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Muestra: Decorando talento

Fue lo que hizo un grupo de decoradores de la AdD con obras artísticas de niños y jóvenes beneficiarios de Coanil, quienes demostrando todo su potencial artístico crearon cuadros textiles de gran formato basados en la mitología nacional. Estas obras fueron protagonistas en diferentes espacios y se mostrarán al público en la exposición organizada por CCU desde 15 de marzo.

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Esta es la tercera muestra que realiza el Taller Flor de Arte de Coanil, donde niños y jóvenes con discapacidad intelectual demuestran su talento artístico en el trabajo textil, a través del proyecto educacional de la Fundación Mustakis llamado Chilemitos.

Esta iniciativa, producida y organizada por CCU, y acogida a la Ley de Donaciones Culturales, tiene su final demostración con la exposición de 10 diferentes y coloridas obras en espacios ambientados por un grupo de decoradores que integra la AdD (Asociación de Decoradores), quienes encontraron en estos trabajos la inspiración para armar libremente un rincón para habitar.

"Lo que nos motivó a invitar nuevamente a Coanil es nuestro apoyo a estos jóvenes, honrando su esfuerzo, así como también motivar a las actuales y futuras generaciones a valorar el arte nacional. En este caso se busca incentivar a artistas no profesionales, como una instancia de integración social", explica Felipe Forteza, subgerente de Asuntos Corporativos de CCU.

Cerca de 100 niños y jóvenes suman los integrantes de este taller a nivel nacional, quienes son dirigidos por artistas profesionales, donde se les enseña a fabricar estos textiles de gran formato, que mezclan técnicas de bordado, quilting y pintura acrílica sobre tela.

Para esto, Fundación Mustakis también participa de esta iniciativa compartiendo con estos artistas todo el material y contenido desarrollado por su programa Chilemitos, que rescata la mitología nacional a través de la entrega de libros, cómics, audiovisuales y cuentos.

"Esta exposición permite presentar socialmente a estos jóvenes a través de sus potenciales y no desde su discapacidad. Coanil no solo apoya financieramente este tipo de talleres, sino también su difusión, permitiendo que la comunidad conozca el talento de sus beneficiarios", cuenta Eduardo Galleguillos, jefe de Comunicaciones y Marketing de Coanil.

Estas obras y los espacios que inspiraron se podrán ver a partir del 15 de marzo hasta el 19 de abril en la Sala de Arte CCU, Vitacura 2680.

Cuento de living
Nieve Corces

"Lo que más me gustó de esta obra fue su colorido y el movimiento de este animal mitológico. Aquí está la imaginación de las personas, algo que pasa de generación en generación, historias contadas de abuelos a padres e hijos. Esto es lo interesante de esta serie de cuadros, niños que narran una historia y la traspasan a una tela", señala la decoradora.

"El Camahueto II" pasó a ser el elemento visual más potente de la pared principal de este living y sala de un departamento, que incorpora además cómodos sofás con tapices negros y una mezcla de muebles art decó y objetos decorativos recopilados durante años por Nieves.

Según ella, este tipo de arte justamente no solo se debe pensar para espacios infantiles. "Creo en la flexibilidad para adaptar objetos en lugares que quizás no se te ocurrirían, pensando que son para otro espacio de la casa o están predestinados para otro sitio", afirma.

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Festín marino
Isabel González y María Rebolledo

El uso de una paleta amplia y atrevida de colores en esta obra llamada “El Millalobo” interpretó plenamente el estilo que comparten estas dos decoradoras, quienes crearon un comedor clásico con llamativos elementos que prolongan el colorido del lienzo. “Nos encantó que no existieran combinaciones típicas, sus dibujos son geniales y de tamaños irreales”, cuenta Isabel.

En base al personaje principal que aparece representado, Poseidón, Dios del Mar, se creó una instancia de gastronomía marina que reúne productos del mar, ostras y vino blanco, acompañados de objetos decorativos como loza y copas de RS Maison, una lámpara de Mondó y ánforas textiles diseñadas por Javier Pinochet.

Despacho artístico
Jorge Fuentes

"No hay nada que disfrute más que el imaginario de los niños, sin tapujos, libre e inocente. En este lienzo veo alegría y libertad, y un animal gigantesco con patas enanas que me hizo recordar a Dalí y sus elefantes con patas de garza", detalla el decorador español, quien eligió la obra "El Camahueto I" para su lugar de escritorio.

Asumiendo las llamativas tonalidades que tiene la obra y para que destacaran en el espacio, el resto de la ambientación se dispuso de una manera sobria, bajo suaves tonalidades e iluminación cálida.

Un jarrón Fendi con calas amarillas, un escritorio de piel mantarraya de R&Y Augousti París, lámparas de vela de D&C París y un apliqué de metal forjado de Brand van Egmond, son algunos de los elementos que Fuentes trajo directamente de Europa para armar este ambiente.

Colorida lectura
Hugo Grisanti y Kana Cussen

Apelando a su sello de crear espacios que cuenten una historia, colmados de color y funcionales, Hugo y Kana eligieron incorporar la obra "El Alicanto I" en una sala de estar para leer o trabajar. En este caso el lugar escogido fue una de las instalaciones de la Fundación La Fuente, que promueve la lectura de niños de escasos recursos.

"La verticalidad de la obra ayuda a este lugar, de gran altura, generando un espacio cálido, lleno de color y sobre todo cómodo", dice Hugo.

Este jovial estilo sigue en línea con el resto de la ambientación, con los sillones naranjos, las tres mesas circulares de The Popular Design, las esculturas de papel de su línea Victoria y la alfombra de trazos curvos.

Energético estar
Cristián Pizarro

Una obra potente que representa un tema particular y cercano como es la explosión de un volcán llamó la atención de este decorador, quien buscó integrarla a un espacio real, bajo un concepto de contraste entre lo naif de la creación y los objetos de la decoración, todos elementos cotidianos de su propia casa, creando una mezcla que no se preocupa de las modas del momento.

Energía y vitalidad son las sensaciones que entrega este cuadro abstracto llamado "El Pillán I", complementándose con el relajo que infunde el ambiente compuesto por un chaise long rodeado de libros, revistas, cerámicas y un completo bar, conformándose un lugar para permanecer largos ratos.

La pared celeste también busca contrastar con el rojo de la obra, haciendo que resalte aun más, gracias a su forma vertical que llena todo el espacio.

De campo y mar
Carola Bruna y María Ignacia Izquierdo

Un estilo campestre definido por tonalidades claras y un toque naif conforman este comedor de diario, donde esta dupla eligió incorporar la obra "Caballo Marino IV".

La sencillez y placidez del lienzo se complementan con la ambientación del lugar, que invita a tomar desayuno en familia o hacer una pausa durante el día. Pocos elementos están presentes pero se encargan de dar vida al lugar, como la mesa y sillas de madera patinadas encontradas en el Parque de los Reyes, una alfombra de Galería Ignacio Larraín y la iluminación directa a través de dos lámparas colgantes, diseño de Opendark.

"Llevamos 24 años trabajando juntas y este es el estilo que nos identifica; espacios cotidianos y acogedores que invitan a estar ahí y transmiten paz", cuentan.

La pureza que entrega el blanco de la mesa y las flores ubicadas en el centro se unen con la calidez de las sillas pintadas de celeste, misma tonalidad presente en la obra junto a otros matices más fuertes.

Novelado banquete
Mariola Arteche

La segunda obra de "El Millalobo" encantó desde un comienzo a esta decoradora. La hizo pensar en una especie de versión actual del relato  El Principito y, en base a su color negro que genera elegancia y atemporalidad, se atrevió por la creación de un ambiente de comedor clásico.

"El cuadro, a pesar de ser una obra pintada por un niño, logra un gran equilibrio. Es limpio y ubicable en espacios como living y comedor", cuenta Mariola. La genialidad de esta obra se une con la nobleza del cuero del arrimo diseñado por Enrique Concha, la naturaleza de una planta interior presente y la piedra del muro, concibiendo un lugar cálido que incorpora texturas y arte en todas sus expresiones.

Estudio de color
Luis Fernando Moro

A partir de una obra que fue elegida por su llamativo color, encanto e ingenuidad, este decorador desarrolló un espacio de estudio y trabajo cotidiano, ambientado para ser habitado por niños y adolescentes.

Este es un rincón para hacer tareas, un buen uso del computador y leer con la motivación de un escenario lleno de alegría y encanto, dado principalmente por esta obra.

 "Se forma un muy buen equilibrio entre los animales presentes y las formas del cuadro, lo que hace un buen balance con la funcionalidad y jovialidad que tiene el lugar", explica Luis Fernando al referirse a este textil vertical llamado "El Alicante II".

Siguiendo esta línea, el decorador optó por un mobiliario moderno y práctico para uso diario, representado por un sofá en L tapizado con tela de mezclilla azul, un escritorio de madera diseñado por la decoradora Carola Tupper, un aguayo boliviano y sillas rojas de la tienda The Popular Design.

Armonía positiva
Carola Selman y María Elena Valenzuela

Un espacio cotidiano dentro de la casa, donde uno siempre está, recibe y comparte con más personas, es el lugar donde estas dos decoradoras decidieron mostrar la obra "El Pillán II".

Este cuadro fue elegido porque inmediatamente al verlo lo asociaron a un mandala, que representa la energía en movimiento y "ayuda a desbloquear emociones, sentimientos, llama a meditar y armoniza los lugares en donde está ubicado", afirman.

Como es un elemento positivo y lleno de expresión presente en la obra, decidieron incorporar este textil con su predominante colorido junto a otros elementos de tonos más neutros, demostrando que una pieza así de original se puede adecuar a cualquier estilo que lo rodee.

Un muro pintado de color oliva, butacas negras de cuero trenzado, lámparas de bronce con pantallas de cuero y mesas laterales de madera, todos diseños de Carola y María Elena, están presentes en este atractivo escenario.

Minimalismo al paso
Mónica Espinoza

"Los colores del cuadro que escogí me recuerdan un viaje que hice al desierto florido en Atacama, y su profundidad me transportó al campo chileno de mi infancia. Por eso lo quise integrar a un ambiente limpio, donde solo hay presente una cómoda de cuero diseñada por Carlos Vergara", dice Mónica al referirse al espacio que creó en torno a la obra "Caballo Marino I".

La espontaneidad e imaginación que tienen los niños al crear este tipo de trabajos artísticos fue lo que la motivó a participar en esta iniciativa de Coanil. "Esta obra me comunica la simpleza de la niñez", afirma.

Dentro de un living principal de una casa se encuentra este pequeño rincón que se ilumina gracias a las mismas tonalidades claras que emergen del cuadro y donde quien pasa por delante tiende a detenerse para observar también el conjunto de pequeñas esculturas de figura humana que lo acompañan.

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