El árbitro uzbeko Ravshán Irmátov, que dirigió cinco partidos en el Mundial de Sudáfrica, entre ellos el inaugural entre la selección local y México, fue condecorado hoy con el título honorífico de "Orgullo de Uzbekistán".

La distinción le fue conferida "por sus grandes méritos en bien del fútbol nacional y por elevar su prestigio en todo el mundo" y su "gran aportación personal al desarrollo de la escuela arbitral en el país", señalaron los medios uzbekos citado por la agencia rusa Itar-Tass.

Su asistente Rafael Ilyasov fue condecorado con la "Orden de la Amistad" por los mismo motivos.

Según Irmátov, el partido más difícil del Mundial para su equipo arbitral -en el que además de Ilyasov contó con el juez de línea kirguís Bajodir Kuchkarov- fue el que disputaron Uruguay y Holanda en semifinales.

"Para ese partido ya habíamos acumulado un gran cansancio, tanto físico como psicológico, y además nos lo confiaron inmediatamente después del encuentro de cuartos de final entre Argentina y Alemania y casi no tuvimos tiempo para prepararnos", explicó.

En cuanto al partido inaugural que enfrentó a las selecciones de Sudáfrica y México, Irmátov, de 32 años, recordó que en la prensa se publicaron muchas críticas hacia ellos.

"Todos decían estar sorprendidos de que la FIFA confiara uno de los partidos más importantes al árbitro más joven y, como publicó la prensa, a un árbitro que no pertenece a una potencia futbolística. La presión, naturalmente, fue enorme, pero todo salió bien y las opiniones respecto a nosotros cambiaron diametralmente", dijo.

Agregó que en el Mundial apoyó "a un único equipo, al de los árbitros".

Por su parte, la Federación de Fútbol de Uzbekistán señaló en un comunicado que los hinchas uzbekos siguieron el Mundial con gran atención y vivieron un montón de emociones positivas del excelente equipo arbitral comandado por Irmátov.

Con cinco partidos en Sudáfrica, Irmatov comparte el récord de más encuentros arbitrados en un solo Mundial con el mexicano Benito Archundia y el argentino Horacio Elizondo, quienes establecieron esa marca en Alemania 2006.

El colegiado uzbeko, que inició su carrera internacional en 2003, trabaja como instructor en una escuela de fútbol en la capital, Taskent y dirigió antes de Sudáfrica partidos de categorías inferiores de la FIFA y del Mundial de clubes, además de ocho encuentros de la zona asiática en las eliminatorias del Mundial.