Histórico

El largo camino de la cadena de tiendas fundada en 1920

Suma casi cien años de vida. Partió como sastrería, casi quebró en 1998 y ya inició su internacionalización.

Fundada en 1920, la historia de La Polar no ha estado exenta de turbulencias. En 1953, y con la entrada de la familia Paz a la propiedad, la firma -una antigua sastrería- da un giro y amplía su rubro a la venta de otros productos. A mediados de los 80 La Polar abre sus dos primeros locales en Santiago Centro -Monjitas y San Diego-, y en 1989 estrena su tarjeta de crédito.

En la década siguiente se embarca en un plan de expansión en Santiago y regiones, llegando a 12 tiendas y 350.000 tarjetahabientes. En 1998 aparecen los nubarrones: afectada por la crisis asiática suspende su apertura a Bolsa y la expansión ante su difícil situación financiera, que la tuvo al borde de la quiebra.

En octubre de ese año, el fondo de inversiones Southern Cross -ligado a Norberto Morita y Raúl Sotomayor- ofrece capitalizarla y comprar el 100% de las acciones, negociación que culmina con éxito en enero de 1999, previo pago de US$ 25 millones.

El nuevo dueño reestructuran la operación y lanza un nuevo plan estratégico, liderado por Pablo Alcalde, entonces gerente general y hoy presidente.

En 2003, concreta su apertura a Bolsa y sigue expandiéndose en el país. Tres años más tarde, Southern Cross vende su último paquete de acciones, aunque Morita y Sotomayor continúan en el directorio hasta 2009, cuando renuncian tras proponer una frustrada fusión con Supermercados del Sur. En octubre de 2010 la firma inicia su expansión internacional y abre su primera tienda en Bogotá.

Un plan de expansión por US$ 400 millones, anunciado la semana pasada contempla abrir al 2015 ocho tiendas en Chile y un número similar en Colombia. De aquel monto, US$ 40 millones se dirige a planes de compensación para ejecutivos y empleados.

LA MAYOR DEUDA PROMEDIO DE LA HISTORIA
La Polar cerró el año pasado con un alza de 22,2% en sus ingresos, los que llegaron a $ 540.190 millones. Sus utilidades, sin embargo, cayeron casi 38% frente a 2009. De sus ventas, 46,7% provino del negocio del crédito y el resto, lo aportó el área retail.

El año pasado concluyó también con el anuncio de provisiones extraordinarias por parte de la firma, que reconoció el mayor riesgo de su cartera. Esto implicó que el nivel de provisiones sobre colocaciones pasara del nivel cercano a 12% que tradicionalmente ha tenido la firma, a 15,9% al final de 2010. Según Feller Rate, el deterioro de la cartera refleja que La Polar mantuvo un agresivo crecimiento de su negocio pese a la crisis, "en contraste con la estabilidad y disminución del volumen de colocaciones evidenciadas hasta el tercer trimestre de 2009 por otros partícipes de la industria".

Según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, las colocaciones de La Polar fueron las que más crecieron en la crisis y su cartera al cierre de 2010 sumó $ 741 mil millones, superada sólo por Falabella y mayor a la de Cencosud y Ripley. El aporte del negocio financiero en La Polar es, además, muy superior al que exhiben sus competidores. En Falabella es de 6% y en Ripley, de 22%. En La Polar es casi la mitad.

Feller Rate dijo en mayo que la cartera creció por un alza de la deuda promedio de sus clientes, que supera los $ 600 mil, "muy por sobre el promedio de la industria, que se sitúa en torno a los $ 300 mil". La empresa tiene 1,6 millón de tarjetas vigentes.

Según Feller, la posición de caja a marzo era de $ 34 mil millones y sus vencimientos de obligaciones financieras totalizan $ 140 mil millones en los próximos 12 meses.

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