
Comida podrida, baños desbordados y mosquitos constantes: las graves denuncias contra el “Alcatraz de los Caimanes”
A menos de un mes de su apertura, las declaraciones de testigos, detenidos y sus familiares y abogados contradicen las afirmaciones oficiales de que el lugar “cumple con todos los estándares requeridos”.

El centro de detención de inmigrantes de Florida, conocido como “Alcatraz de los Caimanes”, tiene menos de un mes de existencia, pero está planteando serias dudas morales sobre el trato que se da a los inmigrantes recluidos allí. El presidente Donald Trump, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y sus partidarios celebran la brutalidad del centro de detención de 3.000 camas, construido apresuradamente en los Everglades de Florida, uno de los entornos naturales más hostiles de Estados Unidos. Trump bromeó sobre los peligros del pantano, el Partido Republicano de Florida vende gorras y camisetas con el nombre del centro, y uno de los asesores del presidente insinuó que todos los latinos estadounidenses deberían ser arrojados a la basura con caimanes, según da cuenta la revista Time.
Construido rápidamente en una pista aérea aislada rodeada por pantanos, este está conformado por un conjunto improvisado de tiendas, trailers y edificios temporales. Un grupo de legisladores demócratas y republicanos de Florida realizaron el 12 de julio pasado una visita al controvertido centro de detención de inmigrantes. La inspección se dio luego de que varios legisladores demócratas denunciaran que se les negó el acceso al centro el día de su apertura, el 3 de julio.
En esa oportunidad, el activista Thomas Kennedy, de la Coalición de Inmigrantes de Florida, acompañó a los legisladores. “Los mosquitos eran una nube visible. Nos picaron niguas (ácaros). Es un lugar inhabitable, construido en una zona pantanosa y de alto riesgo por huracanes”, relató.
Tras la visita de inspección, legisladores demócratas como la congresista Debbie Wasserman Schultz denunciaron las condiciones deplorables en las que se encuentran los detenidos. Detalló que los inmigrantes están recluidos en “jaulas” abarrotadas, con 32 personas hacinadas en cada una de estas pequeñas áreas. Las jaulas sólo cuentan con literas para dormir y tres pequeños sanitarios que combinan lavamanos, inodoro y lugar para beber agua, lo que obliga a los detenidos a hacer sus necesidades y actividades de higiene en un mismo espacio reducido.
Las imágenes y descripciones oficiales del centro, dijo la legisladora en conferencia de prensa, no reflejan la realidad. Wasserman Schultz señaló que la “privacidad” prometida por las autoridades se limita a un muro de apenas un metro de altura que corre a lo largo de los tres inodoros en cada jaula, lo cual es insuficiente para proteger la dignidad de los detenidos. Además, las duchas son completamente abiertas, sin cortinas ni divisiones que permitan privacidad, y más de 900 hombres conviven en estas condiciones en un espacio diseñado para mil personas, según consignó la cadena Univisión.
En cuanto a la alimentación, la congresista señaló una disparidad significativa entre lo que reciben los empleados y lo que comen los detenidos. Mientras que los trabajadores del centro tienen acceso a porciones grandes y variadas, como pollo rostizado y salchichas, los migrantes sólo reciben pequeñas porciones que incluyen un sándwich gris de pavo y queso, una manzana y papas fritas. Según los legisladores, estas raciones son insuficientes para hombres adultos, lo que genera preocupación por la salud y bienestar de los detenidos.
Las declaraciones de testigos, detenidos y sus familiares y abogados contradicen las afirmaciones oficiales de que el lugar “cumple con todos los estándares requeridos”, señala el diario el Nuevo Herald.
Vladimir Miranda, un migrante cubano con permiso de permanencia temporal en Estados Unidos, fue arrestado en su lugar de trabajo en Orlando. Su pareja, Eveling Ortiz, aseguró al canal NBC 6 que “no ha podido bañarse, no puede usar bien el baño y no tiene acceso a abogado”. Según su relato, cuando fallan los generadores, se quedan sin electricidad, agua, teléfonos o aire acondicionado, con temperaturas que rondan los 40 grados centígrados, con 90% de humedad.
Leamsy “La Figura” Izquierdo, artista urbano cubano arrestado a comienzos de julio en Miami-Dade por cargos de agresión, denunció que no había podido bañarse en cuatro días y que las luces estaban encendidas permanentemente. “Es como una perrera”, reveló el reguetonero cubano en una llamada telefónica a su novia. “Nos tienen aquí como si fuéramos unos perros, nos están dando una sola comida al día”, dijo Izquierdo. “Nunca apagaban las luces en 24 horas. Los mosquitos eran tan grandes como elefantes”, describió el cantante.
En declaraciones a CNN, la esposa de un migrante guatemalteco detenido denunció que su esposo “no ha tenido acceso a un abogado, está rodeado de mosquitos y sin comida suficiente. Cuando hablamos, solo me repite que la situación es muy mala”.
Abogados de detenidos describen el trato recibido como el de “ratas en un experimento”. Denuncian comida podrida, baños desbordados de excrementos, mosquitos constantes y condiciones que vulneran derechos básicos, incluyendo el derecho a la religión, tras la supuesta confiscación de biblias. La organización World Relief también denunció que se les prohíbe orar y practicar su fe dentro de la instalación.
La abogada Gina Fraga relató a El Nuevo Herald que su cliente pasó cinco días sin agua y que para asearse los detenidos están usando “cubetas de Home Depot”, un almacén de construcción. Otros detenidos indicaron que solo reciben “un sándwich al día”, sin productos de higiene como cepillos dentales o jabón, y que el acceso a atención médica es extremadamente limitado.
“Si alguien necesita ir a la enfermería, lo llevan esposado de manos y pies, es un abuso”, dijo al diario El País la esposa de un hombre que se encuentra detenido ahí desde el 3 de julio, cuando comenzaron a llegar los primeros reclusos. Su marido, de nacionalidad mexicana, fue detenido el 27 de junio por conducir sin licencia cuando iba a su trabajo, un sitio de construcción cerca de Tampa. Luego fue trasladado a Clearwater, Naples, Miami -donde pasó dos noches “en un lugar pequeñito”- y finalmente a “Alcatraz de los Caimanes”, el 3 de julio, contó la mujer, que “tiene la esperanza” de que lo deporten pronto “a México, y no a otro lado, como El Salvador o no sé dónde”.
Los abogados afirman que el derecho al debido proceso de los detenidos se encuentra entre las numerosas protecciones constitucionales que se les niegan, señala The Associated Press. La abogada de inmigración Katie Blankenship contó que la rechazaron tras viajar a la remota instalación y esperar horas para hablar con sus clientes, entre ellos un joven mexicano de 15 años sin cargos penales. Un guardia de seguridad le indicó que esperara una llamada telefónica en 48 horas para notificarle cuándo podía regresar. “Le pregunté: ‘Bueno, ¿cuál es el número de teléfono para contactarlo? No hay ninguno’”, dijo Blankenship. “Tienes obligaciones de debido proceso, y esto es una violación de ellas”.
Las autoridades han refutado estas descripciones de las condiciones del centro de detención. La portavoz Stephanie Hartman, de la División de Gestión de Emergencias de Florida, constructora del centro, declaró: “Los informes sobre las condiciones en las instalaciones son completamente falsos. Las instalaciones cumplen con todos los estándares requeridos y están en buen estado de funcionamiento”.
Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos calificó de “vergonzoso” que se amplifiquen estas denuncias. “Es vergonzoso que los medios de comunicación falsos sigan difundiendo la falsa narrativa de inmigrantes ilegales condenados por violación, homicidio y delitos sexuales contra menores”, publico en su cuenta de X.
Explicó que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) tiene estándares de detención más altos que la mayoría de las cárceles estadounidenses que albergan a ciudadanos estadounidenses. “Todos los detenidos reciben alimentación adecuada, tratamiento médico y tienen la oportunidad de comunicarse con abogados y familiares”, explicó.
Las alertas movieron a la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, a decir, en el Miami Herald que las políticas migratorias “no solo son ineficaces para gestionar los desafíos de la inmigración, sino también fundamentalmente inhumanas y socavan los valores mismos que definen a nuestra nación”. Las medidas del gobierno federal, expresó, han desencadenado centros de detención “sobrepoblados con condiciones deplorables, acceso inadecuado a asistencia legal y un aumento alarmante de las separaciones familiares”.
Comer “como perros”
Denuncias que tienen eco en un informe publicado este lunes por Americans for Immigrant Justice, Human Rights Watch y Sanctuary of the South, donde se denuncia que el gobierno de Estados Unidos ha sometido a los migrantes detenidos en tres centros de Florida a condiciones abusivas, degradantes y, en algunos casos, potencialmente mortales.
El informe de 100 páginas, “‘Sientes que tu vida se acabó’: Prácticas abusivas en tres centros de detención de migrantes en Florida desde enero de 2025”, documenta las condiciones de detención en el Centro de Procesamiento de Servicios de Krome (Krome), el Centro de Transición de Broward (BTC) y el Centro Federal de Detención (FDC) en Miami, incluyendo hacinamiento e insalubridad, tratos degradantes y falta de acceso atención médica adecuada y de urgencia. Las organizaciones también documentaron la experiencia de 17 migrantes detenidos en los tres centros de detención desde el 20 de enero.
“Las personas detenidas por motivos migratorios están siendo tratadas como si no fueran seres humanos”, afirmó Belkis Wille, directora asociada de la División de Crisis y Conflictos de Human Rights Watch. “No se trata de casos aislados, sino del resultado de un sistema de detención fundamentalmente deficiente en el que se cometen graves abusos”.
En un incidente especialmente degradante, los detenidos en el FDC fueron obligados a comer con las manos esposadas a la espalda. “Tuvimos que agacharnos y comer sobre las sillas con la boca, como perros”, dijo Harpinder Chauhan, un emprendedor británico que había sido detenido por el ICE cuando asistía a una cita rutinaria de migración.
“La escalada antimigrante y las tácticas de control de la administración Trump están aterrorizando a comunidades y destrozando familias, lo que es especialmente cruel en el estado de Florida, que prospera gracias a sus comunidades de migrantes”, afirmó Katie Blankenship, abogada de migración y cofundadora de Sanctuary of the South. “El enfoque rápido, caótico y cruel para arrestar y encerrar a las personas es literalmente mortal y está provocando una crisis de derechos humanos que afectará a este estado y a todo el país durante los próximos años”.
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