El otro mundo de Tolkien: publican 100 de sus dibujos sobre El Hobbit
El autor británico editó hace 75 años la historia, que hoy está en el cine.
No era suficiente con un regalo. Los hijos de J. R. R. Tolkien (1892-1973) esperaban ansiosos cada Navidad una "Carta de Papá Noel". El saludo del Polo Norte era un detallado informe, que incluía personajes como el Oso Polar, el Hombre de la Nieve, gnomos y elfos. El relato se acompañaba de dibujos, que hacían más real la historia venida del frío.
El autor de El hobbit, cuya adaptación de Peter Jackson al cine colma por estos días las salas del mundo, se consideraba un aficionado al dibujo. Sin embargo, fue un arte que desarrolló a la par de la creación de sus historias mitológicas.
En 1937, cuando se publicó El hobbit, el libro llevaba 10 ilustraciones de su autor. Pero a lo largo de su vida, Tolkien hizo más de 100 dibujos, mapas y planos para graficar la historia de Bilbo Bolsón.
Ese material visual, en su mayoría inédito, estaba en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y en la de Marquette, en EE.UU. Ahora, a 75 años de la primera edición del libro, el sello Minotauro publica El arte de El Hobbit de Tolkien, volumen que viene a completar el otro mundo del autor británico: el artista que dibujaba el universo fantástico que escribía.
Paisajes de fondo
Con tres años, John Ronald Reuel solía acompañar a su padre a la oficina. Trabajaba en el banco de Orange, Sudáfrica, país donde nació el futuro escritor en 1892. "Pedía lápiz y papel, y garrapateaba toscos dibujos", anota Humphrey Carpenter en Tolkien: una biografía.
Siguió dibujando en Inglaterra, donde llegó con su madre y hermano en 1895. Siendo estudiante de lingüística inglesa en la U. de Oxford, se interesó en los grabados japoneses. Eran años en que ilustró con tinta y acuarela una serie de sus poemas. También admiraba la obra del ilustrador de libros inglés Arthur Rackham, con quien compartía su pasión por la naturaleza.
Su interés por el dibujo se interrumpió cuando se unió al Ejército británico en la Primera Guerra Mundial. Para entonces, ya había empezado a escribir una serie de aventuras sobre la Tierra Media.
Tolkien retomó el dibujo a los 33 años, para ilustrar su libro El Silmarillion. El autor no concebía sus relatos sin imágenes, y terminó odiando a varios editores que lo rechazaron porque los dibujos a color encarecían los costos de impresión.
Fue en 1937, siendo profesor en Oxford, cuando su amigo escritor C. S. Lewis lo alentó a publicar El hobbit. Un relato que concibió para entretener a sus cuatro hijos. Tolkien, de 45 años, llegó a la editorial con una ruma de papeles bajo el brazo, pero sin dibujos. Sabía el discurso que le darían sobre los costos de impresión. Para su sorpresa, los editores del sello George Allen & Unwin dijeron otra cosa. El libro llevaría imágenes.
En septiembre de 1937, El hobbit se editó con 10 ilustraciones realizadas por su autor. Además, contenía el mapa de Thrór y una cubierta diseñada por el propio Tolkien. Pero el proceso no fue tan fácil. Antes, volvió a dibujar porque los originales eran en color y debían ser en blanco y negro.
Algunas observaciones que hizo a la edición dan cuenta del pensamiento visual del escritor, ya que encontró "ciertas incoherencias en las descripciones topográficas".
El profesor Tolkien ya había recorrido campos, valles, conocido el mar y la montaña, y prefería dibujar paisajes que trazar formas. En lugar de cuerpos humanos, hacía dragones.
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