Autoridades estadounidenses afirman que la frontera no está abierta a la inmigración irregular y que eso no cambiará con el fin del Título 42

Migrantes muestran sus pasaportes a la patrulla fronteriza estadounidense cerca de San Diego, previo al fin del Título 42. Foto: Reuters

A solo horas del fin del polémico Título 42, herramienta con la que el gobierno de Estados Unidos contuvo de manera momentánea la llegada de miles de migrantes acusando la defensa de la salud pública en plena pandemia, las autoridades volvieron a reafirmar que su cese no se traduce en la apertura indiscriminada de sus fronteras.


De manera directa, Marta Youth, subsecretaria de Estado Adjunta Principal de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de Estados Unidos, afirmó que el fin del Título 42, norma que dejará de regir a las 23:59 de este jueves, no modificará en la práctica el ingreso de migrantes por la frontera sur de ese país.

Así lo explicó en una conferencia de prensa con medios regionales, entre ellos La Tercera, donde aseguró que “si bien promovemos una migración segura, ordenada, humana y regular, nuestra frontera no está abierta a la migración irregular y esto no cambiará después del final del orden de salud pública del Título 42″. Formalmente, la orden será reemplazada por el Título 8.

El Título 42 fue una medida impulsada originalmente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la que fue emitida el 20 de marzo de 2020 y que tenía como fin evitar la propagación del Covid-19. Gracias a ella, las autoridades obtuvieron la facultad de expulsar rápidamente a migrantes que llegaban a las fronteras terrestres de Estados Unidos. Pero con el fin de la política, el temor por la llegada en masa de personas se amplió entre las autoridades.

Migrantes pasan a través de alambre de púas en la orilla del Río Grande, donde Guardias Nacionales de Texas les dicen que no crucen. Foto: AP

Blas Nuñez-Neto, Subsecretario de Políticas Fronteriza e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dijo en la instancia que “hemos estado desplegando un número récord de personal, infraestructura y recursos en la frontera para prepararnos para este flujo migratorio, que ya sabíamos que era posible”.

Sin embargo, agregó que han aumentado los “esfuerzos para imponer nuevas consecuencias a quienes cruzan la frontera de manera ilegal, mientras expandimos al mismo tiempo los incentivos para que las personas que quieren migrar, usen vías seguras, ordenadas y legales para venir a Estados Unidos sin tener que poner sus vidas en las manos de los carteles y los contrabandistas”.

Una de esas medidas de incentivo fue el Parole Humanitario 2023, política con la que ya han sido admitidas más de 100.000 personas de países como de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, explicaron las autoridades.

“El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado están enfocados en (encontrar) soluciones, y tienen un plan sólido para administrar las fronteras con humanidad”, dijo en la misma línea Marta Youth.

La patrulla fronteriza estadounidense comienza a procesar a un grupo de familias migrantes cerca de San Diego. Foto: Reuters

Sin embargo, la autocrítica también estuvo presente en la instancia. Para Nuñez-Neto, mientras el Congreso norteamericano no dé con una solución, el problema no se resolverá.

“Tengo que ser sincero”, dijo a los participantes en la conferencia. “Reconocemos que este reto es uno que ya se ha repetido bajo presidentes de ambos partidos políticos por casi dos décadas y no tiene solución si es que el Congreso norteamericano no se une para realmente actualizar nuestras leyes de inmigración, que están rotas y no funcionan”, aseveró.

Durante los últimos días, casi 1.000 personas adicionales fueron destinadas a la aplicación de la ley desde distintas agencias del gobierno, mientras el Departamento de Defensa se prepara para enviar otras 1.500 tropas a la frontera “para apoyar y reforzar en la Patrulla Fronteriza”, explicaron.

“Estados Unidos reconoce que para promover una migración segura, ordenada, humana y regular necesitamos una acción regional y global integral que aborde esos temas complejos”, dijo Marta Youth, de la Oficina de Población, Refugiados y Migración.

Migrantes venezolanos descansan durante su caminata a través del Paso del Darién con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Foto: AP

También detalló que se establecerán “centros regionales de procesamiento en países seleccionados en todo el hemisferio occidental, para reducir la migración irregular y facilitar vías seguras, ordenadas, humanas y legales”, y que tendrán como objetivo la evaluación previa de solicitantes de asilo para acceder de manera oficial. Además, los entes serán operados por organizaciones internacionales socias.

“Los solicitantes serán evaluados en esas oficinas para determinar si pueden ser elegibles para el estatus de refugiados u otras vías legales en Estados Unidos, y eventualmente en otros países, como Canadá y España”, detalló Youth.

La subsecretaria de Estado Adjunta Principal de la Oficina de Población, Refugiados y Migración dijo estar “orgullosa” de que su país sea “el mayor proveedor individual de asistencia humanitaria en todo el mundo para las personas necesitadas”, pero agregó que no pueden hacerlo sin ayuda.

“Ningún país puede proporcionar soluciones para miles de personas desplazadas por sí solo. Estamos comprometidos a trabajar en colaboración con los gobiernos, con la sociedad civil, las organizaciones internacionales y otros, para brindar protección a quienes huyen de la persecución o la tortura”, cerró.

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