Review | Gato con botas: el último deseo, un sólido spin-off que le devuelve la vida a la franquicia de Shrek

El personaje con voz a cargo de Antonio Banderas vuelve a la carga con una entretenida aventura cargada de acción que explora la inevitabilidad de la muerte y el verdadero valor de la vida.


Aunque las películas de Shrek decayeron en su calidad desde el estreno de la segunda película de la saga, las producciones centradas en El Gato con Botas han logrado salir adelante con bastante ingenio. Y si bien la primera película del felino interpretado por Antonio Banderas se instaló como una aventura bastante juguetona, la nueva secuela agrega más corazón y un nivel de animación que sale adelante para escapar del terreno desalmado al que tantos spin-offs de animación han caído en el pasado.

Titulada como Gato con botas: el Último Deseo, la película dirigida por Joel Crawford (The Croods: A New Age) explora a grandes rasgos, y de forma bastante acertada, la mortalidad de un personaje tan inmortal como el que protagonizó el cuento de hadas italiano que surgió en la Edad Media.

Dicho factor, que indaga en lo que sucede cuando el héroe se da cuenta de que no es tan invencible como siempre ha pensado, logra impulsar tanto la emotividad del relato como la propia aventura que indaga en el valor de la valentía, la cara de la verdadera cobardía y lo que realmente es importante durante una vida que inevitablemente es finita.

Comenzando con una nueva aventura colosal, en la que el Gato con Botas logra derrotar a un gigante con prestancia, todo es interrumpido en los primeros minutos de esta película por un accidente. Al despertar, un doctor le informa al felino que solo le queda una vida más, ya que previamente desperdició ocho vidas en actos sin mucho sentido y fiesta desenfrenada. Ante esa situación, el Gato inicialmente no cree estar en verdadero riesgo cortesía de su talento como espadachín, pero súbitamente es derrotado por un misterioso lobo cazador que le presenta el terror del fin de sus días.

A partir de ahí, el Gato con Botas se esconde en la casa plagada de gatos de chalet, entierra su atuendo de forajido y comienza a vivir una rutina sin sobresaltos. Pero todo eso cambia cuando Ricitos de Oro y su banda de tres Osos criminales logran detectarlo para que el intrépido minino les ayude a robar un mapa de “Big” Jack Horner. Aunque el micho no tiene confianza, su estado de de ánimo cambia ya que el mapa en cuestión le permitiría localizar una estrella que concede deseos. En ese escenario, al Gato solo se le pasa una idea por la cabeza: pedir que sus ocho pérdidas vuelvan para ser el aventurero de siempre.

El problema para el Gato con Bobos no solo radica en el hecho de que su acompañante es un perro flacuchento con disfraz de gato que parece totalmente inservible, sino que también otros sujetos tienen el mismo interés. Obviamente por un lado está Ricitos de Oro y su banda criminal, mientras que el propio Jack Horner ha robado implementos mágicos para seguirles la pista. Más aún, Kitty patitas suaves, la gata que fue presentada en la anterior película, también tomó conocimiento del mapa y tiene un asunto pendiente con Gato que los ha mantenido separados por largo tiempo. Y no hay que olvidar al lobo, que no descansará hasta cobrar la recompensa por la muerte del espadachín con botas.

Aunque ese esquema de historia es demasiado familiar, ya que no son pocas las historias de búsquedas en donde múltiples personajes están interesados con dar con un tesoro, la secuela es entretenido y logra su significado al explorar cómo el Gato con Botas comienza a luchar con su desinterés egocéntrico para concretar un trabajo en equipo. Y es lo anterior lo que abre las puertas para una transformación del personaje, entregando fondo y validez a la travesía que forjan desde el primer minuto de esta aventura.

Otro detalle llamativo radica en el trabajo de animación, ya que el equipo realizador mezcla la animación digital con elementos más propios de pinturas de storyboard, explotando en varias secuencias de acción kinéticas. Dicha visualidad, que se entrelaza con un atractivo diseño visual, le otorga a la película un ritmo que la impulsa muy por sobre la media. De hecho, desde ya puede establecerse que esta es una de las mejores obras de Dreamworks Animation de los últimos años, a la altura de las películas de la saga de Cómo Entrenar a Tu Dragón.

El Gato con botas: el Último Deseo en definitiva es una película que logra dar con un corazón que le da valor a si aventura y también válida a la idea de que se haya realizado una nueva película de uno de los personajes secundarios de Shrek. No solo eso, también le devuelve la vida al mundo de esa franquicia, por lo que ya no parece tan descabellado que vuelvan a los terrenos del ogro verde.

Gato con botas: el último deseo ya se encuentra en cines.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.