China se acerca a Brasil y América Latina en medio de crisis por aranceles
Lula da Silva está de visita en Beijing esta semana, y se espera un foro China-CELAC en el que habrá altos funcionarios de países como Colombia, Chile y México

De vuelta en Beijing: por segunda vez en su tercer mandato, el presidente Lula da Silva está en la capital china, luego de haberse encontrado con Xi Jinping el pasado viernes en la Plaza Roja de Moscú, durante el desfile del Día de la Victoria. Ahora, los líderes de Brasil y China se encontraron para estrechar los lazos comerciales y diplomáticos de sus naciones, en un momento en que el gigante asiático ha mostrado su voluntad de acercarse a América Latina.
Ya en noviembre pasado, el líder chino había ido a Brasilia, y cerró decenas de acuerdos de cooperación con Lula. Pero ahora el contexto acerca aún más a ambos países: luego de los aranceles impuestos por el gobierno de Estados Unidos, el brasileño se ha mostrado muy crítico con Trump, criticando la “intimidación” de Washington.
Se habla de una “alianza de la soja”: siendo China el mayor comprador del mundo de este producto, precisamente hace unos días levantó las restricciones a cinco empresas brasileñas. Además de Lula, visitarán China esta semana el presidente chileno Gabriel Boric y el colombiano Gustavo Petro, junto con los cancilleres de Argentina, Perú, Venezuela, México y Cuba.

Los últimos años han sido considerados como “de abandono” por parte de la diplomacia estadounidense a América Latina, y si eso dejaba espacio a China para influir en la región, los aranceles de Trump aceleran ese proceso. El mismo canciller chino Wang Yi se refirió a esto este fin de semana: “Los países de América Latina y el Caribe han sufrido enormemente las sanciones unilaterales y el acoso hegemónico, afectando severamente su desarrollo económico y el sustento de sus pueblos. Todos estos países son estados soberanos e independientes, no el patio trasero de nadie”.
En esa misma dirección, el viceministro de Asuntos Exteriores chino, Miao Deyu, declaró el domingo: “Lo que los pueblos de Latinoamérica y el Caribe buscan es la independencia y la autodeterminación, no la llamada ‘nueva Doctrina Monroe’”. Esto, refiriéndose a la declaración del presidente norteamericano James Monroe en 1823, en la que advertía a las potencias europeas para que no interfirieran en Latinoamérica.
Los avances diplomáticos y comerciales de China en América Latina son vistos con desconfianzas por Washington, que en distintos documentos y declaraciones acusan las desventajas de negociar con China. Así, a causa de la presencia de empresas chinas en puertos como el Canal de Panamá y en Perú, Estados Unidos ha advertido sobre la lógica del “doble uso”: la posibilidad de que infraestructuras civiles puedan tener aplicaciones estratégicas o militares, en este caso, a servicio de Beijing.
El gobierno chino preparó una gran semana para fortalecer su influencia en América Latina, e invitó a distintos actores de la región al Cuarto foro Ministerial China-CELAC en Beijing. Tendrá lugar a partir del 13 de mayo, y en ella tomarán parte los presidentes de Brasil, Chile y Colombia, además de otros cancilleres de la región. Que se trate de la CELAC es un detalle importante: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe es una agrupación que, precisamente, excluye a Estados Unidos y Canadá.
Solo por parte de Brasil, Lula da Silva no llegó solo al evento: 400 empresarios, entre ellos más de 150 representantes del sector agroindustrial, forman parte de la delegación brasileña, que cuenta con el ministro de Agricultura Carlos Fávaro. El objetivo sería aprovechar la crisis de los aranceles de Trump para ampliar las exportaciones brasileñas más allá de la carne y la soja.
Así, nueve sectores de la exportación brasileña están representados en la delegación: vacuno, avícola y porcino, maíz, etanol de maíz y DDG (residuo de destilación), frutas, café, algodón, cítricos y biotecnología.

Los intercambios entre el gigante asiático y América Latina han crecido enormemente en los últimos años, y así, el comercio de bienes entre ambos alcanzó casi 519 mil millones de dólares en 2024: aproximadamente el doble del valor de hace una década, según indican estadísticas aduaneras chinas.
Uno de los avances más emblemáticos de esta relación es el megapuerto de Chancay, en Perú, que fue financiado con capital chino, y está diseñado como un nodo de conexión directa con Asia. Este proyecto tiene por fin reducir los tiempos y costos de las exportaciones peruanas a China, sobretodo en cobre y productos agroindustriales, que en 2024 llegaron a los 25 mil millones de dólares.
Bolivia, por su parte, firmó recientemente una serie de acuerdos con un consorcio chino para la industrialización del litio. Esto, con una dimensión logística importante: poder financiar el tren bioceánico que espera unir Brasil y Perú, pasando por territorio boliviano. Así, la ruta permitiría transportar minerales y otros productos de manera eficiente, siendo una alternativa estratégica a los corredores tradicionales.
Volviendo a Brasil, el país ya ha recibido más de 70 mil millones de dólares en inversiones chinas, siendo la mayoría de ellas destinadas a sectores como transporte ferroviario, automóviles eléctricos y energía.

Pero la alianza no solo es diplomática, y perteneciendo al BRICS, Lula vería en Xi un aliado a la hora de ganar relevancia en el escenario internacional. “Lula ve a China como un socio para reequilibrar el poder mundial, no solo como un socio comercial, sino como un contrapeso geopolítico a la hegemonía estadounidense”, dijo a New York Times Matias Spektor, profesor de Política y Relaciones Internacionales en la Fundación Getulio Vargas.
“La estrategia de Lula es clara: diversificar las alianzas de Brasil, reducir la dependencia de Washington y reafirmar a Brasil como un líder influyente en un mundo cada vez más multipolar”, señala el experto.
El mismo Lula da Silva lo dijo este fin de semana: “Desde hace mucho tiempo mucha gente piensa que Brasil es el patio trasero de Estados Unidos. Brasil quiere ser tratado con respeto, somos un país muy grande, de 213 millones de habitantes, que no será patio trasero de nadie”.
“Brasil busca ampliar los lazos de amistad y comercio con China, generando grandes logros recíprocos, especialmente en un momento de inestabilidad comercial provocada recientemente por Estados Unidos”, declaró por su parte el ministro de Agricultura brasileño, Carlos Favaro.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.
¿Vas a seguir leyendo a medias?
NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE