS-CoV-2 con el de la influenza. La verdad, no lo sabemos. Pero sí sabemos cómo prevenir las infecciones y, especialmente, el impacto grave que pueden tener ambas”.

La campaña antiinfluenza será una oportunidad para mejorar las coberturas, acota la doctora Arredondo, puesto que se está indicando inocular en forma simultánea a partir de los 3 años de edad. “Como siempre, es gratuita para las poblaciones objetivo, en vacunatorios públicos o privados en convenio. La vacuna demora dos semanas en entregar protección”, destaca.

SUBDIAGNÓSTICO Y VACUNAS

Vacunación contra coronavirus

El doctor Felipe Rivera, especialista broncopulmonar de Clínica Dávila, indica que no es fácil hacer una proyección sobre qué pasará este invierno. “Lo que sí sabemos es que cada vez que la gente regresa de las vacaciones, tiende a juntarse y a aglomerarse, se produce un recrudecimiento de las cifras de COVID-19. No necesariamente se presentan más graves ni con igual mortalidad de la que vimos en los años anteriores, pero sí vamos a estar preocupados, especialmente porque las cifras de vacunación de la bivalente son francamente menores de lo esperado. De hecho, ya hay algún aumento proporcional y total de los casos de COVID-19 después de las vacaciones”.

Otra dificultad es el subdiagnóstico del coronavirus. Si bien hay cifras claras entregadas diariamente por el Departamento de Estadísticas e Información del Ministerio de Salud (DEIS) -alrededor de 4 mil casos diarios al cierre de esta edición-, no se puede tener la seguridad de esas cifras, puesto que la mayoría de la población, en caso de tener síntomas, se está testeando en casa, con antígenos comprados en la farmacia. “Por ello, no sabemos cuán importante es la carga viral de estos momentos, cuántos están contagiados y cuántos asintomáticos. La única manera que tenemos de saberlo es por su llegada al hospital, cuando se les consulta y se les registra con PCR, y eso no ocurre en todos los casos. Y preocupa, porque significa que estamos subvalorando una enfermedad a la cual, además, se le ha perdido el miedo”, dice el doctor Rivera.

La doctora Arrendondo agrega: “La vigilancia epidemiológica del COVID-19 ha ido perdiendo relevancia, por el menor testeo y notificación de casos, por lo que la vigilancia universal ya no es el mejor indicador”.

Las cifras que hoy tenemos que observar con mucha mayor atención son las que no tienen que ver con los casos, indica la doctora Claudia Cortés, infectóloga de Clínica Santa María. “Si estamos llenos de casos leves, es poco relevante. Lo relevante es que el número de hospitalizaciones y de fallecidos se mantiene bastante bajo. Por supuesto que todas las muertes nos importan y una desearía tener cero, pero los fallecidos hoy se concentran especial y casi exclusivamente en personas añosas, sobre los 80 años en la gran mayoría, y que tienen comorbilidades. Es un grupo muy lábil y frágil, con muchos otros fatores de riesgo, así que es difícil responsabilizar exclusivamente al COVID como causa de fallecimiento. Muchos de ellos mueren con COVID de otras causas y no de COVID”.

Christian García, del Ministerio de Salud, dice que lo que se ha visto del SARS-CoV-2 es que se comporta con alzas y bajas sucesivas, que probablemente en invierno seguirá subiendo y luego descenderá, y que esa dinámica se mantendrá. “Podemos estar con muchos casos, pero hoy tenemos las cifras más bajas de hospitalización en UCI en mucho tiempo. De hecho, hay un 5% de ocupación de UCI por COVID y a la misma fecha del año pasado teníamos cerca de un 40%. Eran más de mil personas hospitalizadas en UCI y hoy, alrededor de 90. Hace dos meses teníamos entre 15 y 20 fallecidos diarios como promedio, y hoy estamos bastante más bajos de eso, de 9 a 10″.

Y aunque la fatiga pandémica aún no acerca a un gran porcentaje de personas a la última vacuna, la cobertura de vacunación en Chile tranquiliza. Prácticamente todo el país tiene el esquema primario (primera y segunda dosis) y una parte relativamente importante de la población accedió a los refuerzos (tercera y cuarta dosis).

Efectivamente, Chile tiene una excelente cobertura de vacunación contra el COVID, detalla la epidemióloga de la UNAB. “Nuestro país ha logrado a la fecha una cobertura de 93,3% de las dos primeras dosis, de 88.9% en la tercera dosis (refuerzo) y 74,9% para la cuarta (también refuerzo). La OMS definió como meta la cobertura de 70% para esta vacuna. Pero a nivel individual, una persona que no ha completado su esquema de vacunación sigue teniendo mayor riesgo de enfermar gravemente y morir que una que lo ha hecho”.

La bivalente (mal llamada ‘quinta dosis’, porque se convertirá probablemente en la vacuna anual) es la que aún no prende del todo, y urge que así sea porque está dirigida a una población específica en riesgo. “Un poco más de la mitad de los mayores de 70 años se ha vacunado, lo que es una buena cifra -dice el jefe de Epidemiología del Minsal-. Pero, claro, cuando uno ve el grupo completo, o los mayores de 50 años y más, tenemos ahí cifras más bajas, alrededor de un 27%”.

COMPORTAMIENTO VIRAL

FILE PHOTO: Vials containing the Pfizer/BioNtech vaccine against the coronavirus disease (COVID-19) are displayed before being used at a mobile vaccine clinic, in Valparaiso, Chile, January 3, 2022. REUTERS/Rodrigo Garrido/File Photo

El virus con el que se inició la pandemia era muy diferente al actual, pues ha sufrido sucesivas mutaciones. La variante Ómicron, que es la que circula en todo el mundo, es mucho más transmisible que las anteriores, pero menos letal, asegura la doctora Arredondo. El último reporte del Instituto de Salud Pública (IPS) indica el predominio del sublinaje XBB 1,5, tanto a nivel comunitario como en fronteras. “Es difícil anticipar las características de las nuevas mutaciones, pero la vigilancia genómica permite identificar pronto los cambios y, de ser preciso, incorporarlos a los nuevos esquemas de vacunación”, dice la especialista.

Con Ómicron y sus subvariantes estamos desde hace varios meses y eso se ha mantenido estable. “Esto es un proceso evolutivo, darwiniano -explica la doctora Cortés-: sobrevive la variante más apta. Las que van apareciendo siempre son más contagiosas que las anteriores, porque si fueran menos se extinguirían. Así es cómo funciona la virología. Cada vez hay más virus, pero al ser más contagiosos van perdiendo la agresividad, y eso es lo que hemos ido enfrentando”.

Hasta 2019 se conocían bastante bien los patrones virales del invierno. La influenza tenía un carácter estacional y se comportaba de manera similar año a año. Los peaks eran en junio-julio y luego bajaban. Luego venía el virus sincicial, que afecta principalmente a los lactantes. Pero en 2020, cuando partió la pandemia, todos los otros virus desaparecieron. En 2021 reaparecieron de manera muy marginal y en 2022 en mayor número, aunque sin tanta fuerza. “Sincicial e influenza estuvieron presentes, pero en un calendario distinto al que teníamos desde hacía 20 años -comenta la doctora Cortés-. De manera que no sabemos qué puede pasar esta vez con la influenza, porque perdió su estacionalidad y estuvo todo el año. Estamos en un momento bien interesante desde el punto de vista de la epidemiología e infectología. Lo que sí sabemos es que las vacunas son muy seguras y son las que han marcado la diferencia entre un terrible año 2020 y el presente”.

Este año la vacuna contra la influenza es trivalente: AH1 N1, AH3 N2 y B, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS.

La inoculación debe complementarse con medidas individuales que se aprendieron bien durante la pandemia: exhaustivo y frecuente lavado de manos, y uso de mascarilla en espacios cerrados o aglomerados, y en caso de tener síntomas respiratorios. “La persona que tiene falencias en su sistema defensivo debe usar protección -recomienda el doctor Rivera-. El anciano, el enfermo del corazón o del pulmón tiene que ocupar mascarilla, incluso estando vacunado, ya que ninguna vacuna protege totalmente del contagio”.

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