
Alhué, el único rincón de Santiago que aún no conoce el virus
Cuando en Chile los contagios superan los 12 mil casos, esta comuna rural, llena de leyendas y folclor, no sabe de ninguno. Su gente vive una vida que recuerda a la de antes de la pandemia. Y se cuidan para mantenerla así.

Mientras Singapur vive un dramático rebrote de contagios por coronavirus, después de ser uno de los países ejemplo en la forma de controlar la pandemia, a 16 mil kilómetros de distancia la señora Olga Núñez Soto (61) tira de su carro con verduras y mercadería con la que cocinará la cena de su familia.
Simultáneamente, Estados Unidos roza los 54 mil muertos por el virus, pero en la calle 21 de Mayo, una de las principales de Alhué, son varios los que hacen fila para comprar, como todos los días, en el almacén Lisette.
En esta escondida y bucólica comuna de la provincia de Melipilla, pocos saben que el mundo ya suma más de 197 mil decesos y 2,9 millones de contagiados. Aquí, a 137 kilómetros de Santiago, el Covid-19 aún no se posa y la vida, por increíble que parezca, se asemeja un poco a la que existía previo a la crisis.

“Antes, podía salir a las 7 u 8 a comprar y no había ningún problema, pero ahora hay que respetar el confinamiento”, cuenta doña Olga.
Salvo porque ahora la usanza es llevar una mascarilla, aquí importa más saber que por una ordenanza municipal los negocios cierran a las 15.00 horas. Así fluye todo.
Por insólito que parezca, la Región Metropolitana, con 7.464 casos positivos registrados hasta ayer -más que la cantidad total de habitantes de Alhué-, aún mantiene a esta comuna como su único rincón libre de la pandemia. Van 55 días que el coronavirus anidó en el país, pero aquí no se registra un solo contagio.
Las claves, según los residentes, son varias.
Ya el largo recorrido para llegar hasta aquí, de más de dos horas en automóvil desde Santiago, es la primera barrera a la que el virus se enfrenta. La segunda, aunque menos efectiva, es el control sanitario que Carabineros, junto a la Seremi de Salud y la Municipalidad realizan en sus dos accesos, que prohíbe el paso a quienes superen los 38 °C corporales.

Otra buena razón para que aquí no haya contagios es la forma en que los habitantes se ganan la vida. Casi todos trabajan dentro de la propia comuna o sus alrededores, por lo tanto, la movilidad es mínima. La principal fuente de ingresos de los alhuinos es la minería y la agricultura; se extrae oro y además son productores de frutas y verduras. Los que llegan de afuera lo hacen directamente a los campamentos mineros o agrícolas.
“Ingresan alrededor de 50 autos diarios, aunque el peak son los lunes, cuando llegan los trabajadores de las minas, unos 250 vehículos”, asegura una fiscalizadora.
Son las 13.00 horas y ya no hay mucha gente en la calle. Y aunque los pocos transeúntes no respetan mucho el distanciamiento social, todos usan mascarilla. “A veces pasa gente que viene sin la suya, pero si no tienen para comprarla, se las regalo”, dice Juan Meneses, dueño de Lisette, el principal mercado del pueblo.
A tres casas de la tienda se encuentra el Cesfam de la comuna. Y allí, Maciel Neira (31), encargada del Servicio de Urgencia Rural (SUR), descifra el porqué del récord. “Nuestro secreto es el autocuidado y el amor al prójimo. Todos nos conocemos desde siempre, de nacimiento, por lo que nadie quiere contagiarse o contagiar a alguien”, asegura la enfermera, alhuina de toda la vida.

Pese al alentador panorama, José Carrasco (39), el director del Cesfam, sabe que aún es muy pronto para celebrar. “Como equipo hemos diseñado varias estrategias. Por ejemplo, separamos a los pacientes en espacios para los cuadros respiratorios y aquellos que son de otro tipo”, explica.
15.10 horas y comienza el ocaso en la comuna. En la plaza, salvo unas trabajadoras de la salud, no hay nadie, y los locales rápidamente comienzan a bajar sus cortinas. Sin locomoción pública y sin ningún panorama, los vecinos se confinan.
Más tarde llegará la sanitización de los espacios públicos: calles, pasajes y plazas serán rociados por amoniocuaternario. “Esto ha sido muy efectivo”, asegura el alcalde, Roberto Torres, quien, para prevenir problemas con la población, llegó a un acuerdo con todos. “La Cámara de Comercio aceptó cerrar a las 15 horas. Y las empresas mineras de la comuna se han comprometido a testear a todas las personas en Melipilla; quienes tengan el virus no pueden ingresar”, remata la autoridad.
La jornada acaba. Y aunque la tradición dice que Alhué en mapudungún significa alma de muerto, y que aquí nació el Diablo, por estos lares no aparece ningún mal, al menos sanitario.
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