Medio Oriente: ¿Israel da vuelta el tablero?

Trump y su yerno Jared Kushner tras anunciar el viernes la normalización de relaciones entre Israel y Bahrein. Foto: AFP

Tras el anuncio de la normalización de relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, se unió Bahrein y el premier israelí ha dicho que mantiene conversaciones con otros países. Una situación impensada hace unos años.


La normalización de las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) dio el puntapié inicial para una serie de movimientos en Medio Oriente que hace unos años parecían ser impensados. Desde el anuncio, ocurrido el 13 de agosto, ambos países -que por años mantuvieron lazos informales- aumentaron sus intercambios telefónicos entre sus respectivos ministros e incluso firmaron sus primeros acuerdos comerciales. Así, por ejemplo, Abu Dhabi derogó una ley de 1972 que estipulaba el boicot al Estado hebreo.

Es más, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aceptó, según The New York Times, la venta de armas de Estados Unidos a los Emiratos, pese a haberlo negado previamente. A ello se sumó el primer vuelo comercial directo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos que aterrizó en el aeropuerto de Abu Dhabi, procedente de Tel Aviv, el 31 de agosto. El vuelo LY971, de la aerolínea israelí EL AL, viajó con una delegación israelí y estadounidense a bordo, encabezada por Jared Kushner, yerno y asesor del Presidente Donald Trump. Para agregar incluso más simbolismo al viaje, el avión sobrevoló el espacio aéreo de Arabia Saudita, un país con el que Israel no mantiene relaciones. Dicho acuerdo se verá sellado en una ceremonia este martes en la Casa Blanca, a la que asistirá Netanyahu y por el lado de los Emiratos la delegación estará encabezada por el ministro de RR.EE., Abdullah bin Zayed Al Nahyan.

“Es un día histórico (...). Habíamos soñado esto y trabajamos para realizarlo, y ahora está ante nuestros ojos”, dijo el premier israelí cuando se conoció el acuerdo con EAU en agosto. El gobernante había señalado antes que los líderes árabes y musulmanes sostienen negociaciones secretas con Israel respecto a la normalización de sus relaciones.

El Tel Aviv City Hall es iluminado con los colores de la bandera de Emiratos Arabes Unidos.

En los últimos meses, Netanyahu ya había hablado con dirigentes de Sudán, Chad y Omán. “Estas son las entrevistas conocidas. Pero hay muchas más reuniones no mediáticas con líderes árabes y musulmanes para normalizar sus relaciones con el Estado de Israel”, señaló Netanyahu.

En esa línea, Bahrein -que fue el primer país que aplaudió el acuerdo de agosto- anunció que abrirá su espacio aéreo a los aviones israelíes que vuelen hacia y desde los Emiratos. Y no se quedó ahí, porque el viernes pasado, Trump anunció que Bahrein e Israel formalizarán sus relaciones.

Bahrein juega un rol importante en la defensa estratégica del Golfo Pérsico contra la influencia iraní. Alberga una base de la Armada estadounidense con alrededor de 6.000 miembros en servicio.

“Creo que puede tomar algún tiempo, pero finalmente habrá más países que normalicen las relaciones con Israel. No solo países árabes, sino que países musulmanes y países en África también. Tenemos que recordar que el acuerdo de normalización entre Israel y los Emiratos fue completamente respaldado por algunos países árabes que tienen relaciones con Israel, como Egipto, y otros países como Arabia Saudita, Bahrein, Omán, Marruecos, que no tienen relaciones oficiales con Israel. Así que finalmente este es un acuerdo bilateral entre Israel y los Emiratos, pero finalmente es un acuerdo multilateral, porque los otros países, principalmente las monarquías del Golfo, lo respaldan y vemos que los sauditas están permitiendo los vuelos israelíes sobre el territorio saudita, algo que no tiene precedentes”, dijo a La Tercera, Michael Kobi, investigador del Instituto para Estudios de Seguridad Nacional de Israel.

A estos movimientos de fichas en la región se suma el rol de Qatar, un pequeño país de la Península Arábiga con enormes reservas de gas, que ha tenido un papel como intermediario en los desacuerdos regionales. En los últimos tres años, Qatar ha visto bloqueado gran parte de su propio comercio y viajes por países de la región (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Egipto) en una disputa que ha tensado las relaciones. Los países acusan a Qatar de facilitar apoyo financiero a grupos terroristas de Medio Oriente, algo que los qataríes niegan.

En este contexto, recientemente Qatar medió en el acuerdo entre Israel y Hamas para contener la escalada en Gaza. A ello se suma que este lunes el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo; el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el secretario de Comercio, Wilbur Ross, se reunieron con los principales funcionarios de Qatar para dar inicio al Diálogo Estratégico de dos días entre ambos países. En todo caso, los analistas estiman que es poco probable que Qatar establezca vínculos formales con Israel sin avances en las conversaciones con los palestinos o sin un movimiento hacia la formación de un Estado palestino.

Respuesta palestina

En una columna publicada por el centro de estudios Carnegie, el político jordano y quien en 1994 ejerció como primer embajador de su país en Israel, Marwan Muasher, señaló que “a diferencia de lo que pintan Estados Unidos, Israel y los Emiratos Árabes Unidos, este no es un acuerdo para hacer avanzar el proceso de paz (con los palestinos). Es simplemente un acuerdo para servir a los intereses bilaterales emiratí-israelíes y hacer públicas las relaciones que se han estado manteniendo bajo la mesa durante años”.

“El pacto anunciado por los EAU -que congela la anexión de gran parte de Cisjordania por parte de Israel a cambio de la normalización con los EAU- no fue un logro en absoluto. Fue un recordatorio del compromiso del ex primer ministro israelí Menachem Begin en 1978 de congelar la actividad de los asentamientos durante tres meses como parte del acuerdo de paz entre Egipto e Israel (de septiembre de ese año)”, añadió.

Los palestinos rechazaron el acuerdo entre Israel y los EAU y lo calificaron de una “puñalada por la espalda” por parte de Abu Dhabi, y sostuvieron que los otros países árabes “no pueden hablar en nombre de los palestinos”. Y después de la decisión de Bahrein, la Organización para la Liberación de Palestina tuiteó: “El liderazgo palestino rechaza este paso dado por el Reino de Bahrein y le pide que se retire de inmediato de este paso que causa un gran daño a los derechos nacionales inalienables del pueblo palestino”.

Un joven palestino durante una marcha de Hamas, en enero pasado en la Franja de Gaza. Foto: Reuters

Hasta ahora, la paz con los palestinos era considerada como un requisito previo para cualquier normalización de relaciones entre Israel y el mundo árabe y musulmán. Sin embargo, Israel ha intentado mover el tablero en los últimos años para convencer a los países árabes de normalizar sus relaciones sin esperar a firmar la paz con los palestinos.

“La normalización de relaciones, el vuelo sobre Arabia Saudita, es un reflejo o una articulación de un nuevo paradigma que el Presidente Trump y su gobierno han estado tratando por dos años para imponer en la región o reemplazar el viejo paradigma que era favorecido por los palestinos, principalmente, el que señala que Israel tenía que terminar sus problemas con los palestinos y solo entonces la normalización de las relaciones con los países árabes se hará realidad”, indicó Kobi.

En todo caso, el analista del centro de estudios Crisis Group, Tareq Baconi, advirtió en conversación con La Tercera que si bien “Israel ha abogado durante mucho tiempo por la normalización de las relaciones regionales sin asegurar un arreglo justo para los palestinos, parece que ahora ha comenzado a hacerlo con éxito”. Sin embargo, advierte, “podría ser prematuro considerar que esto es un éxito, ya que podría ser contraproducente dada el continuo foco que tiene la situación palestina en la comunidad árabe”.

En medio de este contexto, los observadores señalan que si bien el acuerdo con los Emiratos congela los planes de Netanyahu de anexión del Valle del Jordán y partes de Cisjordania, no los elimina y solo los congela por un tiempo, mientras en el terreno se continúa

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se coloca una mascarill, este lunes en Beit Shemesh. Foto: AP

n demoliendo casas palestinas y sus habitantes denuncian que la “anexión” sigue.

Fracaso diplomático

Los observadores señalan que el acuerdo entre Israel y los EAU es un fracaso diplomático del gobierno del Presidente palestino, Mahmoud Abbas. De hecho, si bien consiguieron un renovado apoyo saudita para el Estado palestino, no lograron persuadir a la Liga Árabe de condenar el acuerdo de normalización entre Israel y los Emiratos.

“'Condena' es uno de los términos más comunes que usan los líderes palestinos de alto nivel (para referirse al acuerdo), pero su condena no crea una política. Al contrario, en general y ciertamente en este caso, ellos delatan una falta de política, que ha sido suplantada por una muestra de ira y muchos años de fracaso diplomático”, escribió en una columna Amira Hass, la única periodista en Cisjordania del periódico Haaretz.

En la misma línea, Baconi está de acuerdo en que el gobierno palestino ha fracasado a nivel diplomático. “El liderazgo oficial palestino ha sido ineficaz en el avance de una estrategia de liberación palestina. A través de su compromiso continuo con los Acuerdos de Oslo y las negociaciones en busca de una solución de dos Estados, pese a la clara oposición de Israel a tal resultado, han sido ineficaces para aumentar el costo de la ocupación y han permitido que Israel continúe actuando con impunidad”, indicó.

En este contexto, las fichas del tablero continúan moviéndose. Durante su visita a la región a principios de este mes, Kushner -que en enero pasado presentó un “plan de paz” para Medio Oriente- no perdió el tiempo y se reunió con el príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, apodado “MBS”, con quien habló de la “reanudación de las negociaciones entre palestinos e israelíes”, según la agencia SPA.

El columnista del diario Haaretz, Zvi Bar’el, señaló en un artículo que si bien la paz entre Israel y los Emiratos puede ser un gran avance que bien podría cambiar las actitudes hacia Israel en Medio Oriente, no es suficiente para demostrar la validez del plan de paz de Trump.

“Para probar esta estrategia que reclama la paz entre Israel y los árabes no se requiere una solución al problema palestino o, alternativamente, que la paz con los países árabes pueda servir como catalizador para la paz entre Israel y los palestinos: se necesita un apoyo árabe más amplio, que tendrá para incluir a otros países árabes, o al menos a Arabia Saudita”, señaló.

En ese sentido, advirtió que la paz con Israel podría cambiar las reglas del juego para Arabia Saudita respecto de Washington. Aunque hay factores a considerar, “MBS” quiere recuperar el estatus que gozaba antes del asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi, en 2018. Zvi Bar’el dice que un acuerdo con Israel muy posiblemente podría allanar el camino de regreso a Washington para “MBS”.

“Parece que Israel debería estar muy complacido con los últimos acontecimientos que lo han convertido en un mediador activo entre los países árabes y Washington, sin tener que pagar ningún precio a los palestinos”, escribió Zvi Bar'.

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