Histórico

A 40 años del secuestro de los 60 millones

Este mes se cumplieron cuatro décadas desde que Jorge Born fue puesto en libertad. Junto a su hermano, Juan, había sido secuestrado en septiembre de 1974 por la guerrilla peronista Montoneros. Su padre, que estaba al frente de la firma industrial más importante de Argentina, pagó un rescate de US$ 60 millones, unos US$ 260 millones de la actualidad. Un nuevo libro retrata esa historia.

Ha sido el rescate más caro de la historia moderna: US$ 60 millones de la época, que vendrían a ser unos US$ 260 millones en la actualidad. Fue pagado en Argentina, al grupo extremista peronista Montoneros, a cambio de la liberación de los hermanos Juan y Jorge Born, hijos de uno de los hombres más ricos del país. Y este mes se cumplieron 40 años de la puesta en libertad del último de ellos. Coincidiendo con este aniversario acaba de aparece el libro Born (Sudamericana), de la periodista María O’Donnell, donde entre otras cosas recoge -después de un silencio de cuatro décadas- el testimonio del propio Jorge Born, hoy de 81 años.

O’Donnell se disponía a trabajar en un libro sobre el financiamiento de las campañas políticas. Pero cuando comenzó a abordar la de Carlos Menem en 1989, e investigó los aportes de Mario Firmenich, el ex líder de Montoneros, se dio cuenta que ese dinero provenía del rescate de los hermanos Born, con la paradoja de que, apenas Menem asumió el gobierno, le entregó el manejo de la economía argentina al grupo Bunge & Born. Fue entonces que se enfocó en este caso.

El 19 de septiembre de 1974, meses después de la muerte de Juan Domingo Perón, y cuando Montoneros había decidido volver a la clandestinidad, llevaron adelante un secuestro, la llamada “Operación Mellizas”, que les aportaría dinero para la nueva etapa de lucha. Su blanco fueron los dos hijos del empresario Jorge Born, al frente del grupo Bunge & Born, entonces el mayor actor industrial de Argentina.

En la acción, el comando atacante mató al chofer y a un gerente, y los hermanos Born, Jorge (40) y Juan (39), que iban camino a la firma donde eran ejecutivos, tras ser capturados fueron encerrados y durante meses ocuparon -sin saberlo- celdas contiguas de seis metros cuadrados, a oscuras, y con un balde donde lavarse y hacer sus necesidades en la llamada “cárcel del pueblo” de Montoneros. La organización extremista pidió en un primer momento 100 millones de dólares, pero se enfrentaron a la fuerte personalidad del padre de los rehenes.

Cuando los secuestradores llamaban a Jorge Born padre, este les cortaba el teléfono y no escuchaba sus exigencias. “Pero ¿de qué están hechos ustedes?”, le preguntaban sus captores a Jorge hijo, a lo que éste respondía: “Es que ustedes no conocen a mi padre”. Efectivamente “era un padre muy severo que no quería pagar esa millonada. Era muy riguroso con su primogénito. Lo había mandado al Colegio Nacional de Buenos Aires, de elite pero estatal, y pese a que los ricos no hacían el servicio militar obligatorio, él sí lo tuvo que hacer. El padre lo hizo trabajar desde abajo en la compañía”, destacó O’Donnell en diálogo con La Tercera.

Y Jorge Born hijo sentía que tenía que estar a la altura de eso. Por eso durante semanas no hubo real negociación, ya que Montoneros chocó con un muro llamado Jorge Born padre. Pero cuando Juan sufrió un colapso sicológico, su hermano mayor le escribió a su padre -siempre por exigencia de sus captores- pidiéndole que pague el rescate por su hermano. “De alguna manera no le podía pedir por él, pero cuando ve al hermano, le escribe al padre; como que pedir por el hermano le resulta más fácil que pedir por él”, relató la periodista. De esta forma Jorge Born, el secuestrado, se transformó en el intermediario, en el negociador, entre su propio padre y sus carceleros.

Montoneros comenzó a cobrar en varias fases el dinero pactado, con lo cual Juan Born fue liberado al cabo de seis meses de secuestro, y Jorge después de nueve meses, el 20 de junio de 1975.

Parte del dinero pagado por el rescate -US$ 16 millones- fue confiada al banquero David Gravier y otro tanto -unos US$ 42 millones, según algunas versiones- fue a parar a Cuba, que lo lavó en Suiza y en la entonces Checoslovaquia, para después financiar las actividades de Montoneros y el exilio de sus dirigentes.

La historia tuvo otros vuelcos, como cuando Jorge Born, el secuestrado, se asoció con el ex líder de Montoneros, Rodolfo Galimberti, su captor. Fue en los años 80. Ambos montaron una empresa de comunicaciones. Antes Galimberti había colaborado con la Justicia para que Born recuperara parte del dinero. Pero todo esto y su apoyo a Menem fue muy mal visto por Bunge & Born, por lo que fue destituido de la presidencia de la empresa, con apenas 57 años.

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