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Entrevista: Diseñar innovación

El nombre de Marco Zanini sonó fuerte en los 80. Junto a grandes arquitectos y diseñadores italianos como Ettore Sottsass y Matteo Thun, fue miembro y fundador del Grupo Memphis. Recorrió el mundo sin documentos y plasmando su trabajo. Y hoy llega a Chile a dictar cátedra de lo que más sabe: diseño e innovación.

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Seguir la huella de Marco Zanini no es tarea fácil.

Arquitecto y diseñador de profesión, también es un trotamundos sin registro alguno en la mayoría de los países en que ha vivido: “Nunca me registro en un lugar y viví 7 años en Panamá”.

Este italiano estudió arquitectura en la Universidad de Florencia y, aún como estudiante, trabajó como diseñador para la compañía Argonaut de Los Ángeles. En 1975 conoció a Ettore Sottsass, pero recién en el 78 entró a su oficina; decisión que marcó su carrera.

En los 80 perteneció al Grupo Memphis, movimiento fundado por esta misma oficina, que impactó en la época por sus diseños lúdicos y coloridos, alejados del minimalismo y funcionalismo que predominaban en las creaciones de esos años. Zanini desafió con sus diseños, entre los que se encontraron el sofá Dublin y piezas de cerámica y vidrio soplado como Cassiopea, Colorado, Alpha Centauri y Mississippi.

Con la arquitectura tampoco se quedó atrás y tiene a su haber proyectos emblemáticos como la Liquid Jungle Lab en la jungla de la costa pacífica de Panamá. Además de sus más recientes creaciones: Casa Sirenusa (2009-2011) en Bali, Indonesia y, Casa da Luna (2008-2012) en Paraty, Brasil.

En Chile

Nuestro país ya le es familiar, le gusta y lo conoce bien. Lo llama el país de las normas, también dice que “Chile es un país de poetas”. Infodema, empresa especialista en la producción de terciados, lo invitó porque de su experiencia en innovación tenemos mucho que aprender: especialmente las posibilidades que existen de salir a competir con nuevos productos. Porque la geografía nos permite tener condiciones para cualquier estilo de vida, por lo tanto, según comenta, deberíamos crear un modelo cultural más independiente, seguros de nuestra identidad. Finalmente, esto es innovación y va directamente relacionado con el diseño.

La empresa Infodema te trae nuevamente para hacer asesorías para el diseño de productos. ¿De qué se tratan? Estamos buscando procesos de innovación de productos. Diseño es parte de la innovación; abrir los ojos de la empresa, de la gente que trabaja en la empresa, que hay condiciones en el mundo con las que hay que lidiar. Por ejemplo, Chile es un país chico, tiene que exportar, y tiene que exportar algo fuera del cobre o del vino, como el terciado. Tiene todas las condiciones: la calidad de este producto industrial chileno compite con cualquier otro país en términos de calidad.

¿Podríamos decir entonces que el diseño está ligado también a la gestión de negocios? Depende de la industria en la que se está. Infodema, por ejemplo, es una industria de terciados. Es un intermediario entre la madera y el producto acabado que puede ser un mueble o una puerta. Eso es un sector. Cada industria tiene una historia diferente y un trabajo.

¿Qué tiene que aprender Chile del mundo en cuanto a diseño e innovación? A todo el mundo le falta aprender. Es un proceso continuo y Chile tiene ventajas y desventajas como cualquier otro país. Hoy el mundo es completamente globalizado y los chilenos lo son mucho más que otros en América Latina. Tiene todas las condiciones para competir tranquilamente. Pienso que a Chile le falta un poco de creatividad en definir su propio objetivo y debería ser un poco más independiente. No debería estar en un entorno que es tan americano, sino encontrar su cara. Sería bueno en este proceso de globalización tan dominante tener más identidad.

Trayectoria

¿Cómo ha sido trabajar en dos disciplinas distintas, como lo son arquitectura y diseño? Esa es la tradición italiana, porque somos todos arquitectos pero no hay nada para construir. Muchos trabajan en diseño, es una tradición también con una escuela donde se aprende a hacer cosas diferentes. Y no tengo ninguna preferencia. Mi preferencia es tener la libertad de hacer lo que me gusta cuando me gusta. Y más o menos, lo consigo.

¿Cuál fue el momento que marcó tu carrera? Cambios son varios, porque estudié en Florencia, después fui a Estados Unidos y luego a trabajar a Milán por 25 años. También viví en una isla en Panamá. Cuando me canso de una cosa hago otra. No hay un momento, una estrella o un Oscar…

¿Qué te inspira? La inspiración... es como cuando le preguntan a un costurero cuál es la tendencia de este invierno. Es ridículo, la tendencia se la hace quien tiene la fuerza, quien tiene más creatividad encuentra una idea que combina con el estado cultural de la sociedad del momento. No hay inspiración, el trabajo para mí, para la tradición nuestra, es una actividad profesional. Es un trabajo serio, tranquilo, no es un tema de inspiración, sino usar creatividad, tanto intelectual como visual, y combinar cosas diferentes. Inspiración hoy es el mundo.

Leí que te llaman "uno de esos hombres de mil historias y vivencias con una experiencia que a veces pareciera ser parte de un mundo fantástico". ¿Hay alguna anécdota que quieras compartir? Lo que es verdad es que mi generación, que comenzó a viajar en los años 60, tuvo una oportunidad que pocos tenían antes. Era que la clase media llegaba a alcanzar cualquier lugar en el mundo, a trabajar en varios países, a hacer cosas diferentes. Era un tipo de libertad ampliada, que no era tan común y yo aproveché mucho eso. Cuando me cansé de un lugar me fui a otro, sin problemas, viajando en el mundo con mucha facilidad.

Grupo Memphis

A sus 63 años, Ettore Sottsass lideró este grupo en los 80. Los miembros eran quienes trabajaban en su oficina, más otros diseñadores y arquitectos. Memphis nació para hacer frente a los diseños pos-Bauhaus de los 70, buscando creaciones con más sentido del humor y buscando una nueva forma de tratar los materiales.

Zanini dice que había varios mayores y muchos jóvenes. Para estos últimos fue una oferta interesante, ya que no corrían ningún riesgo: “Teníamos 24 o 25 años y un maestro nos llamaba para hacer una cosa juntos, ¿por qué no?”.

¿Nunca tuviste miedo de este desafío? ¿Miedo? Cuando eres un diseñador joven, nunca tienes miedo. Piensas que eres el mejor del mundo y hay que mostrárselo.

Frente a las críticas que recibían en la época, ¿qué opinabas en ese tiempo? ¿Qué dirías hoy? Tenía varias críticas. Algunos decían que era exagerado, demasiado libre, demasiado anárquico, que no era serio. Otras críticas eran más con el aspecto económico, porque en ese tiempo había una industria del mueble italiano que dominaba con cierto estilo. Piero Busnelli, de B&B, un tipo interesante e inteligente, fue a la primera muestra de Memphis y dijo "esta gente nos está cortando, dejando para atrás", porque entendió que el diseño iba a mutar y el estilo que ellos dominaban no iba a continuar más. Ahora con 30 años que pasaron, diría que se ha liberado mucha energía, por ejemplo, la oficina de Google en Mountain View no existiría como es ahora si no fuera por Memphis. Se anticipó una globalización que pasó y también se adelantó una mayor integración y libertad de las culturas. Era un tiempo donde el estilo popular de cualquier país no existía… Nosotros encontramos inspiración en los suburbios del tercer mundo.

Desde los 80 hasta hoy, ¿cuál es el legado que ha dejado Memphis? ¿Qué importancia tiene en la evolución del diseño italiano? Hay una importancia histórica y también hay que considerar otro factor. El diseño hoy no es tan importante como era antes, en la visión tradicional. Porque hoy el mundo es diferente, es digital, hoy por ejemplo, el futuro de la producción no es más que el molde de una industria tradicional. El sistema tradicional, que tenía un diseño, una idea maravillosa, que colaboraba con una empresa, que producía una pieza, con la aceleración en la circulación de las imágenes con Google, no se puede hacer novedad. Entonces el sistema cambió y eso no significa que no tenga espacio para el diseño, solo que el diseño es otra cosa, otro proceso, otra profesión, otro cliente, etc., todo es muy diferente.

¿Por qué crees que no pasa lo mismo con los movimientos de hoy? Porque el mundo mutó. En un sistema de comunicación donde todo acontece inmediatamente y globalmente, ¿cómo se hace una innovación significativa?, no hay tiempo ni para pensarla. Entonces, son condiciones diferentes. Ahora, no significa que se acabó el mundo, significa que hay que, primero, entender esta condición. Hay un desfase entre la capacidad humana cultural de adaptarse a la situación y la velocidad de la tecnología de hoy.

¿Qué te falta por hacer? Nada. Yo estoy muy tranquilo. Hago cosas muy interesantes, pero no tengo un problema de qué me falta hacer. Mi única meta es llegar a mañana comiendo bien, tomando un pisco bueno, llevando a mi hija a la playa… me parece un lujo.

Hace 7 años Zanini está radicado en Brasil, donde vive y disfruta junto a su familia, porque ahí “la vida es buena”, explica. Ahí goza su libertad tal como le gusta, donde hace lo que quiere. Y es ahí también, según dice, donde “acabó el viaje”.

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