Espacio: Por las olas
Fueron buscando lugares de escape, destinos extravagantes y finalmente una casa en Pichilemu en medio de un bosque de pinos donde se congregan todos sus gustos, comenzando por el surf, la naturaleza extrema y un pedacito de Indonesia que es también su segundo hogar.


Una joven y enérgica pareja, Carlos Rojas y Juanita Rengifo, a partir de una pasión como el deporte, la vida al aire libre y la desconexión, ha encontrado su fórmula de vida y satisfacción personal. Esta búsqueda de las mejores olas, las mejores playas y el mejor ambiente para surfear es la raíz de lo que han formado hoy juntos, desde que se conocieron hace diez años.
Sus días transcurren entre Santiago, donde ambos trabajan, y Pichilemu, específicamente en el sector alto de Punta de Lobos. Aquí junto a sus amigos arquitectos Felipe y Nicolás Recordón (lafkenmapu@gmail.com) proyectaron su casa de veraneo, su hogar de fin de semana, su casa de retiro. Una construcción mediterránea, de líneas simples, mucha madera de pino y espacios amplios, fueron las condicionantes a la hora de diseñarla. Así también la distribución debía contemplar todos los espacios comunes unidos, el dormitorio principal más alejado y el de los invitados separados del volumen principal de la casa, sin dejar de ser una unidad continua.
Porque aquí no solo pasarían los mejores ratos junto a sus amigos que viven y llegan al sector, sino además guardarían un pedacito de su otro querido hogar: Indonesia. Todos los años se arrancan los dos solos a este lejano país durante tres meses, una travesía que comenzó también buscando los mejores mares para subirse arriba de la tabla, conocer la cultura y adentrarse en esta idiosincrasia.
Entramos a esta casa y nos asociamos de inmediato a este lejano mundo. Toda la ambientación recuerda esa estética porque la mayoría de los muebles, objetos y textiles han sido traídos en los diferentes viajes que han hecho. “Cada elemento tiene su historia detrás, en estos viajes vamos rescatando cosas que nos van gustando y aquí todo tiene un valor especial para nosotros”, dice Juanita.
Una antigua banqueta tallada en madera de teca encontrada botada en una calle de Bali, sitiales de ratán elaborados por artesanos de la isla de Lombok y un cuadro fabricado en base a restos de madera de balsas marinas encontradas en bordes costeros, son algunas de las piezas de colección. “En general, nos fascina la artesanía de cualquier lugar del mundo, las ferias callejeras, las antigüedades, todo aquello que tenga mucho color y esté hecho a mano con materiales nobles”, comenta Juanita.
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