Vacaciones al tono natural
La naturaleza es un misterio infinito que científicos del mundo entero han tratado de decodificar. Y como una forma de retomar esa estrecha relación que nos une con ella, la arquitectura ha levantado hoteles en distintos puntos del globo para introducirse en sus secretos.


Treehotel:
The Blue Cone, Harards
Treehotel es un hotel con habitaciones/cabañas únicas y espaciadas en el entorno de Harards, a 15 kilómetros de la ciudad de Luleå, en Suecia. Su diseño es contemporáneo y el medioambiente que lo rodea no se toca. Una de ellas es The Blue Cone, que se basa en la simplicidad tanto en su concepto como en los materiales que se usaron. La habitación es una estructura de madera con tres palos en el suelo para dar altura y una sensación de ligereza. Los huéspedes entran a ella a través del puente. El exterior es de madera de abedul laminado y el interior también de madera. Aquí vuelve a expresarse la importancia que presenta el árbol para el pueblo sueco, y aunque la naturaleza siempre se las arregla para sorprendernos, aquí la arquitectura utiliza su materialidad y se introduce en sus gestos. Thomas Sandell, parte de Sandell Sandberg, estudio de arquitectos que creó esta habitación, señaló enfáticamente en una exposición en Pechakucha Night Estocolmo: “Mi trabajo se inspira en la naturaleza, las casas de los lagos y la luz. En The Blue Cone se sienten las luces del ambiente, el agua y los árboles merodeando”.

Cabañas Morerava, Isla de Pascua
Los chilenos AATA Arquitectos decidieron levantar este proyecto en 2009. “Nos dimos cuenta de que la isla tiene un ecosistema superfrágil. En primer lugar su arqueología puede destruirse, y también su flora, que no es tan abundante. Así creamos las cabañas Morerava, que tienen cero impacto en el ecosistema pues además de basarse en un método de construcción acorde al clima del lugar, pueden desarmarse y trasladarse fácilmente y dejar el área tal como estaba antes.
Su construcción está en función del clima; investigamos qué se realiza en arquitectura en otras islas de la Polinesia y optamos por un sistema precortado, que quiere decir que el diseño y las partes de la cabaña se llevan cortadas desde el continente a la isla -allí es muy difícil encontrar material-, se empacan y se arman en Rapanui.
Tienen paneles solares para el agua caliente, utilizan ventilación cruzada, están levantadas al terreno mediante pilotes -que sirven para no perder las cualidades de absorción del suelo y además mantienen la temperatura, pues circula el aire por abajo-. Las cabañas son de madera, tienen vista al mar en el horizonte y los techos tienen una inclinación para que caiga la lluvia y recolectarla en canaletas”, explican Nicole Gardilcic y Sebastián Cerda de AATA.

Treehotel:
The bird’s nest, Suecia
A primera vista parece un diseño primitivo, sin embargo su inspiración es contemporánea. Por Inredningsgruppen/ Bertil Harström, este nido de pájaros gigante también se camufla rápidamente con los alrededores. Tiene una capacidad para cuatro personas, mide 17 m² y el interior es familiar y exclusivo.
La idea de este proyecto completo -los tres últimos que exponemos aquí y el resto que puede visitarse en treehotel.se- es que todas las habitaciones árbol deben estar entre 4 y 6 metros sobre el nivel del suelo, todas con vistas al río Lule. Y como parte fundamental del proyecto es crear la mínima huella posible en el entorno, su construcción se hizo a partir de valores e ideas sostenibles, además de ofrecer soluciones en las energías que se utilizan para su funcionamiento.

Treehotel:
The mirrorcube, Suecia
A modo general, el proyecto Treehotel comienza de la idea clásica de la casa en el árbol y lo que ella significa para los escandinavos, histórica y culturalmente. En la foto aparece La cabaña The Mirrorcube, realizada por Tham & Videgård Architects. Es una habitación de 4 x 4 x 4 metros. Esta construcción se camufla entre el paisaje con sus paredes de espejos que reflejan el entorno. Su base consiste en un marco de aluminio montado alrededor del tronco de un árbol y las paredes están cubiertas por vidrio reflectante. Por fuera se le revistió con una película infrarroja para que los pájaros no vuelen directo a las paredes y no choquen contra ellas. El interior es de madera y las ventanas ofrecen una vista panorámica perfecta. El Mirrorcube es un excelente alojamiento para dos personas, con cama doble, baño, salón y terraza en la azotea.
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