“Miro como positiva la intervención”, afirmó ayer Antonio Castilla. El presidente de La Araucana, quien se encuentra suspendido de esa función luego que la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) interviniera a la caja de compensación.

Con la medida, “frenó algunas actividades que podrían ser peligrosas para el futuro”, agregó. La entidad se halla en estado de protección financiera, pues el interventor, Robert Rivas, solicitó acogerse a la Ley de Insolvencia, por lo que no se pueden iniciar juicios contra ella. Castilla manifestó que “la primera palabra del interventor fue: ‘yo vengo aquí no a enterrar o a liquidar La Araucana, sino a llevarla adelante’”. En cuanto a la relación con la banca, sector que constituye uno de los principales acreedores de la institución, indicó que habían salidas para negociar, previo a la intervención. “Al final, no se quiso buscar la salida. Por eso, veo como positivo que la autoridad haya intervenido”.

Una de las principales críticas que ha recibido, tanto la gestión como el gobierno corporativo de La Araucana, es el haberse desviado  del negocio. Por ejemplo, en vez de gestionar beneficios con terceros para sus afiliados, se transformó en un operador de los mismos, creando, por ejemplo, redes de salud y educacionales. Al respecto, Castilla deslizó una autocrítica: “Sí, puede tener razón” al decir que la caja invirtió “demasiado”.

No obstante, agregó: “¿Pero encuentra malo invertir en crear toda una red de institutos profesionales en Chile, crear una universidad con nuevas tecnologías y un enfoque mucho más a la persona? Eso cuesta plata”.

Sobre la fiabilidad de los  los estados financieros de la entidad, que según han dicho en el mercado son poco creíbles, sostuvo que se hicieron dos correcciones a pedido de la Suseso. “Con eso debieran ser más ajustables”, dijo, argumentando que hubo problemas con una nueva tecnología de sistemas de gestión.

Hoy la situación de la caja será analizada por el Comité de Estabilidad Financiera.