Histórico

El filme sobre el naufragio que inspiró Moby Dick

La próxima semana llega En el corazón del mar, cinta de Ron Howard que recrea la tragedia del Essex, el ballenero que en 1820 fue partido en dos por un cachalote gigante.

Es probable que, después de todo, el golpe de la aleta caudal de aquel cachalote de 30 metros no fuera el peor momento de la travesía. Aunque el barco se haya partido en dos y las fauces  del cetáceo se asomaban  tan negras y amenazantes como las vacías bodegas del ballenero Essex, lo peor  de  la historia estaba por venir.

Hace casi exactamente 195 años, el 20 de noviembre de 1820, la embestida asesina del mamífero oceánico era el comienzo de una larga y penosa ordalía para los tripulantes del Essex. Los que sobrevivieron contaron la historia a sus amigos, vecinos y parientes. Hubo otros que la escribieron, particularmente el primer oficial Owen Chase, que publicó en 1821 su Narración del más extraordinario y desastroso naufragio del ballenero Essex. Este fue el  texto que el escritor Herman Melville utilizó para desarrollar su novela Moby Dick, alimentada también por los relatos que escuchó sobre Mocha Dick, la ballena albina avistada en las costas de Chile una década después del desastre del Essex.

La película En el corazón del mar de Ron Howard, que se estrena el 3 de diciembre en Chile, recrea la travesía de los 20 hombres de Massachusetts que el 12 de agosto de 1819 salieron de la isla de  Nantucket con el objetivo de tener la más exitosa caza de ballenas de sus vidas y terminaron huyendo de ellas como del demonio.

Howard es un director que se mueve con propiedad en las ligas del gran espectáculo y que antes se ha llenado los bolsillos de premios Oscar con filmes que combinan la historia verídica y la narración ágil, desde Apolo 13 (1995) a Una mente brillante (2001). Con En el corazón del mar, los estudios Warner Bros.  parecen apostar a lo mismo.

Aunque por razones de presupuesto la cinta se filmó en Islas Canarias, gran parte de la trama transcurre en las costas del Pacífico, frente a Chile y Ecuador. Después de todo, varios de los sobrevivientes del Essex fueron llevados primero a Valparaíso antes de zarpar a sus hogares. Iban esqueléticos y desesperanzados, conscientes de haber prolongado sus existencias alimentándose entre ellos, sentando un precedente de la historia de supervivencia que 150 años después vivirían los rugbistas uruguayos que cayeron en Los Andes.

La mayor fortaleza previa de la película es su inspiración: se basa en el libro Heart of the sea de Nathaniel Philbrick, que reconstruye la odisea del Essex a partir del relato del oficial Owen Chase, pero sobre todo usando el testimonio escrito del mozo de cabina Thomas Nickerson, hallado en 1960 y autentificado en los años 80. Nickerson es mucho más preciso y fiero que Owen en detallar las miserias del viaje, que se puede dividir en  un año y tres meses de navegación, desde agosto de 1819 a noviembre de 1820, y en tres meses de naufragio, de noviembre de 1820 a febrero de 1821.

Protagonizada por Chris Hemsworth (Thor) como el primer oficial Owen Chase y Cillian Murphy (28 días después) en el rol del segundo oficial Matthew Joy, la cinta es narrada a través de un largo flashback por el adulto Thomas Nickerson. Más de tres décadas después del naufragio, Nickerson es contactado por un joven Herman Melville (Ben Whishaw),  quien con estas historias creará su novela Moby Dick. “Espero que me cuente el secreto y la verdad del Essex”, le dice el autor al ex mozo de cabina. Este, a regañadientes y tal vez temeroso de escarbar en el horror, le responde: “No creo que usted entienda lo que voy a contarle. He visto cosas que nadie creería”.

El Titanic del siglo XIX

Aquellas experiencias inenarrables son las que en palabras de Nathaniel Philbrick le dieron al naufragio del Essex una dimensión mítica, plantando su sombra en el siglo XIX de la misma manera que la tragedia del Titanic lo haría en la centuria venidera.

Una primera señal de lo que vendría llegó en los primeros días de la ruta, cuando una tormenta averió el viejo ballenero y hubo que hacer reparaciones de emergencia. Luego el viaje fue gobernado por amenazas de motines, peleas entre Owen Chase y el capitán George Pollard Jr. y muchos kilómetros sin ningún cetáceo a la vista. Tras dar la vuelta por el Cabo de Hornos, pasar frente a las costas de Chile y arribar a la altura de Ecuador, los hombres del Essex encontraron por fin una presa para sus arpones. Lamentablemente sería la primera y última carnada del viaje: el cachalote de inusuales 30 metros de largo (cuatro más que el barco) se abalanzó sin piedad sobre la proa del vetusto Essex. Bastó un  golpe del animal para destruir el buque y dejar a los marinos a la deriva en medio del Pacífico, repartidos en cuatro botes salvavidas.

Los 20 tripulantes soportaron tres meses y medio alimentándose primero de galletas, después de su propia orina y finalmente de cadáveres de compañeros fallecidos por inanición. A esas alturas todo era una paradoja, pues ellos mismos habían evitado llegar a las Islas Marquesas al creer que sus nativos eran caníbales.

Un grupo de marinos decidió varar en las Isla Henderson, una extensión de 37 kilómetros cuadrados con gran diversidad de flora y fauna, pero nulas condiciones para la vida humana debido a la escasez de agua dulce. Otra avanzada de tripulantes se deslizó hacia el este, cerca de la costas de Chile, donde tenían la posibilidad de ser avistados por balleneros. Según cuentan los informes de la época, algunos hombres del Essex estaban tan debilitados por la desnutrición que al divisar desde lejos al ballenero Dolphin, remaron en dirección contraria. Pensaban que se trataba de otro monstruo marino.

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