Las luces rojas de Mac Iver 175
A propósito del debut de la "Roja" Sub 20 en el Sudamericano de Ecuador, recordamos uno de los episodios más "célebres" y divertidos en la historia de una selección juvenil.
Mac Iver 175, comuna de Santiago. Memorícelo por si se aventura alguna vez a incursionar por este territorio, pues aquel es el lugar exacto donde se fraguó una de las historias más "célebres" y divertidas del folkórico fútbol chileno.
A las 4:30 de la madrugada de un miércoles 13 de junio, y a muy poco de viajar a Argentina para disputar una Copa del Mundo, en el departamento 15 de esta dirección, el jolgorio se detuvo con la irrupción de Carabineros. La policía uniformada detuvo a unos parroquianos bastante especiales: eran jugadores de la Selección Chilena Sub 20 en su último día libre antes de la concentración con miras al Mundial de la categoría.
Meses atrás, y con la tutela de Héctor Pinto desde la banca, la "Roja" juvenil clasificó a Argentina 2001 en el Sudamericano que se jugó en Ecuador. Uno de los goles de la campaña nacional en el también denominado campeonato "Juventud de América" fue marcado por Eduardo Lobos, arquero que ingresó como delantero en el partido ante Bolivia. Pero esa es otra historia.
Porque la que nos convoca es la clásica anécdota de las "lucecitas rojas" de Jaime Valdés.
"Vimos unas luces rojas, nos detuvimos y se nos acercó una señora que nos metió conversa. Nos metimos al local para no estar a fuera. Pasaron unos 15 minutos y llegó Carabineros", declaró dos días después del episodio.
Aquella, claramente, es la frase más recordada de "pajarito", como el penal de Carlos Caszely en España 1982 o la anécdota del loro de Hernán Godoy y Víctor Cabrera.
Ese "local" aludido por el hoy jugador de Colo Colo tenía el nombre eufemístico de "sauna". En realidad, el calor de este "sauna" no eran vapores, sino el cariño arrendado a alguna señorita cuya especialidad era alivianar las tensiones de los clientes dispuestos a desembolsar dinero por aquel fin.
Tras la irrupción de Carabineros, Valdés fue detenido junto a varios de sus compañeros, quienes luego fueron castigados por la ANFP y por el "tribunal del hincha". Además de "pajarito", la sanción recayó en Rodrigo Millar, Mario Salgado, Hugo Droguett, Roberto Ordenes, Daniel Campos, Sebastián Pardo y Joel Soto. Ninguno de ellos tuvo pago de premios en la Copa del Mundo que, en todo caso, fue más penosa aún para Chile. Pero ese es vino de otra pipa.
El informe policial de la época rezaba: "Ingreso a un prostíbulo clausurado que presentaba la ruptura del sello de la Municipalidad de Santiago". Por ello, y después de hablar de las lucecitas rojas, Valdés aseguró que desconocía que el "sauna" estaba clausurado.
"Sabíamos que el local era un sauna, pero no que estaba clausurado", dijo tratando de salir jugando. Sin embargo, la historia cuenta que, al llegar la policía esa madrugada, los funcionarios se dieron cuenta que el sello "clausurado" que se pega en la puerta ya estaba roto...
Para cerrar esta nota, una reflexión: ¿Alguien se acuerda que Hugo Droguett fue uno de los involucrados? ¿Recuerda la memoria colectiva que Joel Soto también fue detenido por este peculiar numerito?
Lo cierto es que, en esta pasada, Jaime Valdés se inmoló con el suceso en calle Mac Iver y se convirtió en el "mártir de las lucecitas rojas" gracias a su célebre frase. Sus compañeros -también de pague y de celda- se lo agradecen hasta hoy.
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