Cerro El Plomo: El guardián de Santiago

<img height="16" alt="" width="60" border="0" src="http://static.latercera.cl/200811/193728.jpg " /><br /> La cumbre siempre blanca de este cerro es un verdadero imán de excursionistas nacionales y extranjeros.




Con sus imponentes 5.424 msnm podría ser el guardián de Santiago. Es la cima más elevada frente al valle central y, también, una de las más visitadas y apetecidas tanto por montañistas nacionales como por excursionistas venidos del extranjero.

Ubicado muy cerca de los centros de esquí de La Parva y Valle Nevado, y a tan sólo unos 60 kilómetros de la capital, El Plomo se ha convertido en los últimos años en un verdadero desafío para aquellos que se atreven a enfrentarse con sus capacidades y limitaciones físicas.

Durante los meses de verano e iniciado el otoño, la cima –ubicada en un lugar privilegiado por su vista circular– recibe cientos de visitantes, desde excursionistas amateurs a capitalinos con experiencia previa en las técnicas del montañismo.

La primera ascensión deportiva de esta imponente montaña fue realizada por miembros del entonces Club Gimnástico Alemán de Valparaíso, en 1896. Sin embargo, la sorpresa acompañó a los osados montañistas al llegar a la cima: importantes construcciones incaicas en la misma cumbre indicaban que otros habían sido los primeros en alcanzarla, 500 años antes.

Para los incas –hijos del sol–, muchas cumbres andinas representaban sagrados espacios desde los cuales se podía estar más cerca de Inti, el sol creador, por lo que llegar hasta allí significaba, muchas veces, transformarlas en santuarios y lugares ceremoniales. Durante el verano de 1954, arrieros y andinistas que visitaban la montaña encontraron y bajaron el cuerpo momificado de un niño ofrecido en sacrificio en la cumbre de El Plomo por sus propios pares.

SACRIFICIO REAL
Originario de la época prehispánica, el llamado príncipe del cerro El Plomo es un niño de 8 años que, según los diversos objetos y finas ofrendas de plata hallados junto a él, pertenecería a una importante familia inca. En rigor, no se trata de una momia, puesto que apenas se sacó del sitio donde reposó por cinco siglos, emanaron fluidos desde distintas partes de su cuerpo y hasta sangre de sus oídos. Así se llegó a la conclusión de que el niño no estaba momificado sino que las bajas temperaturas –por lo menos de -5 °C y un 40% de humedad constante– lo mantuvieron congelado todo ese tiempo.

Estudios posteriores demostraron también que el niño no sufría de ninguna enfermedad y que sus órganos estaban em perfecto estado.

En la actualidad, en el Museo de Historia Natural de Santiago se exhibe una réplica de cera de la estatua, debido a que la original no cuenta con las condiciones óptimas que permitan exhibirla al público y, a la vez, conservarla en buen estado.

PARA SUBIR AL CIELO...
La ascensión a El Plomo requiere generalmente de tres días completos. La ruta se inicia en Farellones, villa de montaña situada a unos 40 kilómetros de Santiago. Desde allí, hay dos opciones para aproximarse a El Plomo: pasando por el centro de esquí  La Parva, o por Valle Nevado. Con vehículos doble tracción se puede ganar bastante altura y ahorrarse un par de horas de caminata. Asimismo, existen arrieros locales que pueden trasladar los equipos con ayuda de mulas hasta el mismo campo de base.

Desde la parte alta de La Parva o del punto conocido como Tres Puntas, en Valle Nevado, se sigue una huella perfectamente marcada, que luego de unas dos horas tranquilas de caminata nos deja en Piedra Numerada, a unos 3.300 metros de altura.

Acá las vegas siempre verdes se hallan bañadas por esteros limpios y cristalinos. Desde este punto, que muchas veces se utiliza como campamento intermedio, se llega finalmente al campo de base, donde existen dos posibles lugares para instalar las carpas: Refugio Federación y La Hoya, ambos sobre los 4.000 metros. Los cuerpos glaciares no están lejanos, y muchas veces algunos manchones de nieve adornan el lugar. Esto ayuda a la existencia de agua  durante el día, pero por la noche, debido al descenso de la temperatura, todos los esteros y cursos de agua próximos al campamento se congelan.

La jornada elegida para ascender hasta la cumbre se inicia muy temprano, alrededor de las 5 de la madrugada, y en total toda la subida toma entre seis a ocho horas, dependiendo de la condición física de los participantes. El regreso, una vez alcanzada la anhelada cima, toma también unas tres a cuatro horas hasta el campo de base.

Cuando el altímetro indica los 4.600 metros, nos encontramos con un pequeño refugio de emergencia para unas cuatro personas. Es el Refugio Agostini, construido y reacondicionado por andinistas de la federación. Pasando la altitud de 5.000 metros, aparece una cuidadosa construcción realizada por los incas en sus primeros viajes; es un tambo o pirca, de rocas muy bien elaboradas que servía como refugio temporal a los viajeros. Desde aquí en adelante, una lengua de glaciar se interpone en la ruta. Se hace necesario el uso de grampones en las botas de montaña para evitar un resbalón.

La parte final de la ascensión es una amplia zona circular y donde la pendiente termina bruscamente. Muy cerca de la parte más alta existen otras construcciones de roca, donde se encontró la momia en la década del 50. Los últimos metros, como siempre, son los más agotadores, pero la vista panorámica que se ofrece al visitante es grandiosa. Casi toda la cordillera central se observa desde aquí, desde las nevadas cumbres del cerro Mercedario, frente a la ciudad de Los Vilos por el norte, hasta la inconfundible silueta del volcán Palomo, ubicado frente a San Fernando por el sur.

Hacia el noreste, el gigante Aconcagua se destaca por sobre todas las otras montañas, y más cerca del cerro El Plomo, una intrincada red de glaciares y ventisqueros reposa y se desliza hacia los valles, representando una de las mayores reservas de agua para un futuro no lejano.

GUÍA DEL VIAJERO
1. Las mejores fechas para la ascensión de El Plomo van de diciembre a abril.

2. Para dormir o descansar se recomiendan lugares de alojamiento cercanos, como el hotel y posada Farellones.

3. Algunos elementos indispensable para el ascenso son buena ropa de abrigo, anteojos de sol, protector solar, botas de montaña, grampones, bastones de marcha o piolet.

4. Para conseguir arrieros y mulas de carga, contactar a Pato Lucho. Teléfono 7-7907350, o Luis Polanco. Teléfono 3216515.

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