Editorial
Semana del 07 al 14 de abril de 2012.
Fin de semana largo, partir a la playa, aprovechar los días de sol o, si se tiene suerte, un poco de frío y neblina. Quizás algunos me van a considerar un poco loco por querer frío, pero el verano ha sido tan largo y caluroso que yo al menos ya quiero algún indicio de invierno. Para mí, Semana Santa siempre ha sido la fecha que marca el cambio de temporada, cuando uno piensa en leer un buen libro con un chal en los pies o preparar platos de cocción lenta y sabores más potentes.
Un excelente ejemplo de este tipo de experiencias es la que ofrece el barco "Ona", que navega por los canales del sur; en una escala acotada, todo está pensado para el goce sin exageraciones, todo hecho a mano y con tiempo. La capacidad de pasajeros es poca, por lo que hay que programarlo con anticipación; evalúenlo, porque este año hay varios fines de semana más como este y embarcarse es una manera radical de cortar con la rutina, sin celular, sin apuro.
Las dos casas que fotografiamos para este número representan la escapada perfecta de fin de semana, ambas pensadas y decoradas por sus dueños, quienes pusieron en ellas los muebles y decoración que para ellos es importante.
La de Alberto Cruz, sobre las rocas y casi encima del mar, fue pensada como una casa de invierno, más íntima. El contraste entre la arquitectura limpia, depurada, libre de adornos y los muebles heredados, con historia, se refuerza con un programa de espacios poco común, una cocina-comedor y luego un living-dormitorio, con chimenea, que se usa cuando hace frío y la neblina se confunde con el mar.
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