Fin de semana largo, ideal para salir fuera de Santiago, por lo que espero que muchos de ustedes nos estén leyendo en lugares que no son los típicos: en la playa, la montaña o cualquier otro que permita desconectarse de la ciudad, descansar y cargar pilas. Mal que mal estamos a mitad de año, y de uno que ha sido bastante movido. Es por esto que decidimos mostrarles Pucón, un lugar que muchos ya deben conocer, pero que se reinventa constantemente manteniendo su carácter de pueblo, tranquilo, ajeno a la sobreexplotación y que merece ser visitado cada cierto tiempo. ¿Y qué mejor hotel en esta zona que el tradicional Antumalal para concretar una escapada? Un lodge que ha sabido mantenerse vigente a su modo, con una propuesta de arquitectura y decoración fiel a sus orígenes, que no ha caído en la tentación de transformarse en algo masivo, sino todo lo contrario. Un destino ideal para escapar. Piénsenlo.

Otro tema que quizás inconscientemente uno asocia con los fines de semana largos son los espacios acogedores y cálidos, ojalá con chimeneas prendidas, sin pasar frío. Y es esto justamente lo que ha estado dándome vueltas en la cabeza. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que nos demos cuenta de que hay ciertas cosas que definitivamente ya no podemos hacer? Santiago y otras ciudades como Temuco se sumergen gran parte del año en una contaminación imposible, que nos envenena y a la que, lamentablemente, nos acostumbramos –sólo nos damos cuenta por contraste, cuando llueve y mágicamente nos sorprendemos con la cordillera que aparece cada vez por menos horas–. Creo que hace mucho los arquitectos deberían haber interiorizado esto, dejar de diseñar casas con chimeneas, pensar en mejores propuestas de calefacción no contaminantes, pasivas y eficientes, y las autoridades ser proactivas, anticipándose a situaciones que sabemos llegarán. Hace un par de semanas pasé por Londres, y una de las cosas que más me llamó la atención fue el lanzamiento de los buses y taxis híbridos, no contaminantes. Una política de gobierno que implementa tecnologías existentes y comprobadas como eficientes. Mientras en Chile aún se discute sobre cómo certificar la leña para calefacción. Siento que en políticas ambientales vamos en carreta, cuando el resto del mundo hace rato se mueve en jet.