Las múltiples causas que explican la obesidad

Factores genéticos, psicológicos y hasta sociales son los principales gatillantes de una enfermedad cuyo diagnóstico y tratamiento va mucho más allá de hacer dieta y ejercicio.



Por mucho tiempo se ha sindicado a la falta de ejercicio y la mala alimentación como las únicas causantes de la obesidad. La acumulación de grasas en el cuerpo -especialmente en el abdomen- termina siendo considerado como un tema estético cuando, en realidad, estamos frente a una de las grandes enfermedades de nuestro tiempo.

“El diagnóstico de obesidad es solo la punta del iceberg”, nos explica Yudith Preiss, Médico Nutriólogo del Centro de Cirugía de la Obesidad del Hospital DIPRECA y del Centro Médico Novamed. La especialista señala que si bien la manera de detectar la obesidad es precisamente a través de mediciones de la circunferencia de cintura, y el cálculo del índice de masa corporal por medio de la medición de peso y talla, lo importante para tratar esta enfermedad de manera correcta radica en encontrar su origen.

“¿Cómo es que llegó hacia allá el paciente? Eso es lo que uno tiene que ir indagando junto a la persona. Y la verdad es que nunca es solo una cosa, siempre hay una combinación de factores como, por ejemplo, contar con una carga genética que se gatilla en determinadas condiciones ambientales”.

Es por eso que hoy en día, el tratamiento de la obesidad no se basa únicamente en dietas y ejercicio sino que en un escenario que abarque múltiples factores, causas y fomentando la adherencia del paciente a este tratamiento.

Tratamiento en equipo

Desde el año 1995, la OMS tiene catalogada a la obesidad como una enfermedad de carácter crónica que se manifiesta por una acumulación en exceso de grasa visceral y que además es multifactorial, es decir, sus orígenes pueden venir de diferentes explicaciones.

Esto quiere decir que la obesidad es una enfermedad que puede manifestarse por múltiples razones, por lo que no existe un único tipo de tratamiento.

“Uno de factores los principales es la carga genética, es decir, familias que siempre han tenido obesidad y que explican que haya gente que viva con obesidad desde la infancia”, dice la doctora Preiss. Pero luego pueden presentarse otros factores, nos explica: por ejemplo, condiciones médicas que alteran hormonas y hacen subir de peso, trastornos psicológicos que eleven la ansiedad, accidentes que afectan nuestra movilidad e incluso tratamientos de otras enfermedades cuyos fármacos nos alteran el equilibrio entre el apetito y la saciedad y afectan el metabolismo basal.

Es por eso que el rol de los médicos tratantes es establecer un trabajo en equipo y multidisciplinario que permita reconocer el origen de la anomalía en el cuerpo que está haciendo que acumulemos grasa y desde allí, continuar con el cambio de estilo de vida.

La doctora Cecilia Troncoso, médico experta en Obesidad de la Universidad de Chile, considera que uno de los factores más importante es el genético. “A finales de los 90 se descubrió que hay una sustancia llamada leptina que está involucrada en la regulación del peso corporal y se vincula directamente a los casos de obesidad. Otros estudios han demostrado que la influencia genética se encuentra incluso a nivel de la microbiota intestinal”, nos explica.

El problema, nos dice la doctora Troncoso, es que como hoy llevamos un estilo de vida obesogénico, es decir, con mucho sedentarismo, mala alimentación y estrés, es cada vez más fácil, considerando nuestras diferentes cargas genéticas y hormonales individuales, que superemos nuestro límite fisiológico de acumulación de grasa, lo que se podría transformar en enfermedad.

En ese sentido, la especialista nos dice que la clave para controlar la obesidad está en cuatro factores que cubrir durante el tratamiento: “El tratamiento de la obesidad se resume en el control de las ‘cuatro M’ según SCOPE: mental, metabólico, mecánico y monetario. El control mental supone mantener a raya la angustia, ansiedad y todo lo que te haga comer; el control metabólico está referido al tratamiento de las enfermedades asociadas a la obesidad (hígado graso, diabetes, etc.); el control mecánico hace alusión al ejercicio que cada persona puede realizar dependiendo de sus limitaciones, en forma ordenada y continua, asesorado por un profesional del área idealmente; y la cuarta ‘M’ es el control monetario, el cual es muy importante considerando que se trata de un tratamiento crónico, es decir, que debe mantenerse para toda la vida”.

Es por esta razón que no hay un solo tratamiento que sea efectivo ni una dieta mágica que resuelva todo. Y ese es el cambio que la doctora Troncoso espera que sea entendido por los pacientes a quienes trata. “El desconocimiento es nuestra peor amenaza. Los pacientes demoran hasta 4 años en venir a consultar debido a que entre medio tratan de hacer dietas que no les resultan porque no están pensadas para sus situaciones específicas, o no consultan por el estigma que existe en pacientes con obesidad. El manejo debe incluir aparte de la educación alimentaria, ejercicio físico, apoyo psicológico y muchas veces uso medicamentos indicados de manera individualizada”, nos dice.

Pero también se mantiene optimista ya que a pesar de que la obesidad es algo relativamente nuevo para Chile -considerando que en los 80 el problema era la desnutrición- los pacientes acuden sabiendo que si las dietas no les resultan es por algo más.

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