Emanuele Bobbio, analista político: “Berlusconi es el personaje más polarizador de la historia de Italia”

Silvio Berlusconi en un evento electoral en Roma, en 2019. Foto: AP

En entrevista con La Tercera, Bobbio comenta la dimensión de “Il Cavaliere” durante los 30 años que pasó en política. "Cambió la manera de hacer campañas en Italia, fue un 'nuevo político' y un 'nuevo primer ministro', sin precedentes", señala.


A la hora de su muerte, todos los medios internacionales coinciden: Silvio Berlusconi fue el hombre que moldeó la Italia del siglo XXI. Tanto como primer ministro en tres ocasiones (1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011), como líder de Forza Italia, “Il Cavaliere” fue sin duda el hombre central de la política en el país europeo, e incluso llegó a acariciar la idea de devenir en presidente de la República, el cargo protocolar que hoy ocupa Sergio Matarella.

El analista político y fundador del medio Lo Spiegone, Emanuele Bobbio comenta a La Tercera la dimensión de Berlusconi durante los 30 años que pasó en política.

Berlusconi en 2013, llegando al Senado rodeado de parlamentarios. Foto: Reuters

Primero, ¿cuál fue el contexto en el que Berlusconi llegó al poder?

Berlusconi entró a la política italiana en 1993, en un punto de inflexión para ésta. Los historiadores hablan de ese momento como el cambio entre la “Primera República” y la actual, aún cuando no hubo un cambio institucional. Fue una especie de terremoto, porque desde el colapso de la Unión Soviética, y la caída del Muro de Berlín, todo el sistema de partidos que había en Italia desde la Segunda Guerra cambió.

En la práctica, hubo una gran investigación sobre el financiamiento de los partidos, y eso fue un terremoto. El entonces primer ministro (Bettino Craxi) escapó a Túnez para huir del juicio. El PC era la colectividad comunista más importante de Europa occidental, y cambió de una era “soviética” a una democrática, creando una centroizquierda ahí, y con la facción más a la izquierda del partido gobernante entonces, la Democracia Cristiana, se juntaron en lo que será el ancestro del Partido Democrático.

En un sentido, fue un momento en que todo cambiaba, y Berlusconi decidió entonces entrar en política, y hacer algo que nadie nunca había hecho antes: era un empresario, que decidió quedarse con sus empresas aun traspasándolas a sus hijos, y se metió en una carrera electoral. Mantuvo un control en sus compañías y medios de comunicación.

Cambió la manera de hacer campañas en Italia, fue un “nuevo político” y un “nuevo primer ministro”, sin precedentes. Creó una alianza inédita con la entonces Liga Norte, que era un partido separatista, y también se alió con el partido “post-fascista”, la Alleanza Nazionale. Fue un terremoto, porque nadie durante la “Primera República” se hubiera atrevido a hacer una alianza con un partido post-fascista. No estoy haciendo un juicio, estoy diciendo hechos: hizo algo que “rompió las reglas” que habían hasta entonces.

Cartel despidiendo a Silvio Berlusconi en la sede central de Mediaset, en Milán. Foto: AP

¿Cómo perciben los italianos los “años Berlusconi”?

Lo que es importante decir sobre estos tiempos es que él fue el gran personaje principal e influyente, no solo por sus decisiones ni por sus discursos o acciones, sino también la manera en que incluso influyó en la oposición. De algún modo, por mucho tiempo la centroizquierda no pudo crear una narrativa, y sencillamente era vista como la opción “anti-Berlusconi”.

Sin embargo, a pesar de los cambios que trajo la Unión Europea, no hubo fuertes cambios durante su tiempo que se le puedan atribuir al gobierno. Es difícil decir, nombrar algo, que sea conocido como una iniciativa de los gobiernos de Berlusconi. Se puede hablar de lo que dijo: prometió muchos recortes de impuestos, o normas contra los jueces, pero no es algo que digas “característico”, o que definan la manera de gobernar de Berlusconi.

Es muy difícil decir, por ejemplo, que Italia haya cambiado mucho en los años de Berlusconi. Desde luego, es importante recordar que después de la crisis de 2008 y la crisis de deuda en Europa, la reputación del gobierno era tan mala que Berlusconi, con la intención de “salvar el país”, renunció aún cuando tenía una mayoría fuerte en el Parlamento.

Una mujer poniendo un cartel afuera de la residencia de Silvio Berlusconi. Foto: AP

¿Cómo afectaron los escándalos y juicios de Berlusconi a la popularidad que tuvo entre los italianos?

Tuvo muchos juicios, sobre mafia, sobre escándalos sexuales, sobre haber comprado senadores para hacer que el gobierno de centroizquierda cayera. Su popularidad fue extremadamente dañada luego de estos juicios, pero tuvo éxito en crear una polarización en su imagen, sobre todo en la segunda mitad de la década del 2000: o se creía en Berlusconi, o se odiaba a Berlusconi. Pocos italianos eran neutrales en este tema, no había quiénes dijeran “estas ideas suyas son buenas y estas malas”.

Berlusconi fue un factor polarizador, y sigue siéndolo. Hoy tenemos a todos los medios cubriendo la noticia, y por ejemplo, los diarios de centroizquierda hablan del peor presidente, el peor político, y en la centroderecha los diarios hablan de sus glorias y su rol tan importante en la política italiana. Debe ser, sin duda, el personaje más polarizador de la historia de Italia, al menos desde la Segunda Guerra Mundial, o quizás antes.

¿En qué manera fue influyente en la política italiana ya en estos últimos años, cuando no era primer ministro?

Estos últimos días era aún influyente, de dos maneras. Era el líder absoluto de un partido, Forza Italia, que se llevó el 8% de los votos en las elecciones pasadas. Y tiene ahora más diputados y senadores que antes. Y es crucial, porque estos votos son fundamentales para que Giorgia Meloni esté en el cargo que está.

El ministro de Relaciones Exteriores (Antonio Tajani) viene de Forza Italia, y otros también.

El factor más importante de él siendo influyente son sus conexiones con Europa: estamos siendo testigos de muchos partidos de centroderecha y derecha que están, constantemente, buscando cierta confianza por parte de los otros países. Y a pesar de todos los escándalos, esto nunca hirió la reputación de Berlusconi como “europeísta”, pro-Europa, así que aún con los escándalos sexuales y los juicios, y había algo de “loco” en su personaje, era aún la principal garantía para una centroderecha europea, partidos como la CDU en Alemania o el PP en España. Esta “garantía” al final es que los partidos de centroderecha no van a poner en duda los pilares fundamentales de la Unión Europea.

Ahora, por Meloni y Matteo Salvini, esto es un otro gran asunto. Ahora tienen que mostrar a la centroderecha, a sus aliados europeos, que merecen la confianza que Berlusconi tenía. No es fácil para ambos, ya que parte de su electorado tiende al euroesceptiscismo.

Berlusconi era el líder de Forza Italia, un partido que está hoy en la coalición de gobierno. ¿Cómo afectará la muerte de Berlusconi los próximos meses de la política italiana?

Era el tercer miembro de la coalición de gobierno, la garantía de que el gobierno de Meloni y Salvini no es peligroso para la Unión Europea. Diría que en las próximas semanas veremos si el partido puede sobrevivir sin Berlusconi, porque Forza Italia es uno de los partidos más personales que hay en Europa. Hay pocos ejemplos de partidos construidos por la imagen de un solo líder, y la historia del partido está llena de gente que intentó pelear con Berlusconi y terminó dejando la tienda.

Tenemos que ver y esperar. Hay una suerte de líder ahora, Antonio Tajani, el ministro de Relaciones Exteriores, pero es bastante débil. Apostaría que al final Forza Italia no va a sobrevivir sin Berlusconi. Y por otro lado, creo que los parlamentarios de Forza Italia se mantendrán en el gobierno de coalición, así que éste, de momento, no tambalea.

De todos modos, para cuando sean las próximas elecciones, será la primera vez en 30 años en que las papeletas no tendrán escrito “Berlusconi para Presidente” en la casilla de Forza Italia. Y esto va a cambiar, esencialmente, todo en la política italiana. No en el próximo mes, sino en los próximos años.

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