Desde la raíz a la periferia
Latitudes menos famosas, pero de miradas frescas, sorprendieron este año en el Salón Satélite en Milán, ahí donde debutan los nuevos talentos buscando hacerse un espacio en el mundo del diseño.


Si el Salón del Mueble de Milán reúne las marcas más prestigiosas y sus nuevas colecciones, el ‘bussiness’ del diseño en pleno, oficial y consolidado, con tantos, tantos muebles de factura increíble, el Salón Satélite aporta en cambio el aire fresco, las ideas nuevas, muchas veces fuera de la norma, de terminaciones aún imperfectas y no industriales, pero de corazón potente; energía de cambio y renovación que en versiones anteriores ha puesto en evidencia a talentos como Matali Crasset, Nendo o Francesca Lanzavecchia; miradas inusuales, geniales, que escapan al mainstream aportando notas disonantes y coloridas.
Este año fueron 700 los creativos seleccionados, 18 escuelas de diseño que se presentaron en el contexto del tema “Planeta Vida” -en consonancia con el lema “Nutrir el Planeta” de la ad portas Expo de Milán, o Exposición Universal-. Un Salón Satélite en el que hubo abundancia de reciclaje, de experimentación con materiales, de tecnología y madera.
Reciclaje, sí, pero un paso adelante, creando nuevos materiales como los muebles Re Tree de astillas prensadas en moldes de metal de Philipp Käfer, Alemania. La madera límpida y natural con diseños mínimos se vio en cientos de formas como las lámparas Trans de Kairi Eguchi Design, de Japón; los muebles de Belgium is Design, los parlantes bluetooth o las bancas de Wooden Furniture Ideun, de Corea, porque parece que cuando se habla de cuidar el planeta y sustentabilidad lo primero que se viene en mente es la madera...
En fin, mucha madera, pero también tecnología. Luminarias -o algo parecido a ellas-, impensadas, poéticas y etéreas, más cercanas al arte que a la función, con Oriente como protagonista. Los dos primeros lugares del Salón Satélite Award lo confirman con Cloud Series Lamp de Xuberance Studio de China y Dandelion Mirror- de Scott Haung de Kinetic, Taiwán.

Pero entre tanto diseñador y objeto, más que personalidades que se empinaran muy por encima sobre sus pares, más bien hubo una corriente que cruzó el Salón de los menores de 35 años de edad, y en ella se asomaron los trabajos y creadores más interesantes del evento. Los diseñadores de países usualmente en la periferia de la industria del diseño llevaron la voz cantante. Fueron más novedosos, más atrevidos y jugados en sus propuestas, y esto les valió la atención del público y el jurado. Como China, Taiwán o Chile, que en el trabajo de Pablo Ocqueteau de Documentary Design (con base en Alemania), obtuvo una de las dos menciones honrosas otorgadas por el evento (la otra fue para un australiano).
En esta valoración de las raíces, los objetos se llenaron de sentido, desde Siberia, China hasta Chile; la introspección hacia las tradiciones de cada cultura enriqueció y en cierto modo renovó el panorama del diseño internacional expuesto en esta arena, en las ideas de las nuevas generaciones que revisamos en las siguientes páginas.
Cloud
Xuberance Studio - China
El jurado lo escogió como primer lugar del Salone Satellite Award por su concepto: "Un nuevo producto basado en la relación entre la estética tradicional china y el contenido ancestral de su cultura". Realizada mediante impresión 3D, la serie de lámparas Cloud se inspira en las formas de las nubes y la escultura en piedra de los jardines reales chinos.
El trabajo de Xuberance, oficina con base en Shanghái, expresa toda la delicadeza y sutileza de Oriente, protagonistas de esta feria.
Dandeleon Mirror
Scott Haung, Kinetic Taiwán
Los espejos cinéticos los conocíamos como aplicaciones para el retail que ahorran la fatiga de probarse la ropa al proyectar en él la imagen con la prenda y colores a elección. Pero el caso de Dandeleon es muy distinto. La pantalla interactiva reacciona ante los gestos de quien se mira; una sonrisa genera, por ejemplo, la imagen de una flor en crecimiento como respuesta, una cualidad que le valió el segundo puesto de la premiación, ya que a juicio del jurado aporta a la calidad de vida cotidiana de las personas mediante su propuesta que fusiona una tecnología amistosa, el diseño y el arte interactivo.
w scottiehuang.com
Uisca - Triple Bottom Line
Al japonés Satoshi Yanagisawa le interesa la experiencia tangible, la narración e interacción que el usuario hace en torno al objeto. Y en el caso del sistema de lámparas Uisca, la relación que se establece tiene algo de magia. Parecen gotas o flores descendiendo delicadamente del cielo, pero están formadas por polímeros reciclados, led y materiales fotoluminosos que crean este efecto de iluminación etéreo e hipnotizante.
w triplebottomline.cc
Trempel -
Viktor Puzur
¿Y cómo a nadie se le había ocurrido antes? Este diseñador ucraniano le ha encontrado un nuevo uso a esos tubos de cartón macizo y resistente: ganchos de ropa. "La idea principal es su fácil fabricación. Lo esencial en la forma es el ángulo de corte del tubo", dice Puzur.
w puzur.com
Continuum -
Kappes
Diseñadores, artistas, ingenieros y hasta compositores. Kappes es un colectivo que acoge una serie de creativos de Tokio, traspasando las fronteras que encasillan la creatividad. ¿El resultado de esta unión virtuosa? Un diseño impregnado de belleza y arte, como Continuum, que más que una lámpara la definen como un trabajo artístico luminoso cuyos haces y fluctuaciones pueden ser modificados y controlados mediante el computador.
w kappes.jp
Bean - Sozen
China sorprende nuevamente con una mirada hacia sus tradiciones artesanales y culturales revisitadas en estilo contemporáneo, por ejemplo en la lámpara de bambú y papel Bean, o el taburete y silla Sunyata, que parecen ligeros como una fibra vegetal, pero que sin embargo están hechos de cemento.
w sozen.cn

Mapuguaquén
Documentary Design
Philine y Pablo se conocieron en Valencia, cuando él hacía su primer intercambio de diseño, son pareja desde hace 9 años, tienen su estudio en Berlín, donde viven desde 2010. Él es chileno, diseñador y fotógrafo; ella, alemana, audiovisual, con estudios en antropología, y fueron una de las dos menciones honrosas otorgadas del Salón Satelite Award.
Ambos sumaron sus ganas y experiencia realizando proyectos como el documental interactivo Aysén Profundo, en el que buscan rescatar las tradiciones artesanales de esa región. De ahí el nombre del estudio. “El diseño que me interesaba hacer era documental, que respondiera al entorno en donde nace, hablando el idioma del lugar, utilizando su capacidad productiva, más sus materias primas”, explica Pablo, que presentó en Milán Mapuguaquén, en mapudungún, ‘el sonido de la Tierra’.
¿De dónde nace la idea de Mapuguaquén?
Surgió como una inquietud y observación que recayó en una forma de afrontar los proyectos. Me llamaba mucho la atención en la universidad que muchos hacíamos diseños que era imposible desarrollar en Chile, es decir, se diseñaba para una industria inexistente y seguíamos las tendencias del diseño mundial sin fijarnos dónde teníamos los pies puestos o para dónde nos iban a llevar esas decisiones y esfuerzos, un poco como imitar un acento para parecer lo que no éramos. Eso me hizo cuestionarme: ¿existe el diseño chileno o latinoamericano, que se vea y reconozca como tal, sin necesidad de conocer su procedencia? Existe una identidad material que sea realmente nuestra? ¿Cuál es nuestro propio acento, dónde nace? Y la respuesta fue: en las manos de nuestros artesanos, de quienes hacen industria sus propias manos.
Cuéntanos de esta fusión de arcilla, una materialidad tan ‘artesanal’, con parlantes, algo más bien tecnológico.
Tenía muy claro que solo una fusión o contraste podría generar un buen resultado al trabajar con esta estética tradicional y materialidad local. Por eso me enfoqué en un producto que generara un puente entre dos mundos, donde tradición ancestral y soluciones a necesidades actuales pudiesen convivir, mezclando uno de los oficios más antiguos de la humanidad con alta tecnología. Dentro de esa lógica nace Mapuguaquén. La greda es tierra, eso era fácil: Mapu, y ruido o estruendo es Guaquén, así que de ahí salió el nombre que interpreto como ‘el sonido de la Tierra’.
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