La pandemia y una investigación de la SMA complican la búsqueda del mítico tesoro de Juan Fernández

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“¿Alguien puede decirme cuándo se eliminarán por completo todas las precauciones contra la pandemia y Chile estará totalmente a salvo del Covid-19? Cuando se pueda decir eso, podré empezar a planificar de nuevo”, dice el empresario norteamericano Bernard Keiser. Su búsqueda, que suma más de 20 años, se podría ver opacada por otra cosa: una indagatoria de la Superintendencia del Medio Ambiente que por estos días entra en su recta final y que apunta a eventuales incumplimientos de sus obligaciones ambientales.


El 8 de junio regresó al continente -específicamente al puerto de Talcahuano- la retroexcavadora modelo JCB 3 Plus 4x4 que, entre noviembre de 2019 y septiembre de 2020, utilizó el norteamericano Bernard Keiser (71) para agilizar la búsqueda del mítico tesoro de Juan Fernández.

La máquina, explica Keiser a La Tercera, “luego irá a Santiago, donde debe tener reparaciones que no se pueden hacer en la isla”.

Todo lo coordina desde Chicago, Estados Unidos. El historiador holandés nacionalizado norteamericano dejó Chile en octubre de 2020, al poco tiempo de terminar su última campaña, cuyo fin es encontrar una fortuna con origen español que -según la leyenda en la que ha basado su búsqueda- estaría compuesta por cerca de mil barriles con monedas de oro, joyas y piedras preciosas de distintos tipos, que datan del siglo XVIII. El valor total del tesoro sería de US$ 10 mil millones.

Bernard Keiser en 2015, en Juan Fernández. Foto: Dedvi Missene.

Con la pandemia y sus restricciones a la libre circulación ahora es poco probable que retome las excavaciones este año. Sin embargo, su ilusión se mantiene intacta. “Deseo regresar a la isla para completar el proyecto, ya que sé que el tesoro está allí y mi geólogo-geofísico sabe que el tesoro también está allí”, señala.

La pregunta es cuándo.

“¿Alguien puede decirme cuándo se eliminarán por completo todas las precauciones contra la pandemia y Chile estará totalmente a salvo de Covid-19? Cuando se pueda decir eso, podré empezar a planificar de nuevo”, dice Keiser.

Desde que llegó la pandemia al país, el archipiélago solo ha registrado un caso de coronavirus. “Fue una paciente que estaba hospitalizada en el Hospital van Buren de Valparaíso, pero no fue acá en la isla”, asegura el alcalde Leopoldo González. Por eso, Robinson Crusoe exige a todos los nuevos visitantes una cuarentena de 28 días: 14 en el continente, 14 en la isla. Solo esta restricción le restaría un mes de trabajo al norteamericano.

Por ahora, Keiser no ha solicitado nuevos permisos a la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que administra el Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández, ni al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Este organismo autorizó la última campaña -que se realizó con la retro y un martillo JCB modelo HM-033T- a través de una “consulta de pertinencia”, es decir, sin requerir que el proyecto ingresara al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Las excavaciones, entonces, continuaron ajustándose a la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que Keiser obtuvo en noviembre de 2012.

Pedir nuevos permisos, explica Keiser, “lleva tiempo y las garantías llevarán tiempo, ya que el gobierno no trabaja muy rápido. Entonces, todo debe estar coordinado para el trabajo, como los contratos escritos y firmados. Todo esto debe incorporarse antes de que se pueda siquiera comenzar a proponer un trabajo”.

Jaime Solari, fundador de Gestión Ambiental SA -consultora que asesora a Keiser desde que inició la búsqueda en 1998- comenta que “no nos ha pedido nada. Como llegó la pandemia, congeló todo. No tiene para cuándo reanudar trabajos. Yo creo que este año no va a hacer nada”.

Solari, además, cree que una nueva campaña, con maquinaria pesada, tendrá que contar con una nueva Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y, para ello, ingresar el proyecto al SEIA.

La última vez, la “Conaf no quería dar permiso para entrar al parque (...), tuvieron que intervenir altas autoridades para dar ese permiso. Por eso te digo que la segunda vez no va a pasar por consulta de pertinencia, va a tener que conseguir otra RCA, sobre todo si quiere usar maquinaria de nuevo”.

Eventual proceso sancionatorio

Keiser comenzó la búsqueda en 1999, con la ayuda de la consultora SGA Gestión Ambiental. Ya suma 17 campañas. El 24 de octubre de 2018 el SEA autorizó “la incorporación de maquinaria de apoyo a las faenas” en un área de 0,21 hectáreas ubicadas en el sector de Puerto Inglés de la isla Robinson Crusoe. Pero la Conaf negó a Keiser el permiso de ingreso al parque.

Entonces, los abogados y asesores de Keiser se reunieron en julio de 2019 con el entonces ministro de Bienes Nacionales, Felipe Ward. Así lograron destrabar el conflicto.

El 27 de agosto de ese mismo año, la dirección ejecutiva de la Conaf y el cazatesoros estadounidense firmaron un protocolo de acuerdo que fijó realizar las excavaciones entre los meses de septiembre de 2019 y abril de 2020.

Pero el norteamericano se quedó cinco meses más y la Conaf lo denunció a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) por supuestos incumplimientos a la RCA.

Eso no es todo. “Además de excederse en el plazo de ejecución de los trabajos, hay otros hallazgos constatados que podrían constituir transgresiones a la RCA”, dice el director regional de la Conaf de Valparaíso, Sandro Bruzzone.

Por este motivo, agrega que también “se denunció al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), a la Dirección del Trabajo, al SEA, a la Seremi de Bienes Nacionales y se remitieron los antecedentes al Consejo de Defensa del Estado (CDE) para analizar una eventual demanda por daño ambiental”.

El CMN, por su parte, informó que solicitó al CDE el ejercicio de las acciones que estimara procedentes luego de que en enero de 2020 fiscalizara en terreno el proyecto y constatara “que se realizaron excavaciones arqueológicas sin contar con el permiso del CMN” y otros incumplimientos a la RCA, como “haber usado la Cueva de Selkirk para alimentación, descanso y almacenamiento de todo tipo de objetos”. Por eso, agrega el CMN, “estamos a la espera de la definición de la SMA ante un eventual proceso sancionatorio”.

La superintendencia, en tanto, señala que desde 2019 investiga las excavaciones de Keiser, en especial la recuperación del área de sondajes conforme a lo establecido en su RCA y a la extensión de la vida útil del proyecto. Recientemente, además, la Conaf “ha entregado información relevante que se encuentra en análisis”, afirma el superintendente Cristóbal de la Maza.

“Concluida la etapa de investigación, si se evidencian incumplimientos a sus obligaciones ambientales, se procederá a evaluar si corresponde o no iniciar un procedimiento sancionatorio”, agregó la autoridad.

La indagatoria se acerca a la recta final. Y la decisión de la SMA de cursar un proceso contra Keiser podría resultar determinante para el futuro de los sondajes.

Por un lado, el CDE “resolverá la pertinencia de intervenir en este asunto una vez tome conocimiento del Informe de Fiscalización Ambiental (IFA) evacuado por esa superintendencia y de las sanciones que, eventualmente, pueda adoptar ese servicio”.

Por otro, de iniciar el proceso sancionatorio contra Keiser, la SMA podría exigirle una nueva RCA. Escenario que ya baraja la consultora que asesora al empresario.

“El gobierno perdió”

Previamente Keiser asegura que “la Conaf litigó en mi contra en la Corte de Apelaciones de Chile y luego el CMN litigó en mi contra en la Corte Suprema de Chile. En ambos casos el gobierno perdió y yo gané, porque legalmente se me permitió hacer el proyecto con la retro”.

Pese a todos los contratiempos, el empresario asegura que “por supuesto que me gustaría continuar, pero bajo ciertas condiciones y garantías por parte del gobierno. No deseo que me vuelvan a demandar sin motivo alguno, especialmente cuando no he hecho nada malo. Creo que todo el empujón en mi contra y en mi proyecto se reduce a los celos”.

En la última campaña, explica, “necesitaba tener la retro para hacer el trabajo pesado que mis trabajadores de la isla no podían hacer. Porque hay cantos rodados grandes y muy pesados que encontramos en el suelo, y porque la ley laboral chilena dice que un trabajador no puede levantar más de 25 kilos, lo cual es un problema para remover rocas más pesadas. Entonces, la única forma de trabajar en el proyecto es con una máquina que pueda levantar objetos mucho más pesados que un hombre no puede levantar por ley”.

El año pasado, la retroexcavadora alcanzó una profundidad de seis metros en la caverna subterránea de Puerto Inglés, donde estaría escondido el tesoro. A Keiser, calcula él, le faltaron nueve metros para dar con el botín.

-¿Usted cree que la próxima vez logrará mayor profundidad?

-Creo que la próxima vez lo conseguiré y luego Chile tendrá algo muy especial.

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