Aurelio Montes cuenta cómo se iníció en el mundo de las viñas
El enólogo, que trabajó 12 años en Viña Undurraga, dice que Viña Montes "empezó como un sueño".
"Si la historia de Viña Montes se cuenta como un sueño, es porque esto empezó realmente como un sueño. Y lo sigue siendo", dijo Aurelio Montes, presidente de Viña Montes en la presentación del último Seminario eClass de este año 2008, cuyo nombre fue "Aurelio Montes: El Señor de los Vinos".
En una charla, el presidente de la Viña Montes hizo un recorrido por su historia profesional, contando que su pasión por los vinos comenzó cuando era sólo un estudiante de agronomía, donde enganchó fuertemente con los ramos de enología.
Tras salir de la Universidad "postulé a la Viña Undurraga y gané el puesto de enólogo, convirtiéndome en el primer enólogo de esta Viña", comentó Montes. Durante los 12 años que trabajó en este lugar, el enólogo se empapó y fue seducido por este mundo, conociendo el funcionamiento de este negocio.
Tras su paso por esta gran escuela, Montes quiso seguir creciendo. "Al no tener el apellido Undurraga me era imposible seguir avanzando. Por tanto decidí emigrar", dijo el empresario para contar cómo había llegado a la Viña San Pedro.
En este nuevo desafió, la historia fue totalmente distinta a la anterior. Viña San Pedro estaba quebrada, por lo que el empresario conoció la otra cara de un negocio que lo alucinaba. En este lugar se desempeñó alrededor de cinco años.
De esta forma y luego de haber pasado por todas estas escuelas, el exitoso empresario, decidió embarcarse en un nuevo proyecto en 1988 el que dio vida a Viña Montes. Su objetivo era buscar la excelencia y la calidad total de los mostos.
Aurelio Montes, Douglas Murray, Alfredo Vidaurre y Pedro Grand fue el equipo fundador que siempre creyó en la elaboración de un destacado lugar para los vinos chilenos de excepción. "Desde siempre nuestra filosofía fue producir vinos de la máxima calidad. Un nivel que pensábamos no existía en aquella época" comentó Montes.
Fue así en cómo se instalaron la Finca de Apalca, en Colchagua, donde comenzaron la plantación en cerros. "Si bien es más fácil plantar viñedos en valles, decidimos cerros ya que queríamos una planta tristona, nostálgica, la cual se esforzara por alcanzar la calidad que necesitábamos".
Sin embargo no todo fue miel sobre hojuelas. "Nos creímos el cuento" y tras sacar una gran producción de Sauvignon Blanc, para vender en Inglaterra, sólo lograron vender un 10% de la producción. "La ambición nos rompió el saco", reflexionó Montes.
Pero a pesar de este traspié, salieron adelante y hoy están en 100 mercados mundiales. Con una amplia gama de vinos como Montes Alpha M, la cual es una producción limitada y posee un gran potencial para la guarda, Montes Cherub, que es un experimento de Aurelio con el syrah y el Purple Angel, toda una nueva dimensión del Carmenerè, entre muchos otros.
Finalmente Aurelio resumió las claves del éxito de la Viña Montes en la calidad de su equipo, la relación personalizada con los clientes, una marca fácil de recordar, un buen modelo de cobertura y, finalmente, un diseño atractivo.
REINVÉNTATE
"Si yo fuera de apellido Montes, todo sería tan distinto", "Si yo tuviera un jefe diferente o una esposa distinta o si mis hijos no fueran como son…", Fue la frase inicial de Ignacio Fernández, profesor Eclass.
La dinámica presentación del académico se basó en la necesidad de no culpar al resto ni buscar excusas para "disculparse" de malas actitudes, sino que en la importancia de realizar cambios en sí mismo, que logren una conexión interior.
"Lo único que determina los cambios es la motivación emocional", expresó Fernández quien comentó la importancia de pararse de manera positiva antes la vida.
Asimismo el académico citó al sicólogo Marcial Lozada quien realizó un experimento con 2000 equipos, a los cuales observó durante un lapsus de tiempo, hasta llegar a la conclusión que es posible predecir matemáticamente el alto desempeño de un equipo de trabajo, donde la conectividad y el positivismo son factores detonantes para el éxito de un equipo.
Fernández habló de la importancia de conectarse con el GPS interior, a través de mantener las emociones tranquilas, la mente en silencio y el cuerpo centrado.
Después de estos datos, el profesor hizo un llamado a reinventarse y a motivarse. ¡Anímense! Y nos vemos el próximo año.
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