Crítica de cine: El Regalo
<embed pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer" src="http://especiales.latercera.cl/diario/2008/OCTUBRE/cultura/cine.swf" width="384" height="170" scale="ShowAll" loop="loop" menu="menu" wmode="opaque" quality="1" type="application/x-shockwave-flash"></embed> <br /> La cinta dirigida por Cristián Galaz y Andrea Ugalde es un producto orientado a la tercera edad con mucho humor, oficio y honestidad. <br />

La existencia de películas de nicho es un fenómeno poco común en la irregular filmografía chilena, pero en industrias establecidas como Hollywood es parte del juego y de la estrategia. La aclaración es pertinente, porque esta comedia, dirigida por Cristián Galaz y Andrea Ugalde, es un producto de nicho, orientado claramente a la tercera edad.
Lo que salva al filme -y le hace perdonables su repetida anécdota y su humor de sitcom- es la honestidad con que asume su tarea: todo en El Regalo, desde las locaciones hasta el inexplicable cameo final de Buddy Richard, está en función de atraer a su público objetivo.
Un profesor recién jubilado (Nelson Villagra) no soporta la soledad y decadencia, por lo que decide suicidarse. Por suerte para él, en plena faena le interrumpen sus dos mejores amigos, quienes le arrastran hasta las Termas de Chillán. En el paseo conocerá a una atractiva señora, recuperará la alegría de vivir, etc, etc.
Un punto a favor es la manera directa y sin dramatismos con que la cinta toca el tema de la sexualidad de los ancianos, despojada del morbo y sordidez que podría haber tenido en otras manos. Los personajes son viejos, pero no están muertos y es mérito de los actores que los enredos de rigor (cruces entre una habitación y otra, discusiones sobre el Viagra) no caigan en nuestro histórico y sobrevalorado doble sentido nacional.
El mensaje es simple y claro: la vida vale la pena hasta el final y la vejez puede ser realmente la etapa de los años dorados. Que espectadores bajo la cincuentena se compren el discurso es menor, comparado con el oficio de Galaz, Ugalde y su elenco a la hora de hacer digeribles temas como el suicidio o la homofobia, envueltos en un paquete que recuerda a cintas extranjeras como El Hijo de la Novia, aunque con menor vuelo cinematográfico. Tal vez esa sea la clave. Hay poco cine en El Regalo, entendiendo por eso la búsqueda narrativa, los hallazgos visuales o el simple riesgo.
Una película a la que se puede llevar a los abuelos sin temor, y eso -que sería una ofensa tratándose de un thriller o un drama erótico- es la prueba de que el objetivo inicial está cumplido, porque este es un producto de nicho, una pieza de género respetable y un trabajo de profesionales.
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