Salirse del circuito de anticuarios -a los que por supuesto nosotros queremos y respetamos- para, con ojo agudo y algo de suerte, encontrar algunas joyitas. Un par de objetos para coleccionar, para admirar y para ser un poco más felices gracias a las cosas lindas que nos rodean. A +decoración le gusta eso, y los ayudamos en la tarea de vivir bien, sin gastar tanto. Por eso, recorrimos dos lugares tradicionales donde un buen ojo puede hacer maravillas, y sobre todo donde el dato se agradece como nunca.

En el local de don Víctor Contreras, que es uno de los fundadores de los locatarios del persa Bío-Bío, puede encontrar buena loza inglesa para completar un juego o llevarse de frentón este juego de 10 copas de cristal (1) Yungay de los años 50. L. 131.

Si anda por el Parque de los Reyes, en Balmaceda y es un fanático de los muebles Modernos, del Art decó o el Nouveau; vaya directo donde Claudio Arce, L. 88, calle 3. De ahí es este sofá danés (3), original de los años 50, con estructura y patas en madera de haya. Claudio, que sabe mucho y es un agrado, tiene además piezas excepcionales como el platillo volador (2), un juguete perfecto, hasta con su caja original, fabricado en Japón a comienzos de los 60.

Según los locatarios hay períodos. Y tal como se ponen de moda algunos de ellos -como los veladores Art decó que fueron furor- por estos días al parecer la cristalería y la loza de época son apetecidas por jóvenes coleccionistas. Un deleite para cualquiera es este juego de té inglés (4), pintado a mano de 1940. Bío-Bío con Víctor Manuel, L. 131. Este juego de té checoslovaco (5 y 6) por ejemplo, es Bohemia, está completo para 12 personas con tetera, cremero, platos de pan, todo. Una joyita de aquellas que, por poco menos de $400 mil, puede comprar en el Persa Bío-Bío, en el galpón de los muebles. L. 80, pregunte por María.

Entre un montón de cajas en el galpón de Balmaceda, L. 88, calle 3, descubrimos este carrito de té J.J. Kohn (7) de comienzos del siglo XX en madera de haya, con vidrio negro original.

La chica Amalia, es a quien hay que conocer en el Persa Bío-Bío. Además de ser un personaje encantador, lleva 27 años trabajando en las antiguëdades y se maneja perfecto en muebles de estilo, porcelanas y platería. Compra y venta de antigüedades Mis Tres Hijos, se llama su sociedad y ocupa los locales 104 y 105 en el galpón 1. Ella misma le mostrará sus secretos que van desde buenos muebles chilenos en lingue, hasta este juego de sofá y dos sillones (8) en perfecto estado de los años 50. El sillón estilo Morris (10) es del mismo local y está a $50 mil. Persa Bío-Bío L. 104 y 105 en el galpón 1.

El juego de loza (9) es de una de las picadas de la calle Bío-Bío, en el número 676. Es japonesa y pintada a mano.

Un clásico: apetecidas por coleccionistas y busquillas, las piezas de la fábrica de cerámicas Lota (11, 12 y 13), que cerró en los años 50. Entre ellas, las más buscadas son éstas chorreadas, que corresponden a los diseños propios que realizaron. En el Parque de los Reyes, la Lucy en la calle 6, L. 170 y 190, tiene un surtido muy bueno, al que siempre están llegando piezas nuevas.

Muy de moda, pero no por ello menos buscadas, las sillas fiscales (14) en sectores más exclusivos superan los $50 mil por unidad.

La chica Amalia en el Persa Bío-Bío, L. 104 y 105 vende las seis por $120 mil. Marcos en madera tallada (15), dorados, europeos y hasta cusqueños si tiene suerte. En el local 80 de Bío-Bío con Víctor Manuel. Los precios de los que se ven aquí van desde los $8 mil a los $25mil.

Y para terminar, este juego de té checoslovaco de los años 20 (16 y 17), mi preferido, y el que hasta ahora no tiene precio. Es de porcelana con platino. En el Parque de los Reyes, lo tiene Claudio Arce en L. 88, calle 3.