Las dos caras del acusado por tráfico de migrantes
Álex Brito es un histórico dirigente de los funcionarios de Cancillería y, en paralelo, el presunto líder de la mayor organización dedicada a traficar migrantes. Desde 2016, habría participado en el ingreso ilegal de 381 chinos.

"Necesito que cuando sean autorizadas las visas, hay que pagar, porque a mí me empiezan a fregar altiro. Las seis personas están autorizadas, salieron, recogieron las visas y resulta que a mí, ¿cuándo me pagan? Los seis, tú sabes que son $ 6.540.000 que están pendientes".
Quien habla es Álex Brito Ortiz (61), el funcionario de la Cancillería (no diplomático) sindicado por la fiscalía como el presunto líder de una asociación ilícita dedicada al tráfico de 381 migrantes chinos a Chile, desde 2016. Lo que dice es parte de una conversación telefónica interceptada por la PDI el 30 de noviembre de 2018, a las 8.23 h. Y su interlocutor es Xiangshang Qiu, conocido como Leo, quien -según el Ministerio Público- cumple el rol de captador de ciudadanos chinos.
Durante ocho meses, Brito fue el foco de investigación de la Brigada de Trata de Personas de la PDI: le escucharon las llamadas telefónicas por más de 80 días y le revisaron los movimientos bancarios. El 24 de mayo lo detuvieron. "Cumple el rol de líder de la organización. Es funcionario de la Dirección de Coordinación Regional de la Cancillería y, por ende, coordinaba las gestiones para el ingreso ilegal de ciudadanos chinos, extendiendo él mismo o consiguiendo las cartas de invitación que se presentaban en los consulados, ya que, dada su calidad de funcionario de Cancillería, era el que conocía a las autoridades e informaba a los demás sobre el avance de sus gestiones", dijo la fiscalía cuando lo formalizó. El tribunal lo dejó en prisión preventiva y dos días después quedó en libertad tras pagar $ 2.500.000.
En paralelo, la Cancillería abrió un sumario interno. Mientras lo investigan lo apartaron de la Dirección Regional, donde trabajó por 13 años y se dedicó, según sus compañeros de oficina, a viajar por Chile en comisiones de servicio y hacer contactos con las intendencias regionales. Lo trasladaron a la Dirección de Personas y, acto seguido, presentó una licencia médica.
Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores indicaron que a raíz de este caso, el canciller Roberto Ampuero ordenó acelerar todos los sumarios al interior de la institución.
La situación judicial de Brito también afectó su militancia en el PS. El secretario general, Andrés Santander, pidió su expulsión ante el Tribunal Supremo. Hoy está suspendido.
Brito, en diversas versiones
Histórico dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (Aemre), Brito comenzó como secretario del gremio en el periodo 1996-1998. Después fue director de la Aemre en 2012-2013 y llegó a ser el presidente en 2014-2016. Continuó siendo director hasta que la PDI lo detuvo y el gremio lo suspendió. Si no lo hubiesen arrestado, Brito seguiría en el cargo hasta 2020.
Su rol como dirigente gremial estuvo marcado por episodios de confrontación con compañeros de trabajo, quienes lo describen como una persona carismática, que sabe cómo ganarse los votos de los funcionarios, pero también -dicen- es conflictivo y se enfrentaba permanentemente y por diversos temas con sus colegas. Una muestra de esto se refleja en un acta de la asamblea del gremio, del 26 de mayo de 2016: "Tomó la palabra doña Elsa Muñoz (funcionaria de la Cancillería) y señaló que en esta asamblea se habla de igualdad, pero hay gente que es privilegiada y que tiene muchos beneficios. Alude al señor Brito, al cual increpa como 'corrupto, porque ha aceptado grados y no debiera ser presidente alguien que ha aceptado beneficios para las personas que lo rodean'".
Elsa Muñoz se refería a una resolución de la Cancillería del 29 de diciembre de 2014, en que la autoridad le asignó como funcionario de planta, un grado superior en calidad de contrata. Así, de ganar $ 1.162.772, en 2015, pasó a obtener un sueldo de $ 2.181.862, en 2016.
Pero esos no eran sus únicos ingresos. En 2010 constituyó Gestiones Integrales Spa junto a Rebeca Avilés Donoso, también funcionaria de Cancillería. Según la fiscalía, esta empresa sirvió para gestionar visas para ciudadanos chinos y terminó siendo una fachada para encubrir la red de tráfico de migrantes. Avilés declaró en la fiscalía como testigo el 24 de abril, donde indicó que en 2009 "me fui destinada a China, a la embajada de Beijing. Me fui a trabajar a la Expo Shanghái", y que la sociedad la constituyeron al regreso de ese viaje. Dijo que su plan era buscar contactos "para comercializar productos, representaciones y turismo". Sin embargo, declaró que terminó vendiendo su parte de la firma en 2017 a Pablo Parraguez (también formalizado por tráfico de migrantes).
Violencia intrafamiliar
El 19 de julio de 2017, Brito abandonó el edificio de calle Teatinos de la Cancillería esposado por Carabineros, por una presunta violencia intrafamiliar. Esto, luego de que su pareja S.R.T. -quien también es funcionaria del ministerio y dijo mantener una relación con Brito desde hace 19 años- lo denunciara de entrar en forma violenta a su oficina, tomarla fuertemente de los hombros y decirle al oído que la mataría por una supuesta infidelidad. Sostuvo que luego Brito se quedó dormido en su escritorio.
No fue posible obtener una versión del imputado.
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