Consecuencias de una eventual eliminación del FUT
Los promotores de una reforma tributaria de esta naturaleza deben considerar su impacto sobre los ingresos de los trabajadores y la inversión.<br>

QUIENES PROMUEVEN la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT) como mecanismo para aumentar los ingresos fiscales deben analizar en mayor profundidad sus consecuencias. En contra de las expectativas generadas, la mayor recaudación posible de lograr con esta propuesta tendría como contraparte un menor ingreso de los trabajadores, eventualmente sin afectar, en el mediano plazo, la renta de los contribuyentes de mayores ingresos.
La "eliminación del FUT" significa concretamente que los dueños de empresas tributarían con las tasas que corresponden a su nivel de renta en cuanto personas naturales (crecientes según la escala que fija el Impuesto Global Complementario, hasta un tope de 40% de las rentas) sobre sus ingresos devengados por utilidades ocurridas en las empresas en que participan, aun si esas utilidades hubiesen sido reinvertidas; mientras en el caso de empresas extranjeras con inversiones en Chile, tributarían con 35% sobre sus utilidades devengadas -incluso no retiradas-, que es la tasa del Impuesto Adicional que les es aplicable. Como una muy alta proporción de los ingresos por utilidades devengadas y no retiradas corresponde a personas de los más altos ingresos en el país, esto significaría que tributarían (en el margen) con una tasa de 40% sobre las utilidades devengadas o, en otras palabras, que los proyectos de inversiones en Chile de esas personas estarían automáticamente sujetos a una tasa marginal de tributación del 40%; mientras la inversión extranjera estaría sujeta a una tasa de 35% sobre sus utilidades.
La economía chilena compite con el resto del mundo atrayendo capitales interesados en maximizar su retorno neto de impuestos en las inversiones efectuadas. Así, aumentar la tasa efectiva de impuestos a las utilidades conduciría a menor inversión en la economía chilena hasta el punto en que el mayor retorno antes de impuestos aparejado a un menor stock de capital, ajustado por los mayores impuestos aplicados, determina un retorno neto de impuestos igual al que existía antes del cambio tributario efectuado. En ese proceso de ajuste a la baja en el stock de capital en la economía chilena, las remuneraciones deben bajar para mantener el pleno empleo. Los inversionistas, nacionales o extranjeros, no verían afectados en forma permanente sus ingresos, si invirtiendo menos en Chile mantienen el retorno neto de impuestos sobre sus inversiones globales. Los trabajadores chilenos, sin embargo, tendrían remuneraciones más bajas.
No es necesario suponer que toda la inversión es sensible al aumento de impuestos, ni que las tasas relevantes deban subir hasta 35% o 40% para anticipar que la pérdida de ingresos de los trabajadores ante la "eliminación del FUT" sería superior a la mayor recaudación lograda por el gobierno. Paradójicamente, incluso una simple alza del IVA, que genere la misma recaudación adicional deseada, tendría un menor impacto negativo sobre el ingreso de los trabajadores que la eliminación del FUT.
Por sus efectos negativos sobre la inversión, la eliminación del FUT promovería múltiples excepciones tributarias, que disminuirían la recaudación efectiva, mientras se afecta la equidad tributaria entre empresas, algo que también debería llamar a reflexionar a sus promotores.
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