Histórico

Alexis y Mayte. Vidal y su adiós

Rodrigo Sepúlveda

Estoy podrido con todo el comidillo que se habla sobre Alexis Sánchez. Me descompone. Hablarlo, presentarlo, leerlo, todo. Pareciera que para muchos ya no es jugador de fútbol. Lo que hoy les importa es si se ríe o no en la foto de presentación del plantel o si hace gestos de felicidad con sus compañeros mientras está en el banco. Vive un reality. Tiene sobre su cabeza una cámara las 24 horas del día que observa cada detalle de sus gestos. Es como si Alexis Sánchez personificara a Héctor, el protagonista que hace de siquiatra en la película 'En búsqueda de la felicidad', cuya misión es descubrir los métodos prácticos para ser feliz. En vez de estar analizando el juego del delantero, la gran preocupación de estos días en Inglaterra y ojo, acá en Chile también, es si Mayte viaja o no a Europa, es si sus perros están bien alimentados, es si él esboza una sonrisa o está más bien serio o si es por culpa de su nueva pareja que el "niño maravilla" ya no es el mismo. Se perdió el eje. Alexis es dueño de hacer con su vida lo que le plazca, si baila, si ríe, si pololea, si está furioso, esos son sus actos, sus reacciones naturales y sus propios sentimientos. Lo que me interesa es que tome el vuelo de siempre y ayude a Chile a ir a un Mundial. Que recupere su explosión, su velocidad en pocos metros, su enganche terrorífico, su remate de media distancia (golazo contra Colonia), sus movimientos cruzados, su entendimiento con Eduardo Vargas y su gol. A ese Alexis quiero disfrutar. Que si se ríe menos que Giroud en la foto oficial y que si algunos ociosos dicen que está gordo (con 9 por ciento de grasa es una ignorancia) son disparates que me importan un bledo.

Si Arturo Vidal se quiere retirar de la selección es su decisión . Nadie lo puede frenar. Ni protestas, ni peticiones, ni ruegos, etc. Si existe una poderosa convicción, su posible paso debe estar más que pensado. Me encantaría que esa intención se demore un par de años, perder al que la FIFA pone como uno de los mejores volantes del mundo sería una lástima. Si Vidal se quiere sacar la camiseta roja porque sus motivos son de peso no tengo nada que decirle, pero si su deseo es dejar de cantar el himno en una cancha por la crítica de un centenar de hinchas es una niñería. Si Vidal se guía por los comentarios que le bombardean en twitter o instagram está cometiendo un error. Determinar una elección de vida guiada por lo que te dice una imagen de huevo duro o una cara de teletubbie es no entender nada. El líder, el deportista de jerarquía debe, estar por sobre la crítica del hincha. Acá ser bipolar es una costumbre: cuando Vidal hace un gol es brillante y cuando comete un autogol es un desastre. Su termómetro personal no debe desplazarse dependiendo del resto. Las críticas no deben mover la aguja.

¿Qué espero de Sánchez y de Vidal ? Que se enfoquen en un solo objetivo: clasificar al Mundial. Girar su mente en torno a lo que dice el resto del mundo sobre sus vidas es perder el tiempo, es no querer avanzar. Deportistas de su nivel deben convivir con el aplauso y el puñetazo, lo que no significa que la palabra del resto sea la que domine su destino.

En vez de gritar a cuatro vientos que piensan partir, como erradamente lo hizo Lionel Messi, lo que deben hacer es tomar con firmeza el timón de un barco que se puede hundir.

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