De incautaciones a ataques: cómo giró la estrategia de EE.UU. contra el narcotráfico
Luego del bombardeo en el Caribe contra una lancha, el gobierno de Donald Trump espera continuar atacando las embarcaciones que considere sospechosos de transportar droga.
Menos arrestos, más misiles. La “guerra contra las drogas” de Donald Trump ahora se parece mucho más a un combate, con drones y asesinatos, lo que ha llevado a algunos especialistas a hablar de verdaderas “ejecuciones sumarias”. Este martes, los buques destructores y los miles de militares norteamericanos desplegados en el Caribe, cerca de las costas venezolanas, fueron puestos en acción, dando muerte a 11 tripulantes de una lancha que, según la Casa Blanca, transportaban drogas.
Esto, en medio de la última escalada entre el gobierno de Trump y los carteles en la región, a los que culpa de llevar el fentanilo a Estados Unidos. “Esta mañana, siguiendo mis órdenes, las Fuerzas Militares de EE.UU. llevaron a cabo un ataque cinético contra narcoterroristas del Tren de Aragua identificados positivamente”, escribió Trump en redes sociales, añadiendo que la operación “ocurrió mientras los terroristas se encontraban en aguas internacionales transportando narcóticos ilegales con destino a Estados Unidos”.
La lancha fue pulverizada, pero no se sabe si con el dron en sí, o un torpedo u otro medio. No se ha explicado por qué se decidió matar a las personas a bordo, pero eso no parece preocupar mucho a Washington: desde el Departamento de Defensa aseguran que ataques como este se repetirán.
La Armada de Estados Unidos interceptó y abordó durante mucho tiempo barcos sospechosos de contrabando de drogas en aguas internacionales, generalmente con un oficial de la Guardia Costera a cargo temporalmente de invocar la autoridad policial. El ataque directo del martes en el Caribe representó un cambio radical respecto a ese enfoque aplicado durante décadas.
Anteriormente, las autoridades estadounidenses se centraban en la incautación de drogas y la identificación de sospechosos para construir un caso penal. Un alto funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo a The New York Times que habría más ataques similares contra embarcaciones de carteles.
El gobierno norteamericano no ha ofrecido ninguna justificación legal para el ataque. Sin embargo, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró en “Fox & Friends” que los funcionarios de la administración “sabían exactamente quiénes estaban en ese barco” y “exactamente qué estaban haciendo”, sin presentar pruebas. “El presidente Trump está dispuesto a actuar a la ofensiva de maneras que otros no han visto”, añadió.
“Hay más de donde vino ese”, escribió un poco más tarde el presidente estadounidense.
La acción se produce en medio del importante despliegue de fuerzas navales estadounidenses fuera de aguas venezolanas, que desde hace semanas aumenta la tensión entre Washington y Caracas. Washington también ha intensificado su retórica beligerante sobre la lucha contra los carteles de la droga y ha calificado al presidente venezolano, Nicolás Maduro, como la cabeza de cartel.
“El presidente tiene muy claro que usará todo el poder de Estados Unidos para combatir y erradicar a estos carteles de la droga, sin importar desde dónde operen ni cuánto tiempo hayan podido actuar con impunidad”, declaró el secretario de Estado, Marco Rubio, antes de abordar un avión en Florida con destino a México.
Aún secreta, una directiva firmada por Trump instruye al Pentágono a usar la fuerza militar contra algunos carteles de la droga latinoamericanos, que su administración ha calificado de organizaciones “terroristas”. Casi al mismo tiempo, el gobierno declaró que un grupo criminal venezolano era una organización terrorista y que Maduro era su líder, al tiempo que calificaba de ilegítimo a su gobierno.
“Tenemos activos en el aire, activos en el agua, activos en buques, porque esta es una misión muy seria para nosotros y no se detendrá con este simple ataque”, declaró Hegseth en Fox News, quien también amenazó al líder del régimen chavista, asegurando que debería ser “la única persona preocupada”. De todos modos, cuando le preguntaron si la meta de la presencia militar en el Caribe es un cambio de régimen, Hegseth dejó abierta la respuesta, asegurando que “esa es una decisión presidencial”.
En conversación con La Tercera, la periodista venezolana Ronna Rísquez, autora de un libro sobre el Tren de Aragua, comenta el ataque: “Esto de las lanchas es que eso no es una práctica común, todo lo contrario: lo común es interceptar la embarcación, detener a los ocupantes, incautar lo que lleven e investigar, porque eso te va a permitir saber efectivamente para dónde iba la carga, de dónde provenía, de qué grupo era la carga. Eso es parte de la investigación que habitualmente a las autoridades les gusta tener, información que te permita llegar sobre todo hasta la cabeza de quién es la droga, que es lo más importante, porque estos son unos operadores, unos obreros en el proceso”.
La nueva estrategia de Trump iguala a los narcotraficantes a grupos terroristas. “La perspectiva general del presidente es que, si existe una amenaza terrorista contra Estados Unidos, confía en que las Fuerzas Armadas la eliminarán, ya sea un bu narcotraficante frente a las costas de Venezuela o un terrorista de Al Qaeda en Medio Oriente”, declaró a Axios un alto funcionario de la administración Trump.
Entre otras cosas, el Congreso no ha autorizado aún ningún conflicto armado contra el Tren de Aragua o contra Venezuela, y se duda sobre si un país puede invocar la excusa de la “autodefensa” como el motivo para atacar a traficantes de droga con fuerza letal. En declaraciones a France24, la experta en derecho internacional y uso de la fuerza de la Universidad de Notre Dame, Mary Ellen O’Connell, afirmó que la operación del martes “violó principios fundamentales del derecho internacional”. “El supuesto hecho de que el ataque se produjera en alta mar es irrelevante. Lo relevante es que Estados Unidos no tenía derecho a matar intencionalmente a estos sospechosos”, detalló.
Según indica The New York Times, la ley no autoriza la guerra contra grupos que el Poder Ejecutivo haya decidido etiquetar como “terroristas”. “El Tren de Aragua no es una organización militar como lo son ISIS, Al Qaeda o Al-Shabaab”, afirmó Brian Finucane, exabogado del Departamento de Estado y especialista en derecho de la guerra. “La designación previa del Tren de Aragua como ‘organización terrorista extranjera’ no le otorga en sí misma la autoridad para usar la fuerza militar”, apunta.
Para el exdirector ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, es más grave. Así comentó en la red social X lo hecho por el presidente norteamericano: “Trump admite haber ordenado una ejecución sumaria, el delito de asesinato. Los narcotraficantes no son combatientes a los que se les pueda disparar en el acto. Son sospechosos de delitos que deben ser arrestados y procesados”.
Respecto a la posición del gobierno venezolano y Nicolás Maduro, que ha sido apuntado como líder de un cartel “narcoterrorista” por Estados Unidos, Ronna Rísquez señala: “No ha habido una reacción contundente a este hecho, solo algunas declaraciones. Lo primero que salió fue un comentario del ministro de Comunicaciones diciendo que era una cosa que había sido creada por inteligencia artificial. El gobierno de Maduro no estaba preparado quizás para esta acción puntual y tal vez esté evaluando cómo va a reaccionar o qué van a responder”.
El lunes, antes del ataque, Maduro dijo que “declararía constitucionalmente una república en armas” si su país fuera atacado por las fuerzas estadounidenses desplegadas en el Caribe, según The Associated Press. Pocas horas después del bombardeo, en tanto, el líder chavista indicó que el verdadero objetivo de Washington eran los recursos naturales de su país: “Vienen por el petróleo venezolano, lo quieren gratis, por el gas. Tenemos la principal reserva de petróleo de Venezuela y ese petróleo no le pertenece a Maduro y menos a los gringos, les pertenece a ustedes”, indicó en un encuentro en Caracas.
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