Función y forma

Las arquitectas Paula Soto y Claudia Gajardo, de Doll Diseño, fueron las encargadas de dar vida a este espacio pensado en los padres que, sin tanto presupuesto, optaran por diseños simples, bien pulcros y con materiales fáciles de tratar. La idea de su propuesta radica en la funcionalidad que le dan a cada pieza, siempre buscando una segunda instancia de utilización y que a su vez fuese un aporte estético al espacio. Así se dio la creación de estos árboles percheros y de la cómoda mudador. También la idea de un escritorio de fierro electropintado, que al ser liviano visualmente, permite incorporar complementos que le dan más fuerza visual al lugar, como la alfombra. Un niño estimulado por colores y texturas es el aporte que se da en este espacio.  "Muebles para niños distintos. Muebles customizados", explican.

Gerónimo de Alderete 1020

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Purismo infantil

La idea fue generar una pequeña sala de estar que a la vez de contener espacios para guardar juguetes también tuviera zonas de trabajo y esparcimiento. Desde ese punto de vista las dueñas de Mio Mini Muebles, Josefina y Carolina Santa María, en conjunto con Patricia Castro, crearon este rincón. Un lugar multifacético que se aleja de los clichés infantiles para representar a ese niño contemporáneo que se identifica con los materiales nobles y una paleta cromática más cauta, reemplazando por ejemplo el fucsia por el sandía o el calipso por el azulino. Tonalidades que ellas disponen, como especifican, solo en los complementos, dejando los muebles limpios y posibilitando su reutilización para más adelante. "Nuestro concepto se basa en la creación de muebles de grandes a escala de niños. Esa percepción de que los niños imitan lo que usan sus padres es una de las ideas que trabajamos", explican. Un concepto que completan con textiles, como alfombras y cojines, que siguiendo la misma línea simple de su propuesta consagra un estilo atemporal y unisex.

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Complementos Son los complementos los que aportan el color al espacio. Objetos que además logran darle el carácter atemporal a la sala en conjunción con una línea de muebles muy purista.

Actualmente masculino

Amarillo y naranja conviven en este espacio pensado para un niño de 7 años. Un dato no menor a la hora de planear la decoración y los objetos que se usarán, pues justamente de ahí María Paz Bonomi interpretó la necesidad de su residente. Repisas y muebles modulares sirven al mismo tiempo de contenedor y para exhibir los juguetes, así como también sus libros y recuerdos, siguiendo la línea del perímetro del cuarto para luego transformarse en un escritorio. Todo con el propósito de dejar un espacio central lo más pulcro posible, que posibilite el juego y el esparcimiento dentro de la misma pieza.

Recorriendo el perímetro del dormitorio, el escritorio sigue la misma línea. De fondo, un mapa mundi dispuesto en el muro que fue ampliado con una pintura en el tono para dar continuidad visual.

Todo en uno

Proyectado por la arquitecta María Paz Bonomi, este espacio se pensó como un pequeño departamento con todo integrado. Es decir, con lo necesario para que una niña de 8 años tuviese independencia absoluta. Aquí están su dormitorio, su escritorio, baño y walking-closet. Todo recorrido por una celosía que si bien integra la luz exterior, también mantiene la intimidad sin pertubar la tranquilidad del lugar, que se dejó en su mayoría limpio y sin obstáculos, de ahí que los muebles y el escritorio, por ejemplo, se plantearan en blanco y adosados al muro.

Los colores que se emplearon en este espacio enfatizan la altura, además de componer sutilmente un ambiente femenino, algo que también se logró con los guiños decorativos y buenas ideas que se utilizaron, como el respaldo de tela que se toma la pared para dar continuidad y que lleva incorporado un store que esconde la ventana lateral.

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