Donde la naturaleza manda
Esta casa es una declaración de intenciones: Respetar la cota del cerro y su geografía. Desde este punto, los dueños junto al arquitecto Tomás Fontecilla construyeron un espacio y una perfecta relación entre la casa y el paisaje exterior.


FRONDOSOS
árboles, plantas trepadoras, maceteros de distintos tamaños y estilos, escaños de forja y estatuas de ángeles son algunas de las características de este jardín.
AGUA.
Una pileta aporta con el sonido del agua cayendo y con ese verdor único del musgo, en una de las vistas del jardín.
Dicen que las casas son la prolongación de nosotros mismos. Y es cierto. Con solo traspasar un gran muro percibimos que todo en esta casa -emplazada en el cerro - nos habla de sus dueños y su relación con la naturaleza.
Según su dueña, aquí lo que prima es la libertad, no pertenecer ni amarrarse a nada, que las cosas que les gustan pueden convivir adecuadamente. “Alguna vez oí que la palabra elegante venía del saber escoger, y si esto está de acuerdo con lo que uno opta se produce armonía y se ve bien”, explica.
Aunque su moradora confiesa que no se preocupan mucho de la decoración, sí reconocen su amor por objetos que les apasionan, que les sirven o que significan algo especial, como fotografías, piedras recolectadas de los viajes, cuadros pintados por ella y sus hijos, un sofá de sus antepasados, etc. En definitiva, estos elementos junto con los mobiliarios heredados de su abuela logran una composición sobresaliente, pero tranquila, ni ostentosa ni mucho menos típica.
Se considera bastante ‘cachurera’ a la hora de escoger un mobiliario específico o un adorno ornamental para su jardín. No hay una tienda determinada y menos una marca predilecta. Con solo mirar las cosas advierte alguna utilidad y por lo general tiene buen ojo para escoger y sacarle partido.
Aunque no hay espacios más importantes que otros, los dueños de casa se pasean cómodamente por el living, el comedor, los dormitorios y la cocina, de grandes dimensiones, siendo este último un lugar que cautiva por su espacio e iluminación.
Uno de los sectores más alucinantes es el jardín, que no fue pensado y menos esbozado con lápiz y papel. Al contrario, solo se plantaron las especies que les gustan, respetando al máximo la conservación del entorno natural, a lo que se suma una acertada utilización del agua en fuentes, estanques y una pila de agua construida en obra.
Dentro de las especies que dan personalidad a este jardín se encuentran el caqui, que se llena de fruta en esta época del año, y una higuera, en la que pasan bajo su sombra las tardes de verano. En tanto, los lirios son los protagonistas cuando florecen en noviembre. También hay rosas, jazmines, flor de la pluma y lavandas. Todos estos elementos se confabulan para que el jardín se vea maravillosamente encantador. ¡Casi de cuento!
“La cocina está casi unida al comedor y se comunica por una gran ventana abierta; allí nos reunimos y cocinamos en familia”, cuenta la dueña de casa.
COLECCIONES.
Una de las colecciones que más aprecian es la de piedras, por considerarla fascinante. Conocen a cabalidad cada una de ellas (sus orígenes y procedencias) y en sus paseos llegan con alguna recogida del camino.
El antiguo piano -heredado de su abuela- es un punto de encuentro de su hija y nieta, que tocan ocasionalmente algunas piezas.
INSPIRACION
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