Review | Psychonauts 2 es un triunfo de la creatividad en medio de la avaricia

Imaginativo, maduro y por sobre todo entretenido, la secuela de la ópera prima de Double Fine supera en prácticamente todos los aspectos al juego anterior y demuestra que se puede revivir una franquicia sin tener que recurrir a la nostalgia barata.


El primer Psychonauts es lo que muchos consideran un “clásico de culto”. Para mí, no fue más que un injusto recibimiento a uno de los juegos más creativos de un género que incluso en su época ya estaba comenzando a ser desplazado: las plataformas.

La ópera prima del estudio Double Fine -liderado por Tim Schafer- obtuvo un gran recibimiento por parte de la crítica, muchos premios de la industria, pero ventas totalmente decepcionantes: solo 100 mil copias en su lanzamiento. Este fracaso comercial tardó una década en revertirse gracias a la fanaticada que no paró de hablar del juego en Internet y de la distribución digital que llevó la obra a mucha más gente. Un camino que culminó el año 2015 con el anuncio de la secuela más improbable de todas: Psychonauts 2.

El camino no fue fácil. Siendo Double Fine un estudio independiente y recurriendo a una vieja táctica, acudieron al crowdfunding para iniciar el financiamiento del juego en una campaña que reunió 3,3 millones de dólares -un tercio de lo que decían necesitar- y que comenzó, nuevamente, un camino complejo lleno de incertidumbre. Luego de pasar por varios financistas y reconociendo que tendrían que cortar partes del juego porque no alcanzaba el dinero, finalmente fue la adquisición de Double Fine por parte de Xbox Game Studios la que dio la tranquilidad de terminar con la obra en la manera que sus creadores realmente la imaginaron.

Y el resultado de todo este camino es una experiencia sublime, una que te hace sentir privilegiado de poder estar disfrutando en tus manos de una obra totalmente auténtica, original y sin ningún tipo de amarra creativa. Si no haber jugado el primer Psychonauts pudo haber sido un error, no jugar esta segunda entrega debiese ser un acto criminal.

Para los que nunca probaron el juego original, acá un repaso: Psychonauts 2 es un juego de plataformas 3D de estructura lineal, en donde tomamos el rol de un psiconauta, agentes de un organización de espionaje que cuentan con poderes mentales que se convierten en sus habilidades para explorar y atacar. Las etapas de Psychonauts se dividen en partes en un hub central de exploración, de estructura más libre y luego las etapas, que ocurren dentro de las mentes de distintos personajes y que es donde ocurre gran parte de la acción. Estas secciones mentales poseen todo lo que debe estar en la lista de un plataformero clásico: saltos, enemigos, áreas secretas y por supuesto un jefe final que indica que ha sido superada.

Pero lo que hace particularmente especial a Psychonauts 1 y también al 2 es su factura totalmente única y fuera de la norma: sus personajes son caricaturescos y exagerados, con diálogos graciosos y rápidos, un soundtrack que pasa del jazz al rock progresivo o canciones infantiles de forma inesperada y todo en un paquete que luce aun mejor en consolas de última generación. Si bien Psychonauts 2 está disponible para todas las plataformas (salvo la Switch), la versión que probamos en Xbox Series X (desde mañana disponible en GamePass) le saca todo el jugo al trabajo gráfico, corriendo en resolución 4K y a 60 cuadros por segundo.

Pero ¿Por qué Psychonauts 2 en específico es tan imprescindible?

Podría hablarles sobre los aspectos formales de esta secuela: que la historia ocurre unas horas después del final de la primera entrega y que es continuación directa de Psychonauts: Rhombus of Ruin, una experiencia de VR que sirve de puente entre ambos juegos. Pero podemos obviar esta parte porque el juego comienza con cómico resumen contado por su propio protagonista en una animación carismática y efectiva.

Podría también contarles sobre las habilidades nuevas de Razputín Aquato, el niño de 10 años que vuelve a ser protagonista de esta historia y que ahora ya no solo puede levitar, lanzar objetos con la mente o quemar cosas, sino que también unir ideas, detener el tiempo y hasta crear una versión imaginaria de sí mismo para ayudarlo a superar misiones. Estas habilidades se van desbloqueando en la medida que avanzas en el juego y servirán para atacar de manera más efectiva pero más importante aun, para poder explorar nuevas áreas, resolver puzzles y encontrar rutas distintas en cada uno de los niveles.

La evolución del gameplay es quizás el aspecto menos creativo de esta secuela, pero tampoco es algo que lo haga sentir anticuado, ya que simplemente está bien anclado en las reglas de su propio género. Es un juego que premia a tu personaje solo por ponerte a buscar y encontrar objetos que están ahí tirados en los niveles. Los coleccionables están por doquier y son el principal desafío desde el punto de vista de la jugabilidad. La motivación para encontrarlos es que son la única forma con la que podrás subir de nivel y mejorar tus habilidades, pero también es un aspecto prácticamente opcional ya que más allá de las habilidades que la historia te entrega de manera progresiva y obligatoria, no hay requerimientos de niveles o cantidad de objetos recolectados para avanzar.

Y en ese sentido, Pyschonauts 2 parece ser un juego demasiado simple en su propuesta y que no parece haber tomado ninguna de las direcciones hacia las que ha ido la industria en estos tiempos: no hay elementos cosméticos, ni elementos multijugador ni mucho menos microtransacciones, así como tampoco hay grinding ni un mundo abierto y libre para expresarte como quieras. Salvo por sus gráficas, su música y la cantidad de elementos que aparecen en pantalla, se trata de un juego que perfectamente pudo haber salido de la época en donde todo era un plataformero 3D.

Pero lo que de verdad importa sobre Pyschonauts es que logra hacer lo que muy pocas secuelas logran: madurar su identidad y justificar su existencia más allá de querer entregar más contenido porque se necesita una secuela. Y acá no se si debemos agradecer a la eterna espera ocurrida entre el juego lanzado el 2005 y este, pero Psychonauts 2 es un juego mucho más maduro: visualmente, argumentalmente y por, sobre todo, en la conexión indivisible que genera entre la jugabilidad y la historia que nos quiere contar.

Porque en la superficie, Psychonauts 2 es una aventura clásica de espías: Una organización atacada descubre los planes de un grupo enemigo para revivir a una enemiga mortal y para colmo de todos los males, hay alguien del equipo que es un topo y está trabajando para el enemigo. La misión, entonces, es impedir que revivan a Malígula y encontrar al traidor entre las filas.

Pero entre este juego de luces de traiciones, misiones en casinos, cuarteles generales y reuniones, lo cierto es que hay una bellísima historia de madurez, perdón, reencuentros y amor.

La clave de Psychonauts como serie es que su protagonista, Razputin Aquato es solo un niño de 10 años y todo lo que pasa por su mundo es desde la perspectiva de un personaje que está creciendo: en el primer juego escapa de su familia porque quiere un destino diferente y en el segundo se da cuenta de lo difícil que es realmente cumplir su sueño, no solo porque tienes que comenzar desde cero y validarte ante tus nuevos pares y tus nuevas autoridades, sino que también porque se verá enfrentado a humanizar al grupo que lo inspiró a dejar su casa y cumplir el sueño de ser un espía psíquico.

La historia de Raz es muy simple pero a la vez muy satisfactoria ya que toca teclas que son por todas conocidas como el tener que ganarse el respeto de sus compañeros que también están haciendo la práctica y lo miran en menos, la vergüenza inicial de tener que lidiar con la familia y por supuesto la responsabilidad de tener que aprender a usar poderes tan importantes como lo son el control de la mente. Razputín se equivoca, aprende lecciones y al final de su viaje termina siendo alguien muy distinto a como empezó.

El relato de Psychonauts 2 es una historia de dos caras: por una parte, está el coming of age de Raz y su aventura en un mundo adulto y por otro lado es la historia del grupo de los fundadores de los Psychonauts, 6 héroes del pasado, convertidos en ídolos y monumentos de mármol pero cuyos relatos heroicos esconden un hecho particularmente dramático que cambió sus vidas para siempre y que junto a Raz debemos descubrir.

Sin querer entrar demasiado en los detalles de la historia para evitar los spoilers, muy pronto Raz se dará cuenta que para poder resolver el misterio del regreso de Malígula, tendrá que acudir a la ayuda de los 6 fundadores de los Psychonauts y comprender, desde sus propias mentes, por qué terminaron separados y reducidos solo a un mito urbano. Nosotros ya conocemos a uno: Ford Cruller, de la aventura anterior, pero lo que conoceremos ahora será la historia de este grupo y como la famosa Batalla de Grulovia terminó siendo un momento de gloria pero también de pesar para los fundadores de los psiconautas.

Y la genialidad que logra hacer Psychonauts 2 es que todo este análisis profundo e introspectivo de los personajes se hace a través de los viajes que haremos en sus cerebros.

Como dije anteriormente, tanto como en el juego anterior como en este, el gran peso de Psychonauts 2 ocurre dentro de la mente de cada uno de los personajes y cada nivel es en realidad una experiencia narrativa que nos cuenta tanto a través de su diseño gráfico como también de su jugabilidad, el estado mental de los protagonistas que nos encontramos. Esta es la idea que convirtió al primer juego en algo sumamente original y que ahora está elevada a un siguiente nivel.

Porque si en Psychonauts 1 el desafío de sus creadores era crear un nivel de videojuego basado, por ejemplo, en la mente de un repartidor de leche conspiranoico, en esta oportunidad los mundos no solo están basados en estados mentales que van desde la soledad, la ludopatía, la culpa o la depresión, sino que a través de los mismos niveles vamos entendiendo como es que esto afecta a los personajes y luego como a través de la aceptación, podemos lograr que sigan adelante.

Esto puede sonar bastante abrumador y poco atractivo sobre todo en un mundo de pandemia, pero el talento de Double Fine está en que el tratamiento de todo esto se hace con un tono humorístico tremendo y que, además, no subestima la inteligencia del jugador. Cada nivel está construido con un texto muy claro y sencillo que es lo que ve Raz, pero con un subtexto hecho especialmente para el jugador mientras este admira el paisaje o se preocupa de ver el estilo de juego de cada cerebro y que no necesariamente se hace evidente.

Y mientras hay un camión lleno de juegos indies que tocan muchas teclas similares pero desde la oscuridad y el drama, Psychonauts 2 es un título que a pesar de las historias esencialmente trágicas que nos va contanto nunca pierde su calidez, la que pienso está dada precisamente por nunca perder de vista que somos un niño en un mundo de adultos pero también porque su equipo desarrollador entiende muy bien que porque sobre todas las cosas un videojuego tiene que ser algo divertido.

El equipo desarrollador aprovecha a fondo la libertad que significa crear mundos al interior de la mente humana, haciendo que cada uno de ellos tenga una temática especial, perspectivas imposibles y diseño de personajes y ambientes altamente relacionados con cada personalidad. Psychonauts 2, a diferencia del primero, está más basado en revivir las memorias de los personajes, de descubrir sus secretos y así entender sus intenciones que en mostrar desórdenes mentales, y eso le hace muy bien porque al final todos los elementos que ves en pantalla están altamente relacionados.

Por ejemplo, y sin adelantar mucho, hay un par de etapas en donde esto se ve muy bien. Por ejemplo, para ejemplificar que uno de los personajes tiene un complejo de inferioridad con respecto a sus pares, su mundo interno es un programa de concursos en donde constantemente estamos siendo juzgados por nuestros compañeros. En otro, uno de los protagonistas se siente solo por lo que debemos navegar su mente que está llena de islas y allí buscar las semillas de su soledad. Y mi mundo favorito transcurre en la mente de un alma que ha perdido sus sentidos, y que al recuperarlos comienza a experimentar todo de nuevo, en un viaje psicodélico lleno de colores y de música.

Al final, la historia y el mensaje de Pyschonauts es el de la empatía y el de hacernos entender que aun las figuras a las que idolizamos pueden tener sus problemas y que la única forma de resolverlos es ayudarlos, que la tristeza y la evasión suelen ser síntomas de algo de lo que tenemos que hacernos cargo y sin tener miedo ni vergüenza de pedir ayuda.

Y en tiempos donde la salud mental ha recobrado una importancia que, para ser sinceros, nunca debió haber perdido, el tratamiento ligero, colorido y jovial que da Psychonauts sobre el tema es realmente de joyería.

Por supuesto que Psychonauts 2 no es un juego perfecto. Los combates, por ejemplo, los encontré bastante poco satisfactorios, sin ofrecer una variante con respecto a los originales y el sistema de equipar y sacar poderes no es tan intuitivo como uno podría esperar.

Y en una parte en particular, me perdí gran parte de las misiones secundarias y diálogos con personajes de los cuarteles centrales debido a que llegué un punto en el cual se avanzaba la historia y desde allí ya no podías regresar hasta acabar el juego (Consejo: Por favor exploren muy bien el área que se abre al salir del cuartel central antes de avanzar con la historia).

Y por qué no decirlo, algunas de las luchas con los jefes (las que justamente iban a cortar por problemas de presupuesto) se sentían demasiado anticlimáticas o poco creativas con respecto al desarrollo de los niveles mismos.

Pero ninguna de esas fallas mengua en lo absoluto el perfecto maridaje logrado por Double Fine en lo que se refiere a la creación de una experiencia que escapa totalmente de la norma de los videojuegos contemporáneos. Psychonauts 2 es una obra maestra hecha a pulso y que logra contar historias a través de lo que jugamos y que no se apoya exclusivamente en sus cinemáticas.

Alejado totalmente de los vicios de la industria actual, dejar que Psychonauts 2 falle es darle la razón a esa parte de las compañías que solo hacen juegos para hacernos pasar horas sentados frente a la pantalla, llenando barritas y haciendonos creer que lo más importante que nos puede entregar un videojuego es un traje para vestir a nuestro personaje principal.

No le fallemos esta vez.

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