Encuentro: Diseñando experiencia
Travesías. Este es un verdadero proyecto de aprendizaje que promueve patrimonio, porque estamos convencidos del rol del diseñador como actor político, quien tiene la capacidad de transformar conciencias y el mundo. Así explica Laura Novik este proyecto de viaje y encuentro entre el diseño y la tradición.


Desde el año 2007 Raíz Diseño viene organizando estos encuentros entre el mundo del diseño, los artesanos y el patrimonio.
Lo definen como un proyecto de enseñanza y promoción de talentos en el que se involucran una comunidad y un territorio completo. Pero esta iniciativa va más allá, promueve la cultura del diseño sustentable y permite diseminar esta idea como motor del desarrollo sostenible de una región.
Son las llamadas Travesías de Raíz Diseño, ideadas por la consultora Blink Design y gestionadas en conjunto con Fundación Ona. Una plataforma desde la que sus organizadoras, la argentina Laura Novik y la chilena Macarena Peña, han logrado generar en ciertos lugares de Chile espacios itinerantes de encuentro, inspiración y reflexión en torno a valores sustentables.
“Raíz Diseño no es un gremio, no es una universidad ni una ONG, sino un verdadero proyecto de aprendizaje que promueve patrimonio, porque estamos convencidos del rol del diseñador como actor político, quien tiene la capacidad de transformar conciencias y el mundo”, afirma Laura Novik.
La experiencia que se tiene aquí es destacable, los mismos participantes lo confiesan y sugieren que esta actividad trascienda en el tiempo, porque es aquí donde el pensar, crear y ejecutar se unen para lograr un resultado que a lo largo tiene frutos.
Este año nuevamente San Pedro de Atacama fue el escenario escogido; su imponente geografía e identidad lo han llevado a ser un destino perfecto para realizar estos encuentros.
Fueron cuatro días durante el mes de mayo en que un grupo de destacados profesionales internacionales del mundo del diseño y emprendedores creativos locales trabajaron compartiendo sus conocimientos, y desarrollaron además productos con fuerte contenido e identidad. Siete invitados internacionales, doce nacionales y cien artesanos provenientes de San Pedro de Atacama, Lasana, Socaire, Chiu Chiu, Iquique, Arica y Calama, conformaron este grupo.
Las actividades comenzaron con la Travesía Creativa, donde los participantes recorrieron caminando durante tres horas el valle de Catarpe en completa unión con el paisaje como contexto de inspiración.
Al día siguiente vinieron las Conferencias del Desierto, en que se mezclaron charlas y diálogos provenientes de los expertos invitados, como Renato Imbroisi, diseñador brasileño especializado en artesanía de América Latina, quien recalcó que para lograr éxitos en el proceso de trabajo con la artesanía se precisa trabajar en el largo plazo.
También Marcella Echavarría, periodista colombiana, compartió sus perspectivas como experta en estrategia de marca y sustentabilidad, y Diana Cabeza, arquitecta y diseñadora industrial argentina, quien cree que aquí hubo una comunión, un reconocimiento del otro, generándose lazos. “Esta travesía en el desierto me significó confirmar la validez de esta nueva ventana de exploración en la que el cuerpo y el paisaje se vinculan”, dice.
Durante el tercer y cuarto día, en Fundación Minera Escondida, tuvo lugar la Oficina de Innovación, donde los artesanos, inspirados en el volcán Licancabur y los camélidos del lugar, llevaron a la práctica lo experimentado, creando junto a los entendidos distintas piezas de diseño sobre mesas y talleres de trabajo.
Desde el punto de vista de los artesanos, esta travesía generó un ambiente de compañerismo y solidaridad porque, según ellos, los profesionales no solo sugieren ideas, sino que dan oportunidad para crear.
Juan Cruz Mamami, originario de la etnia atacameña y artesano en madera desde los doce años, cuenta que participar en este programa lo hace reconocer su trabajo: “Es un progreso material y espiritual”. Su oficio hoy se encamina a perfeccionar la reproducción de piezas arqueológicas e incursionar en la innovación de objetos contemporáneos con iconografía precolombina.
Por otro lado, para Esmeralda Ramos, bordadora y telarista, este intercambio codo a codo con los diseñadores se transforma en una real experiencia donde además de aprender, se practica, logrando hoy nuevas etapas en su trabajo, como la profundización de la técnica de croché, palillo y fieltro, tintes de vegetales y principios de confección.
“Esto se basa en lo que soñamos, esta experiencia rompe para volver a armar algo nuevo, lo que es gratificante porque abre nuevos escenarios para crear mundos propios de identidad local, en este caso en San Pedro, donde las tradiciones siguen vivas”, relata Macarena Peña.d
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.
4.