Histórico

El grupo Ariztía avanza en su diversificación agroindustrial

Bajo el alero de la segunda generación, los negocios distintos del avícola ya facturan US$ 370 millones. Y van por más: queso, paltas y champiñones son la apuesta alimentaria de los Ariztía.

EL nombre Ariztía, ligado al empresario Manuel Ariztía, remite casi sin pensarlo al negocio de pavos y pollos, donde es el segundo productor de Chile, sólo superado por Agrosuper. Fue allí donde la familia se hizo un nombre en los negocios. Pero hoy su actividad va más allá.

En el contexto del traspaso generacional dentro del holding, desde hace varios años el grupo está diversificándose a áreas menos relacionadas al giro principal. "Este tiene su crecimiento propio y queríamos encontrar nuevas actividades que aportaran sinergias relevantes en mercados y know how", cuenta Eugenio Ariztía (51 años), hijo de don Manuel y quien desde hace dos años es vicepresidente de Nuevos Negocios de Empresas Ariztía.

Ingeniero comercial de la UC, al igual que su padre, Eugenio es parte de la nueva generación de la familia que comanda el negocio junto al fundador. El equipo lo completan los otros hijos: Marcelo (54 años), que llegó como gerente general del grupo en octubre del año pasado; Paulo (47 años), que ocupa la vicepresidencia comercial de la compañía; y Nicolás González, yerno de Manuel, gerente general de Tecnología y Alimentos, desde donde lidera la fábrica de cecinas. Además,dos primos trabajan en la firma.

El pool de nuevos negocios es variado, pero los Ariztía no se alejan del sector donde han sido exitosos, el agroindustrial: insumos agrícolas,  frutales, champiñones y lácteos. Cada uno de ellos está en distintas etapas de maduración, pero en conjunto facturan unos US$ 370 millones. La cifra no es despreciable al  compararla con los  US$ 500 millones que les reporta el área avícola.La meta es que estas nuevas áreas suban hasta los US$ 600 millones en los próximos años.

EL PESO DE COPEVAL
La segunda inversión más relevante del grupo en facturación tras las aves es Copeval, la principal distribuidora de insumos agrícolas. La firma, con ventas por US$ 300 millones, nació como una cooperativa  de agricultores en 1956, en San Fernando. La familia Ariztía ingresó sólo hace tres años, tras comprar las acciones de los hermanos  Juan Eduardo y Carlos Trucco.  Hoy es uno de  los principales accionistas, con cerca del 22%, junto al empresario Gonzalo Martino (23%). Según Ariztía, en los últimos años la firma ha crecido a tasas de dos dígitos anuales.

"En 2009 hubo un aumento de capital y hoy está con un importante aumento en sus ventas y un agresivo plan de expansión", cuenta Eugenio Ariztía,  director de la compañía. Copeval tiene presencia desde la III a la IX Región y quiere crecer: en noviembre cortará las cintas de una sucursal en Osorno y se está expandiendo hacia el resto de las zonas triguera y lechera. "Existen grandes oportunidades en desarrollar nuevas sucursales en el sur, donde podemos mejorar sustancialmente el servicio a los agricultores", cuenta Ariztía.

TERREMONO Y CHAMPIÑONES
Aunque de menor tamaño, otra de las fichas está en los champiñones. Bosque del Mauco, en la V Región,  produce champiñón fresco y enlatado que  se envía a México, Venezuela, Ecuador y Colombia. El gerente general es Manuel José, hermano de Eugenio, quien llevó este negocio a la familia hace cinco años. Si bien la firma tuvo pérdidas de infraestructura por el terremoto, hace cuatro meses recuperó sus niveles de producción y hoy está en proceso de aumentar la oferta, tras invertir cerca de US$2 millones.

La familia es también un actor relevante en el negocio de las paltas. Buscando rentabilizar miles de hectáreas de cerros en la zona central de Chile, ingresó hace cinco años al negocio. Hoy tiene 50% de Agrícola Baracaldo, donde están con un ritmo de plantación de 300 hectáreas por año en María Pinto, y pretende ampliarse  a Melipilla y San Antonio.

El abanico se complementa con el negocio de los quesos, mercado que comenzó a explorar hace un año, aprovechando la cadena de distribución que tenía Ariztía. Hoy posee una planta de producción en Osorno, en la X Región, con una inversión de US$ 10 millones. La visión de Ariztía es que esta región es una de las más competitivas a nivel mundial en la producción de leche.

La baja del dólar les ha golpeado, pero como contrapartida han visto un alza en los precios internacionales del queso y mejoras de productividad. Hoy el grueso de los envíos  de queso va a México, pero buscan nuevos mercados, como Brasil.

En el rubro inmobiliario, comenzaron a impulsar hace más de 10 años el Parque Industrial San Antonio. "La participación de distintas empresas en el parque va lentamente incrementándose -reconoce Ariztía-, pero son negocios de un horizonte de 20-30 años". Aquí los asesora el cuñado de Eugenio, el arquitecto Fernando Campino.

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