Mauricio Hernández Norambuena: “El asesinato de Jaime Guzmán fue un error político, pero fue una operación ética”

Mauricio Hernández Norambuena declara ante Mario Carroza

En declaraciones a La Red, el “comandante Ramiro” se refirió a los otros objetivos que tenía el FPMR a principio de los 90 y criticó la actualidad de la izquierda en Chile.


Mauricio Hernández Norambuena, alias el “comandante Ramiro”, quien cumple actualmente condena por el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards, afirmó que el crimen del exsenador UDI fue “un error político”, pero a la vez “una operación ética”.

En una entrevista dada desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) al programa Mentiras Verdaderas de La Red, Hernández se refirió a cómo se gestó el asesinato de Guzmán al interior de la cúpula del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), y destacó que se trataba de “hacer justicia por nosotros mismos” al ver la “impunidad” que, a su parecer, pretendía instalar la Concertación con respecto a los principales actores de la dictadura de Augusto Pinochet.

“En aquel tiempo definimos una campaña, a comienzos del año 90, que la denominamos ‘Campaña por la dignidad nacional contra la impunidad’. (...) La dirección del Frente, establecimos que era en el marco de los personajes que tenían que ver con las violaciones a los DD.HH. y que íbamos a hacer justicia por nosotros mismos”, sostuvo el exmiembro del FPMR.

“Esa decisión fue porque ya sabíamos lo que era la ‘Justicia en la medida de lo posible’, porque nos parecía una vergüenza, se estaba ya decidiendo por la impunidad, y nosotros no lo aceptábamos. Dentro de esa campaña el nombre de Jaime Guzmán es situado como uno de los objetivos dentro de una serie de otros nombres”, agregó.

Al respecto, el “comandante Ramiro” indicó que dentro de esa lista del FPMR se encontraban “varios generales del Ejército, de la DINA, el fiscal (militar Fernando) Torres, estaba (el ex jefe operativo de la CNI, Álvaro) Corvalán. Había algunos civiles, como (el exministro del Interior) Sergio Fernández y Jaime Guzmán. El ajusticiamiento de Guzmán (en 1991) fue realizado en ese marco”, destacó.

Consultado sobre cómo ve el asesinato de Guzmán 30 años después, Hernández Norambuena afirmó que “considero que fue un error político, porque no contribuyó a la política nuestra de colocar esa cuña de la temática de los DD.HH., pero considero que fue una operación justa, del punto de vista ético, por lo que significaba él y su vinculación a las violaciones a los DD.HH.”

PC y Frente Amplio

Consultado sobre el presente de la izquierda chilena, el “comandante Ramiro” sostuvo que los gobiernos de la Concertación “cada vez fueron dejando de ser izquierda, y (fueron) más bien social democracia, lo que ya es centro prácticamente. Estas conceptualizaciones antes eran mucho más claras. Hoy se pierden unas con otras, se cruzan”.

En este sentido, destacó que ni el Partido Comunista (PC) ni el Frente Amplio (FA) pueden -desde su punto de vista- lograr una transformación social en el país.

“La política institucionalizada se ha ido corriendo para la derecha. (...) Izquierda, izquierda, yo no veo en la política institucional”. En este sentido, destacó que hoy el Partido Comunista y el Frente Amplio “están en la centro izquierda”. “La izquierda es buscar la transformación social y aquí todos los partidos, de alguna manera, están en el juego de humanizar un poco el modelo, que no sea tan salvaje, porque nadie plantea la transformación social”.

Querella por torturas en la CAS

Las declaraciones de Mauricio Hernández Norambuena se dan días después de que el exmiembro del FPMR presentara una querella por torturas al interior de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), donde cumple dos condenas de 15 años y un día.

En la querella, que fue admitida por el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Hernández Norambuena denuncia malos tratos y hostigamiento por parte de personal de Gendarmería, entre los que incluye que la luz en su celda está encendida las 24 horas, que lo dejan salir al patio solo por 90 minutos al día, que no lo dejan tener contacto con otros presos ni acceso a visitas conyugales y que la última comida del día -acusa- se la dan a las 15.30 horas, entre otros reclamos.

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