El clan Noguera estrena El Jardín de los Cerezos
Este viernes el clásico de Chéjov debuta en el Teatro Camino con un elenco de 12 actores y con la dirección de Héctor Noguera.
Los veraneantes, una vulgaridad. Pagar impuestos, otra vulgaridad. Es 1904 y el mundo es otro. Anton Chéjov aún vive y el último de los Romanov todavía no nace cuando El jardín de los cerezos se estrena en Moscú, mostrando la desencajada aristocracia rusa en un mundo que estaba cambiado sin que acusaran recibo.
Un siglo, nueve años, cuatro meses y un puñado de días después Héctor Noguera intenta sacudir el polvillo de solemnidad que con el paso del tiempo ha cubierto la obra y la reputación de su dramaturgo, para intentar mostrar el brillo que lo transformó en clásico. Su estrategia es su lectura: para él la clave en Chéjov está en la dualidad, en que los personajes deben dar tanto risa como pena.
"Nunca he visto gente más frívola que ustedes", le dice Lopajin (Marcelo Alonso) a los hermanos que interpretan Amparo Noguera y Cristián Campos. Y es esa frivolidad una de las puertas principales por las que entra el humor a esa casa en que viven una tragedia. "Este humor sirve para revelar el absurdo de la conducta humana. Son personajes que proclaman muchas ideas, pero es más lo que hablan que lo que dicen, por eso la obra no tiene un argumento central, es bastante coral", explica Noguera.
La tragedia es la de un lugar y una familia. Un niño murió hace cinco años ahogado cerca de su casa. La madre se fue a París con su amante, gastó toda su fortuna, fue abandonada, llegó al colapso y regresó al hogar que perderá por deudas. Y con el también se irá el orgullo familiar, su jardín de cerezos. Lopajin, un enriquecido hijo de esclavo, le propone a la familia que arrienden parte del terreno a veraneantes, pero los hermanos lo encuentran una chulería y prefieren soñar con que una herencia o el matrimonio de la hija solucionarán el asunto.
"Viven como si no pasara nada. No saben dónde están. No quieren estar ahí, pero tampoco quieren estar en otra parte. Nadie tiene un lugar, todos han perdido su identidad. Los ricos son pobres, el contador no tiene qué contar, el estudiante no logra egresar, el agricultor no trabaja la tierra. Todos han perdido su identidad, porque los tiempos cambiaron. Actualmente también estamos en un período de cambio, por eso quiero dar la obra", dice Noguera. Y lo hará, desde el viernes 7 de junio y hasta el 11 de agosto en su sala, el Teatro Camino.
En escena estarán sus hijas Amparo y Emilia actuando como madre e hija. También Alonso y Campos, y con ellos Rodrigo Pérez, Ricardo Fernández, Taira Court, Carla Casali, Juan Pablo Miranda, Carolina Arredondo, Etienne Bobenrieth, Mauricio Moro y Nelson Marchant. Amplio elenco que crece aún más con la participación de 10 actores de la compañía Caminantes.
Tal como Chéjov, la concibió, en escena se verán los cuatro actos de la obra. La Rusia provinciana será presentada a través de algunos pocos muebles, elementos de utilería y un gran telón, todo a cargo de Catalina Devia. Mientras que tras el vestuario está Pablo Núñez y en la música, Diego Noguera.
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