
“¡Qué dejen de venir a joder!”: Concejo de Macul termina a los gritos por los jóvenes fallecidos en el Estadio Monumental
El último concejo municipal de Macul se tensionó tras la muerte de dos personas en el recinto deportivo del equipo popular. Concejales acusan descoordinación, exclusión y falta de liderazgo frente a Colo Colo.

La sesión del concejo municipal de Macul del martes 6 de mayo comenzó como cualquier otra, pero terminó en gritos, golpes a la mesa e interrupciones cruzadas, a pesar de ser el tercer concejo que se realiza tras los reventones de hinchas en el marco del partido entre Colo Colo y Fortaleza por la Copa Libertadores. Pero lo que se discutió no fue solo la catástrofe, sino que los errores que también quedaron expuestos tras el duelo del fin de semana pasado entre Colo Colo y Coquimbo, y que dejó patente una tensión entre los concejales y el alcalde de la comuna, Eduardo Espinoza (Rep.).
El primero en intervenir en la instancia fue el concejal Michael Urra (FA), visiblemente molesto. Cuestionó que, pese a la planificación para el encuentro, “los resultados fueron cero satisfactorios”. Asegurando que lo vivido por los vecinos del sector Exequiel Fernández excede todo límite, indicando que “es como el patio trasero del estadio”.
Afirmó que más de cien personas han presentado recursos de protección por los efectos negativos de los eventos masivos en la zona. Acto seguido, leyó una carta firmada por 12 juntas de vecinos, en la que se critica que el municipio haya conformado una mesa de trabajo “sin convocar a todas las organizaciones”.
El alcalde Espinoza respondió señalando que “lo que nos falta es juntar a todas las instituciones. Hemos estado con las comunidades, y hoy tenemos viento a favor como no lo habíamos tenido en años”. El alcalde continuó: “El compromiso es defender a nuestros vecinos. La disposición está, y ustedes concejales también están trabajando en terreno”.
Fue entonces cuando Urra lo interrumpió. “Dado su buena voluntad, lo invito a esa reunión. Hay 12 juntas vecinales que buscan una solución”, dijo. En ese instante, el concejal Sergio Puyol (Ind.), golpeó la mesa y gritó: “¡Y que nos inviten a todos!”.
El alcalde respondió escuetamente que revisaría su pauta.
María Olga Gómez, concejala republicana, tomó entonces la palabra y relató su experiencia durante el partido del 26 de abril. Aseguró que advirtió al delegado presidencial sobre el peligro en la bomba de bencina del sector, pero que no hubo protección.
El director de Seguridad del municipio, Carlos Pérez, también intervino. Explicó que el anillo de seguridad se había ampliado por primera vez, y que estaban desarrollando un sistema de empadronamiento vecinal, admitiendo que hubo fallas: “La información sobre documentos válidos para ingresar no fue transmitida a Carabineros, y por eso ocurrieron los problemas”.

El ambiente se volvió explosivo cuando Sergio Puyol, concejal independiente, tomó la palabra. “¡Nos están dejando afuera! ¡La municipalidad tiene algo que decir y mucho más fuerte de lo que esperamos!”, exclamó golpeando la mesa. Luego subió el tono con cada palabra: “¡Perdónenme, pero hasta cuándo! ¡Si mañana decimos que no hay más partidos, que dejen de venir a joder!”.
Luego apuntó al alcalde: “¡Usted debe citarlos y decirles que estamos cabreados de tenerlos aquí, en nombre de la comunidad!”. También pidió una reunión urgente con el general director de Carabineros: “¡No cualquier comuna tiene un estadio como este, y eso hay que dejarlo claro!”.
Urra luego relató que en la última reunión se había citado al gerente de operaciones de Blanco y Negro, Gustavo Poblete, quien se había comprometido a asistir a un encuentro con vecinos. “Nos dejó plantados”, acusó. Puyol, indignado, golpeó la mesa otra vez: “¡Están todos invitados, pero los que no estamos invitados somos los concejales!”.
El alcalde intentó retomar el control. “Para ordenar un poco…”, dijo. Pero Puyol volvió a interrumpir: “¡No puede ser que no nos estén citando a reuniones tan importantes!”. Al lado del alcalde, el administrador municipal movía las manos intentando calmar los ánimos.

Frente a los múltiples emplazamientos por reuniones por motivos de seguridad y otros supuestamente no invitadas por el municipio, el alcalde aclaró que la municipalidad no las organiza todas, sino que muchas las hacen las propias juntas vecinales. “No me puedo meter en a quién invitan o no”, dijo.
Espinoza prometió invitar a todos. Pero Puyol interrumpió otra vez: “¡Usted está diciendo que no venimos! ¡No se lo puedo aceptar! ¡Yo voy a venir cuando me inviten!”. El alcalde insistió en que estaban tratando de incluir a todos, mientras la tensión en la sala se mantenía.
Más tarde, el concejal Jaime López (FRVS) fue uno de los más duros en reclamar por esta aparente exclusión de las reuniones en las que se tratan temas relevantes de la comuna junto a actores de Macul. “Esto es un error administrativo, que es real que no se nos ha convocado a reuniones, usted tiene, alcalde, gestión territorial. Yo no he sido convocado formalmente a ninguna de esas reuniones. Esto nos costó la vida de un vecino y de una joven. No puede ser que nos enteremos por rumores o por otros concejales. Si eso pasó, alcalde, hay que levantarlo y corregirlo”, dijo.

El alcalde, ya sobre la hora, intentó finalizar. Tenía que ir al Congreso a exponer sobre los hechos. Antes de salir, reiteró el compromiso de formalizar futuras reuniones e incluir a concejales, vecinos, autoridades y Blanco y Negro en una mesa que, por ahora, sigue fracturada.
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