Los ejecutivos de Warner Bros. jugaron un rol determinante en los problemas de Justice League

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Un nuevo reporte da nuevos indicios sobre los problemas de guía del estudio, que impulsó cambios para que las cabezas no perdiese bonos e inclusive evaluaron la remoción de Zack Snyder en un punto.


Un reporte de The Wrap ratifica lo que está en la mente de todos: Justice League estaba en problemas desde el momento en que se estrenó Batman v. Superman y su propuesta, endeble y con serios problemas de cohesión narrativa, no fue bien recibida ni por la crítica ni por una parte importante de la audiencia.

Según la investigación del sitio, varios ejecutivos de Warner Bros. habrían manifestado su malestar con los resultados, solicitando la remoción de Zack Snyder al presidente de Warner Bros, Greg Silverman.

Pero aunque el ejecutivo fue duro con el director, en definitiva era más costoso removerlo, ya que la pre-producción estaba adelantada y el CEO de la compañia, Kevin Tsujihara, decidió mantener al responsable de Man of Steel al mando del barco.

Aun así, la intervención de la producción estuvo desde el día de las filmaciones, ya que el presidente de DC Films, Jon Berg, supervisó la producción de la película en Londres.

Lo importante de todo es que a mitad de camino, se estableció una decisión: la película tenía que ser menos oscura y por eso a comienzos de año se sumó Joss Whedon al trabajo de reescritura.

Los sucesos de 2017

Según la narrativa de The Wrap, Zack Snyder había decidido seguir trabajando a la película pese a estar abrumado por el suicidio de su hija en marzo, sin embargo la situación "no era buena en ningún nivel" debido a la presión del estudio para cambiar elementos de la película. Por eso Snyder abandonó la película en mayo.

En ese proceso, hubo un cambio en la presidencia de Warner Bros y también se instaló lo que todos conocen: Whedon tomó el mando de las refilmaciones cuando el reloj seguía en cuenta regresiva de cara al estreno.

El otro gran problema radicó en las nuevas escenas de Henry Cavill, ya que el actor no podía remover su bigote debido a su compromiso con Misión Imposible 9, cuya agenda de filmación se concretaba en paralelo. Por eso, aunque quizás la mejor decisión era volver a retrasar el estreno de la película, que originalmente estaba planeada para 2016 pero que se movió luego de que la propia Batman v. Superman se trasladó a mayo de ese año.

Sin embargo, había un tema importante: AT&T y Time Warner están en una negociación de venta de $85 mil millones de dólares y de acuerdo a las fuentes de The Wrap, el CEO de la compañía y su nuevo presidente, Toby Emmerich, "querían preservar sus bonos que deberían recibir antes de la fusión" y estaban preocupados porque "si movían el estreno, entonces sus bonos habrían sido movidos al próximo año y ellos quizás no seguirán en el estudio".

Es decir, la película se mantuvo en su fecha de estreno pese a que la mejor decisión era no estrenarla pese a la mala señal que eso habría dado. Pero con más tiempo, el tema del bigote podría haber sido solucionado y la propia historia podría haber cuajado más, en vez de quedar a mitad de camino entre el plan original de Snyder y los cambios impulsados tras el estreno de Batman v. Superman y la buena recepción de Wonder Woman.

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