Histórico

Alfredo Castro en Cannes: "Espero tener un cuarto del talento que tiene Al Pacino"

<p>El protagonista de Tony Manero, que ha tenido buena recepción en Cannes, se mostró sorprendido por la comparación que le hizo la crítica con el famoso actor estadounidense.</p>

Fue comparado por el periódico francés Le Monde Diplomatique con Al Pacino en películas como Caracortada o Serpico. El paso de Alfredo Castro por Cannes ha tenido de todo menos tranquilidad, porque la efervescencia mediática en la cual la cinta Tony Manero se ha visto envuelta en el certamen francés lo ha mantenido concediendo innumerables entrevistas a periodistas de todo el mundo, quienes han alabado la calidad de la película y la interpretación de este actor ampliamente reconocido en Chile pero que pese a llevar 30 años de profesión, incursiona recién por tercera vez en el cine, dos de ellas de la mano del director Pablo Larraín, quien lo hizo debutar ante una cámara en 2006 con la película Fuga.

La cinta sobre un hombre que sueña y hace todo lo posible por parecerse al personaje que interpretó John Travolta en Fiebre de Sábado por la Noche, ha sido considerada una de las películas más relevantes dentro de las alternativas latinoamericanas y una de las más interesantes de lo que hasta ahora se ha presentado en la Quincena de los Realizadores del certamen francés. 

Sobre estas buenas críticas Castro comentó hoy en una entrevista concedida a Radio Cooperativa que "no me lo esperaba. Estar en la Quincena es algo bien importante para una película, diría yo que bastante más importante que estar en la selección oficial (...) Si hablamos de jeraquía, de prestigio, evidentemente que para una pelicula chilena es mucho mas importante estar en la Quincena, que es donde se buscan nuevas poéticas, nuevos lenguajes, nuevos realizadores, que estar subiendo la alfombra".

Sobre la buena recepción que ha tenido su interpretación, el actor se muestra sorprendido por el nivel de los elogios, principalmente con la comparación que el medio galo hizo de él con el actor estadounidense. "Salió la crítica de Le Monde que es maravillosa y estoy bien impresionado, no se qué pensar porque me compara con Al Pacino. Yo espero tener un cuarto del talento que él tiene pero ha sido muy maravilloso", comenta.

De igual forma, confesó que la exhibición de la cinta en Cannes significó la primera ocasión en que veía la película completa, ya que sólo conocía un corte de hace dos meses atrás, por lo que la experiencia fue similar a la del resto de los espectadores que copaban la sala el sábado pasado, en lo que fue el estreno mundial de esta cinta sobre un hombre obsesionado por parecerse a Tony Manero, que lleva al extremo la imitación, mientras la realidad social y política del régimen militar en que se desarrolla la historia es muy distinta a la de su brillante fantasía.

Así, Castro pudo conocerlo realmente recién cuando lo vio en la pantalla, impresionándose y sintiendo "mucha compasión y mucha vergüenza ajena porque es tal el nivel de perdedor de este personaje, tan miserable, es un retrato tan fiel, tan humano de un ser, que a mí cuando ví la película me impresionó", pero reafirma que esta es una mirada sobre el régimen militar donde el contexto no se hace evidente y que sólo es retratado en dos o tres escenas que dan cuenta del contexto del cual se está hablando, donde el trasfondo de la cinta sale realmente a la superficie.

"Finalmente es la historia de un pobre analfabeto, un bruto, que sigue su deseo de ser John Travolta o Tony Manero, pero la dictadura está más bien como contexto alrededor de todo el horror de esa época", comenta.

Sobre este conexto histórico particular se le ha consultado en más de una ocasión al actor, en las múltiples entrevistas que ha dado en estos últimos tres días, y donde una de las más reiteradas y que más llamó su atención fue el cuestionamiento hecho por  los medios europeos sobre la violencia mostrada en la cinta, la que él defiende porque a su juicio fue tratada como una "violencia soterrada. No muestra la violencia directa de la tortura ni del exilio ni nada de eso, sino la violencia del alma, de un ser humano que vivió esa época".

Y agrega, "me extraña mucho que en países que han vivido crisis tan violentas como guerras mundiales y revoluciones estén preguntando sobre la violencia, como si acá (Europa) no hubiese habido nunca violencia, como si sólo los países del tercer mundo fueran capaces de cierta violencia. Me parecen tremendamente morales esas preguntas".

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