En agosto de 2011, Daniela Ramírez debutó en teleseries protagonizando Esperanza, la primera producción que TVN realizó para el bloque de las 15 horas. En esta, la actriz interpretó a Esperanza Reyes, una humilde joven peruana, personaje con el que mucha gente la sigue relacionando. Eso, a pesar de más adelante participar en teleseries como Secretos en el jardín (Canal 13) y La poseída (TVN).

Hasta octubre de 2015 Ramírez estuvo en el canal estatal y luego se dedicó por completo a hacer cine y teatro. Eso, hasta ahora, cuando ya está confirmada como la actriz protagónica de la nueva teleserie diurna de Mega, cuyos detalles aún son mantenidos en reserva por la señal. Lo que sí se puede contar: es una historia que   innova en el género del melodrama clásico, dando paso a un thriller melodramático. Parte de ella se grabará en  la localidad de Padre Hurtado y mostrará la historia de una mujer que busca justicia por un hecho del pasado que la marcó.

¿Tiene algo romántico para usted volver a los melodramas diurnos?

Para mí es especial volver a trabajar en este horario.  Tengo los mejores recuerdos de Esperanza, y siento que fue un hit en varios ámbitos, para mí y para el género. Fue un conejillo de indias, pero al final todo lo que pasó con esa teleserie fue muy bonito. De alguna manera, hay un cierto permiso en el horario, que nos deja exacerbar un poco más las intenciones y las emociones, y eso es muy entretenido. Este género es bien al chancho y nos permite pasarlo muy bien.

¿Prefiere ese horario antes que otros? 

Siento que son distintas todas las teleseries y sus horarios. Creo que las del almuerzo se ganaron un nicho y son un fenómeno bien particular, y mi mamá las ve y eso es importante (ríe). Si estoy en este proyecto es porque me gustó que me necesitaran a mí en específico. Que me llamaran y me dijeran estamos pensando en ti para este personaje, es algo que uno valora demasiado. Es bonito y uno se siente importante, de alguna manera. Siente que lo que ha hecho está bien, y que ya te conocen. Con la poca ficción que se está haciendo ahora, que te llamen para hacer un protagónico es una suerte.

¿Cuál cree que es la mayor diferencia que hay para usted si compara su momento actual con Esperanza? 

Desde esa teleserie hasta ahora he cambiado en el tema de experiencia. Ya me saqué todos los miedos que tenía en ese tiempo, que tenían que ver con entrar a la televisión y con protagonizar un melodrama en un horario nuevo. Con el tiempo me relajé y lo pasé bien. Para mí, lo mejor es ver lo bien que le van a las teleseries que dan en ese horario, porque fue Esperanza la que abrió esas puerta.

¿Tiene algún valor agregado estar en el actual canal más visto de la televisión? 

Es interesante el buen momento por el que está pasando Mega. Creo que acá se han hecho las cosas bien y ante eso hay una respuesta clara del público. Acá se han generado buenas historias, y si la gente está viendo Mega es porque acá ha las encontró y no porque el del lado también la está viendo. Pero la verdad es que yo me entusiasmé con la invitación porque el proyecto es muy interesante y no tengo dudas de que será una muy buena historia. Además, me gusta el equipo, me gustan todos acá porque con varios no tengo un trato profesional, sino que más familiar. Cuando llegué TVN, la Quena (María Eugenia Rencoret) era como mi mamá, por decirlo de alguna forma, y nadie como ella para liderar un área dramática.

¿Qué tan importante es para usted el rating?

Me involucro muy poco con el rating. Me ha tocado estar en teleseries que no marcan mucho, pero para mí han sido increíbles. Para mí fue gratificante estar en Secretos en el jardín, porque era chorísima, y aunque La poseída no fue muy masiva también tuvo muy buena críticas. En general, siento que he tenido mucha suerte.

¿O sea que logra despojarse por completo de las cifras de audiencia? 

Siempre es satisfactorio saber que la gente te ve y que reconoce el trabajo que estás haciendo. El rating es una cifra que habla más o menos de cuanta gente te está viendo, y eso valida de alguna forma tu trabajo. Pero hay otro tipo de apreciaciones que no se miden, que me importan mucho más, como que a alguien le llegue la historia o que alguien logró conectarse con un personaje. Aunque una teleserie tenga bajo rating, siempre va haber alguien que te diga que le gustó tu personaje, y eso es demasiado importante para mí.