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Cómo el asesinato de Charlie Kirk revive la preocupación por la creciente violencia política en Estados Unidos

En los últimos años, decenas de legisladores y figuras de la política norteamericana han sufrido atentados e intentos de homicidio, incluyendo el propio presidente Donald Trump.

Charlie Kirk, el activista conservador que murió tras recibir un disparo en el cuello durante un acto en Utah. Foto: Archivo

La discusión sobre la “violencia política” volvió a la palestra en Estados Unidos, luego de que este miércoles el influencer conservador Charlie Kirk fuera asesinado en una universidad de Utah. A pesar de las declaraciones y las “thoughts and prayers” (pensamientos y oraciones) de todo el espectro político frente al horror del asesinato, hay medios que indican que este tipo de atentados se está volviendo tan rutinario como los tiroteos en las escuelas.

De 31 años, Kirk era el fundador de Turning Point USA, una organización conservadora juvenil ligada a los republicanos y aliada de Donald Trump. Baleado y muerto en un evento en el campus de la Universidad del Valle de Utah, el influencer era famoso por sus videos de YouTube donde “DESTRUÍA” (generalmente en mayúsculas) los argumentos de liberales, feministas, izquierdistas o activistas por la regulación de las armas en Estados Unidos.

Aún no se sabe la motivación del atacante, pero la muerte de Kirk viene a sumarse a la larga lista de ataques políticos que viene viviendo últimamente Estados Unidos. Ya no son solo atentados, sino también los videos de estos que se propagan instantáneamente, y que conmueven e indignan al país entero.

Charlie Kirk, cofundador de Turning Point USA.

El medio Politico se refiere a un ciclo ya común en la vida mediática de Estados Unidos: “Se ha convertido en un macabro ritual estadounidense: un ataque violento contra una figura política, seguido de condenas, llamados a la introspección y la promesa de evitar que vuelva a ocurrir. Y entonces ocurre”.

Lentamente, pero sin detenerse, la violencia política dejó de ser algo marginal o casual en Estados Unidos, y se volvió una realidad, en la que los políticos y activistas conviven con amenazas y atentados. Respecto al ataque que sufrió Kirk, muchos políticos que ya habían sufrido situaciones similares lo comentaron.

“Noticias horribles”, dijo el representante republicano Steve Scalise, que recibió un disparo en un partido de béisbol en 2017. “Paul y yo estamos desconsolados”, declaró la expresidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, cuyo esposo fue golpeado con un mazo en 2022. “Mi familia y yo conocemos muy bien el horror de un tiroteo selectivo”, apuntó, por su parte, la exrepresentante demócrata Gabby Giffords, que sufrió un disparo en la cabeza en 2011.

Charlie Kirk junto a Jair Bolsonaro en un evento de Turning Point USA. Foto: Archivo Rebecca Blackwell

Ni siquiera es el primer asesinato político del año. En junio, la legisladora estatal demócrata por Minnesota Melissa Hortman y su esposo, Mark, fueron acribillados por Vance Luther Boelter, quien afirmó haber actuado motivado por su opinión sobre la vacunación obligatoria. El senador estatal John Hoffman y su esposa Yvette, las otras dos personas que fueron tiroteadas pocas horas antes, lograron sobrevivir al ataque.

Antes de eso, en abril, un hombre prendió fuego a la residencia del gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro, mientras el político demócrata y su familia dormían en su interior.

Dos empleados de la Embajada de Israel en Washington fueron asesinados a tiros, en mayo pasado, por un hombre que, según la policía, gritó “Palestina libre” después del ataque. La sede del Partido Republicano en Nuevo México y un concesionario de Tesla en el estado fueron atacados con bombas incendiarias. Y eso ocurrió solo en los últimos meses.

En enero de 2021, una turba que buscaba vengar la derrota electoral de Donald Trump irrumpió en el Capitolio, enfrentándose a la policía y amenazando con colgar al exvicepresidente Mike Pence. La exrepresentante demócrata Gabby Giffords recibió un tiro en la cabeza en 2011, y otros legisladores republicanos sufrieron disparos mientras practicaban béisbol en 2017.

El esposo de la representante demócrata Nancy Pelosi fue atacado en su domicilio en 2022. Hasta el mismo presidente Trump recibió un disparo en la oreja mientras hacía campaña el 13 de julio de 2024 en Butler, Pennsylvania. El 15 de septiembre, mientras estaba jugando al golf en el Trump International Golf Cluben West Palm Beach, en Florida, Trump fue objeto de un presunto segundo intento de asesinato.

Prácticamente todos los funcionarios públicos perciben la nueva realidad, más allá de los políticos electos como Trump o Giffords, o los activistas como Kirk. Los jueces también se han visto acosados ​​por amenazas de muerte. El juez conservador Brett Kavanaugh fue objeto de un intento de asesinato en 2022, y a principios de este año algunos magistrados de tribunales inferiores condenaron la dura retórica dirigida por la Casa Blanca contra ellos, afirmando que los ataques verbales estaban alimentando las amenazas de violencia física.

Fotografía de la representante estatal de Minnesota Melissa Hortman y del senador estatal de Minnesota John Hoffman, demócrata de Champlin. y Minnesota Senate photographer's office and Paul Battaglia / Minnesota State Legislature / AFP)

El asesinato de Kirk, en un principio, parecía unir a demócratas y republicanos en la condena de la violencia, con voces como la de Shapiro y Giffords indignados sin ninguna condición. Pero otras voces de la derecha, sin que pasaran muchas horas, politizaron el ataque. Antes de que las autoridades acusaran a alguien o revelaran sus motivos, algunos influencers y activistas culparon a los demócratas, llamando incluso a la guerra y la venganza.

Elon Musk, antiguo aliado de Trump, calificó a la izquierda de “partido asesino” en una publicación en su red social, X. Y la representante Anna Paulina Luna, republicana por Florida, pareció culpar a la “Cámara corrupta y a los medios corruptos” del ataque. “Todos los que nos llamaron fascistas hicieron esto”, escribió en X, en mayúsculas. Enrique Tarrio, exlíder de los Proud Boys, reposteó en su cuenta una publicación de otro acusado del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 que pedía, sin más, “guerra”.

La politóloga Lilliana Hall Mason, de la Universidad Johns Hopkins, encuentra preocupante este tipo de reacción. En sus sondeos ha descubierto que alrededor del 20% de los estadounidenses cree que la violencia política está justificada, al menos en ocasiones, pero afirmó que esa cifra se eleva al 60% si miembros del otro partido político cometieron un acto violento primero.

“Realmente depende de cómo los líderes lo presenten a sus simpatizantes. En la medida en que los líderes lo presenten como algo contra lo que se deben tomar represalias, creo que eso crea una gran oportunidad para que ocurran cosas realmente malas”, opinó la experta.

Las encuestas han mostrado una mayor aceptación del uso de la violencia con fines políticos en todos los partidos. Robert Pape, director del Proyecto de Chicago sobre Seguridad y Amenazas, escribió en el diario The New York Times que una encuesta que su equipo realizó en mayo fue la “más preocupante hasta la fecha”.

“Alrededor del 40% de los demócratas apoyaron el uso de la fuerza para destituir a Trump de la presidencia, y alrededor del 25% de los republicanos apoyaron el uso del Ejército para frenar las protestas contra la agenda de Trump. Estas cifras se duplicaron con creces desde el otoño pasado, cuando hicimos preguntas similares”, escribió.

“Nos estamos convirtiendo cada vez más en un polvorín”, declaró Pape a The Guardian este miércoles.

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